Para muchos adultos mayores, conducir un automóvil es su opción preferida para el transporte comunitario. Los trastornos médicos que deterioran la conducción en los adultos mayores pueden tener dos resultados adversos graves: lesiones o muerte como resultado de un accidente automovilístico o prohibición de la conducción.
La conducción segura requiere la integración de procesos visuales, motores y cognitivos complejos, y los conductores mayores con trastornos médicos pueden tener déficits leves a moderados en uno o más de estos dominios. Muchos conductores mayores modifican con éxito sus rutinas y compensan los déficits evitando las horas pico, conduciendo menos millas por año, limitando los viajes a distancias más cortas y evitando conducir durante el crepúsculo, la noche o el mal tiempo. Asimismo, los conductores ancianos tienden a ser más cautos, conducen más despacio y se arriesgan menos. También son citados con menor frecuencia por conducir bajo los efectos del alcohol. Sin embargo, algunos ancianos niegan o no son conscientes de estas limitaciones (p. ej., deterioro del juicio) o desean mantener su independencia, y continúan conduciendo a pesar de estas alteraciones importantes en sus capacidades, necesarias para una conducción segura.
La mayoría de los accidentes de tránsito que involucran a ancianos se producen durante el día y en la semana. Estas MVC a menudo son el resultado de no ceder el derecho de paso, no prestar atención a las señales de alto o las luces rojas, o no mantener la posición correcta en el camino y tienden a ocurrir en situaciones de conducción más complejas, como aquellas que involucran intersecciones, giros a la izquierda o fusión con el tráfico. Los accidentes de tránsito que involucran conductores mayores tienen más probabilidades de afectar a múltiples vehículos y de provocar lesiones graves y muertes que los que involucran conductores más jóvenes.
A diferencia de los conductores más jóvenes, en los accidentes de tránsito con conductores de edad avanzada, el alcohol, los mensajes de texto, el uso de teléfonos móviles, y el exceso de velocidad rara vez juegan un papel; sin embargo, esta situación puede cambiar en futuras cohortes de edad avanzada. Las distracciones en el automóvil podrían ser más frecuentes a medida que la tecnología en el vehículo se generaliza (p. ej., dispositivos de GPS).
Cuando se producen MVC, los adultos mayores son más vulnerables a las lesiones. Las razones de esta vulnerabilidad no se han estudiado bien, pero pueden incluir las siguientes:
Los conductores mayores tienen menor capacidad para soportar traumatismos.
Los conductores mayores suelen tener más comorbilidades (p. ej., osteoporosis, cardiopatía).
Muchos accidentes impactan sobre el lado del conductor anciano (p. ej., al girar a la izquierda), por lo cual éste sería más vulnerable a sufrir lesiones.
Los conductores mayores pueden operar un vehículo que sea menos resistente al choque.
Estadísticas
Según el Insurance Institute of Highway Safety, había cerca de 30.000.000 de conductores con licencia de 70 años o más en los Estados Unidos en 2019 (1). Los adultos mayores mantienen su licencia de conducir por más tiempo; la proporción de personas de 70 años o más con licencias aumentó del 73% en 1997 al 83% en 2019. En promedio, los conductores mayores también conducen más kilómetros por año, aunque menos millas que los conductores de mediana edad.
En 2019, 5.195 personas de 70 años o más murieron en accidentes automovilísticos en las carreteras de los Estados Unidos, lo que representa una disminución del 12% respecto de 1997. Sin embargo, los adultos mayores están cada vez más involucrados en accidentes automovilísticos letales sobre una base porcentual en comparación con otros grupos etarios dado el aumento del tamaño de la cohorte mayor en la población.
Evaluación
Los profesionales sanitarios están obligados a influir en la toma de decisiones acerca de la capacidad de un individuo de conducir si identifican deficiencias durante un examen habitual, si se manifiesta una enfermedad seria, o si el paciente pide consejo, los miembros de la familia expresan preocupación, o una infracción identifica comportamientos inseguros durante la conducción. El papel del profesional sanitario es implementar evaluaciones funcionales y médicas detalladas relacionadas con la seguridad durante la conducción.
Las guías nacionales sobre conducción y demencia incluyen 8 observaciones y recomendaciones basadas en la evidencia (2):
Las preocupaciones del cuidador deben ser tomadas seriamente.
El diagnóstico aislado de demencia no es suficiente para retirar los privilegios de conducción.
Los individuos en la fase moderada de la demencia tienen pocas probabilidades de ser conductores seguros.
Las personas con demencia y pérdida progresiva de 2 o más actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD) como resultado del deterioro cognitivo (pero sin pérdida de actividades básicas de la vida diaria) tienen un mayor riesgo de deterioro de la conducción.
Las personas con déficits en las AIVD debido al deterioro cognitivo deben someterse a una evaluación formal y una monitorización continua de la conducción si desean continuar conduciendo.
Las anomalías en los estudios cognitivos pueden indicar un conductor en riesgo que necesita una evaluación adicional; sin embargo, ninguna prueba en el consultorio o batería de pruebas que incluyan evaluaciones cognitivas globales (p. ej., Mini-Mental State Exam [MMSE], Evaluación Cognitiva de Montreal [MoCA]) tiene suficiente sensibilidad o especificidad para ser utilizada como único determinante de la capacidad de conducción en todos los casos.
Las personas con demencia que se consideran aptas para continuar conduciendo deben ser reevaluadas cada 6 a 12 meses (o antes si corresponde).
Es imporante revisar los antecedentes de conducción; los detalles sobre los hábitos del paciente mientras maneja, los antecedentes de infracciones, accidentes, situaciones que pueden haber generado un accidente o antecedentes de haberse perdido pueden indicar un compromiso general o específico. Debido a que los conductores mayores con deterioro cognitivo pueden no entender todo demasiado bien, otra persona significativa debe participar en esta revisión. Los informes del cuidador (especialmente de un niño grande) han demostrado ser indicadores útiles del desempeño durante la conducción, especialmente en los conductores mayores con demencia (3, 4). Las señales de advertencia de conducción insegura de la Asociación de Alzheimer incluyen los siguientes (5):
Olvidar la ubicación de destinos familiares
No obedecer las señales de tráfico
Tomar decisiones lentas o equivocadas mientras se conduce
Conducir a una velocidad inadecuada
Enojarse o confundirse mientras conduce
Golpear bordillos
No mantenerse dentro de los carriles
Cometer errores en las intersecciones
Confundir los pedales de acelerador y freno
Volver más tarde de lo habitual por un camino de rutina
Olvidar el destino mientras conduce
Algunos trastornos pueden obligar al profesional de la salud a derivar al paciente al Departamento Estatal de Vehículos Automotores para someterse a una nueva evaluación o para que se apliquen restricciones en relación con el derecho a conducir. Una revisión de las leyes actuales para la renovación de licencias estatales revela ciclos de renovación y requisitos de pruebas variables (véase también los license renewal procedures by state [procedimientos de renovación de licencias por estado] del Insurance Institute for Highway Safety/Highway Loss Data Institute).
Referencias
1. Insurance Institute for Highway Safety/Highway Loss Data Institute: Older drivers. Accedido el 10/03/22.
2. Rapoport MJ, Chee JN, Carr DB, et al: An international approach to enhancing a national guideline on driving and dementia. Curr Psychiatry Rep 20(3):16, 2018. doi: 10.1007/s11920-018-0879-x
3. Barco PP, Wallendorf M, Blenden G, et al: Caregiver prediction of driving fitness in older adults with dementia. Clin Gerontol 44(5):520–527, 2021. doi: 10.1080/07317115.2021.1872130
4. Bixby K, Davis JD, Ott BR: Comparing caregiver and clinician predictions of fitness to drive in people with Alzheimer's disease. Am J Occup Ther 69(3):6903270030p1–6903270030p7, 2015. doi: 10.5014/ajot.2015.013631
5. Alzheimer's Association: Dementia and driving: Signs of unsafe driving. Accedido el 10/03/2022.
Conceptos clave
Muchos ancianos deben dejar de conducir, lo que puede provocar consecuencias negativas (p. ej., aislamiento social, depresión, disminución de los destinos a los cuales el individuo puede manejar).
Los cambios en la función física, motora, sensitiva, y cognitiva relacionados con la edad y con enfermedades pueden afectar la capacidad de conducir y son responsables del aumento de la tasa de accidentes por kilómetros (milla) conducidos en conductores mayores.
Muchos conductores ancianos autorregulan su comportamiento.
Los adultos mayores son más vulnerables a las lesiones y la muerte en un accidente automovilístico que otros grupos etarios.
Las pruebas en el consultorio y las pruebas cognitivas pueden identificar a los conductores en riesgo que necesitan una evaluación adicional, pero estas pruebas no son lo suficientemente sensibles ni específicas como para ser el único determinante de la capacidad de conducir.
Las personas con demencia que se consideran aptas para continuar conduciendo deben ser reevaluadas cada 6 a 12 meses (o antes si corresponde).
Más información
Los siguientes son algunos recursos en inglés que pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable por el contenido de estos recursos.
American Geriatrics Society: Clinician’s Guide to Assessing and Counseling Older Drivers, 4th Edition
Austroads (Australia): Assessing Fitness to Drive
National Highway Traffic Safety Administration: Older Drivers: A resource providing driving safety information to older drivers and their caregivers
National Highway Traffic Safety Administration: Traffic Safety Facts, Older Population (2019 Data)