Introducción a las infecciones cerebrales

PorRobyn S. Klein, MD, PhD, University of Western Ontario
Revisado/Modificado jul 2024
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Datos clave

    Las infecciones del cerebro están causadas por bacterias, virus, hongos y, a veces, protozoos o parásitos. Otro grupo de trastornos cerebrales, las encefalopatías espongiformes, están causadas por proteínas anómalas llamadas priones.

    Las infecciones del cerebro suelen afectar otras partes del sistema nervioso central, incluida la médula espinal. El encéfalo y la médula espinal están protegidos contra las infecciones, pero cuando estas se producen, las consecuencias suelen ser muy graves.

    Las infecciones pueden causar una inflamación del encéfalo (encefalitis). Los virus son la causa más frecuente de las encefalitis. Las infecciones también pueden provocar la inflamación de las capas de tejidos (meninges) que recubren el encéfalo y la médula espinal, la llamada meningitis. A menudo la meningitis bacteriana se extiende por todo el encéfalo y provoca la encefalitis. Del mismo modo, las infecciones virales que provocan la encefalitis también provocan la meningitis. Técnicamente, cuando la infección afecta el encéfalo y las meninges, el trastorno se denomina meningoencefalitis. Sin embargo, la infección que afecta principalmente las meninges se denomina meningitis, mientras que la infección que afecta principalmente el encéfalo se suele denominar encefalitis.

    Por lo general, en la encefalitis y la meningitis, la infección no queda limitada en una zona. La infección puede afectar a todo el encéfalo o bien afectar a las meninges de la médula espinal y del encéfalo.

    Sin embargo, en algunos trastornos la infección queda limitada a una única zona (localizada) en forma de bolsa de pus, denominada empiema o absceso, según la ubicación:

    • Los empiemas se forman en espacios existentes en el cuerpo, como el espacio entre los tejidos que recubren el encéfalo (meninges) o los pulmones.

    • Los abscesos, que parecen forúnculos, se forman en cualquier parte del organismo, incluso dentro del encéfalo.

    Los hongos (como los aspergillos), los protozoos (como Toxoplasma gondii) y los parásitos (como Taenia solium, la tenia del cerdo) pueden provocar la formación de quistes en el encéfalo. Estas infecciones cerebrales localizadas consisten en un grupo de organismos envueltos por una pared de protección.

    A veces, una infección cerebral, una vacuna, un cáncer u otro trastorno desencadena una reacción inmunitaria equivocada que provoca que el sistema inmunitario ataque a las células normales del cerebro (una reacción autoinmunitaria). Como resultado, el encéfalo se inflama. Este trastorno se llama encefalitis postinfecciosa.

    Las bacterias y otros microorganismos infecciosos alcanzan el encéfalo y las meninges de varias maneras:

    • Siendo transportados por la sangre

    • Penetrando en el encéfalo directamente desde el exterior (por ejemplo, a través de una fractura craneal o durante una cirugía cerebral)

    • Propagándose a partir de estructuras cercanas infectadas, como los senos paranasales o el oído medio

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