La torsión anexial es la torsión de los ovarios y a veces las trompas uterinas que interrumpe la irrigación arterial y provoca isquemia. Los síntomas incluyen dolor pélvico intenso, a menudo con náuseas y vómitos. El diagnóstico es clínico y con ecografía transvaginal. El tratamiento suele ser la cirugía laparoscópica.
La torsión anexial es una de las emergencias ginecológicas más frecuentes y ocurre con mayor frecuencia durante la edad reproductiva. Por lo general, se produce cuando el ovario está agrandado debido a un tumor u otro problema. La isquemia prolongada puede causar pérdida de la función ovárica o daño de las trompas uterinas (de Falopio).
Los factores de riesgo para la torsión anexial incluyen los siguientes:
Agrandamiento ovárico a > 4 cm (especialmente por tumores benignos)
Embarazo (si hay un quiste del cuerpo lúteo grande)
Inducción de la ovulación
Antecedentes previos de torsión anexial
Los tumores benignos son más propensos a la torsión que los malignos. La torsión de un anexo normal, que es rara, es más común entre las niñas y las adolescentes que entre las mujeres adultas (1).
Normalmente está comprometido un ovario, pero a veces también está involucrada la trompa uterina. La torsión puede provocar una peritonitis.
Referencia general
1. American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG): Adnexal torsion in adolescents: ACOG Committee Opinion No, 783. Obstet Gynecol. 134 (2):e56–e63, 2019. doi:10.1097/AOG.0000000000003373
Síntomas y signos de la torsión anexial
La torsión anexial causa un dolor pelviano repentino intenso y, en general, náuseas y vómitos. Durante días o a veces semanas antes del dolor repentino, la mujer siente dolores cólicos intermitentes, presumiblemente debido a la torsión parcial que resuelve de forma espontánea. El dolor puede localizarse homolateral a la torsión o puede ser difuso.
Puede haber taquicardia, fiebre, hipersensiilidad abdominal a la palpación y signos peritoneales. Durante el examen pélvico, suele detectarse hipersensibilidad a la movilización cervical y una masa anexial dolorosa unilateral. El dolor puede estar fuera de proporción en relación con los hallazgos del examen. En caso de desarrollarse signos peritoneales, estos aparecen en forma típica en un período más avanzado de a enfermedad.
Diagnóstico de la torsión anexial
Anamnesis y examen pélvico
Ecografía transvaginal
Cirugía exploradora para confirmación
La torsión anexial se sospecha en base a los síntomas típicos (es decir, dolor pélvico intermitente, grave, generalmente con náuseas y vómitos) y signos peritoneales inexplicables más dolor intenso a la movilización cervical o una masa anexial. Deben descartarse otras causas comunes de dolor pélvico (p. ej., apendicitis, embarazo ectópico, enfermedad inflamatoria pélvica, absceso tuboovárico).
El diagnóstico clínico de torsión anexial está respaldado por imágenes, como ecografía transvaginal, que muestra un ovario agrandado o una masa ovárica. La ecografía Doppler color que muestra un flujo sanguíneo disminuido o ausente en el ovario respalda aún más el diagnóstico.
Si se sospecha una torsión anexial, se indica de inmediato una cirugía exploradora. La presencia de una torsión ovárica confirma el diagnóstico.
Tratamiento de la torsión anexial
Cirugía para rescatar el ovario
Si se sospecha una torsión anexial, se realiza una laparoscopia (o rara vez una laparotomía) de inmediato para confirmar el diagnóstico y para intentar salvar el ovario y la trompa uterina (de Falopio) mediante su detorsión (sobre todo en una mujer en edad reproductiva) y el restablecimiento de la perfusión. La salpingooforectomía es necesaria si hay tejido necrótico o no viable.
Si hay un quiste o una masa ovárica y el ovario puede ser preservado, se realiza una quistectomía. De lo contrario, se requiere la ooforectomía.
Conceptos clave
Una torsión anexial del ovario y/o la trompa uerina (de Falopio) es una emergencia ginecológica frecuente; por lo general, se produce cuando el ovario está agrandado debido a una masa u otro problema.
La torsión causa dolor pélvico repentino y grave, y algunas veces náuseas y vómitos; puede estar precedido por días u ocasionalmente semanas de dolor cólico intermitente, presumiblemente como resultado de una torsión intermitente.
Se debe sospechar una torsión anexial si se encuentran sìntomas compatibles, hipersensibilidad a la palpación de la pelvis durante el examen y disminución o ausencia del flujo sanguíneo en la ecografía Doppler transvaginal; se debe proceder de inmediato a la cirugía exploradora para confirmar el diagnóstico y efectuar el tratamiento.
Si se diagnostica una torsión anexial, se debe intentar inmediatamente salvar el ovario y la trompa uterina desenrollándolos por vía laparoscópica o por laparotomía; si hay tejido no viable o necrótico o un quiste o masa ovárica, se requiere extirpación quirúrgica (salpingoooforectomía, quistectomía).