Prolapso apical y uterino

PorCharles Kilpatrick, MD, MEd, Baylor College of Medicine
Revisado/Modificado sept 2024
Vista para pacientes

El prolapso uterino es el descenso del útero hasta o más allá del introito. El prolapso apical es el descenso de la cúpula vaginal (manguito vaginal) después de la histerectomía. Los síntomas incluyen presión y plenitud vaginal. El diagnóstico es clínico. El tratamiento incluye la reducción, los pesarios y la cirugía.

En el prolapso uterino, el cuello desciende y puede visualizarse en el examen pélvico o, con el prolapso grave, puede visualizarse más allá del introito. En pacientes que han tenido una histerectomía total (extirpación del cuello uterino y el útero), la bóveda vaginal puede prolapsar. Con un prolapso vaginal grave, la vagina puede evertirse por completo.

Signos y síntomas del prolapso apical y uterino

Los síntomas del prolapso uterino o apical leves tienden a ser mínimos. En el prolapso uterino o apical más grave, son frecuentes la plenitud vaginal o pelviana, la presión, la disfunción sexual y la sensación de caída de órganos. El síntoma de presentación más común es un bulto vaginal, aunque esto puede ser intermitente porque puede ocurrir una reducción espontánea. Puede haber dolor en la región baja de la espalda. Son posibles el vaciado incompleto de la vejiga y el estreñimiento.

Si la mucosa vaginal o cervical sobresale más allá de la vagina, puede volverse seca, engrosarse, inflamarse de forma crónica, volverse edematosa y ulcerarse. Las úlceras pueden ser dolorosas o sangrantes y deben diferenciarse de la infección vulvovaginal o la dermatosis.

En general, también hay un cistocele o un rectocele.

La incontinencia urinaria también es frecuente. Alternativamente, los órganos pelvianos descendidos pueden obstruir intermitentemente el flujo urinario, provocando una retención urinaria y una incontinencia por rebosamiento, que enmascara una incontinencia de esfuerzo. La polaquiuria y la necesidad imperiosa de orinar pueden acompañar el prolapso uterino o vaginal.

Diagnóstico del prolapso apical y uterino

  • Examen pélvico en reposo y mientras la paciente hace un esfuerzo

El diagnóstico de prolapso uterino o apical vaginal se realiza con un espéculo de examen pélvico y un examen bimanual pélvico con la paciente en reposo y, luego, mientras hace un esfuerzo. La cuantificación del prolapso de los órganos pélvicos (POP-Q) suele utilizarse para documentar la gravedad.

La incontinencia urinaria o la retención urinaria concomitantes requieren evaluación.

Tratamiento del prolapso uterino y apical

  • Para el prolapso sintomático leve, pesarios

  • Reparación quirúrgica de las estructuras de sostén si es necesario, en general combinada con histerectomía

Prolapso uterino

El prolapso asintomático no requiere tratamiento. No es probable que el prolapso uterino sintomático responda a los ejercicios del suelo pélvico, pero un pesario es una buena opción terapéutica de primera línea. La cirugía se puede ofrecer a las pacientes que no desean o no pueden usar un pesario (1).

Para la colocación correcta de un pesario, el médico debe hacer un examen pélvico e insertar el pesario. Luego, la paciente debe pararse y caminar para evaluar la comodidad. El médico debe proporcionar instrucciones para extraer, limpiar y volver a colocar el pesario. En algunos países, los pesarios pueden adquirirse sin prescripción médica. El tamaño, el ajuste y la posición adecuados son importantes, porque un pesario puede causar ulceración vaginal, si no se ajusta correctamente, e infección, si no se limpia regularmente (al menos en forma mensual).

La cirugía para el prolapso uterovaginal puede realizarse por vía transvaginal o transabdominal utilizando diversas técnicas. Los factores que determinan la elección de las técnicas incluyen la experiencia del cirujano y la preferencia de la paciente. Las técnicas pueden incluir una de las siguientes o una combinación de ellas:

  • Histerectomía

  • Reparación quirúrgica de las estructuras de soporte pélvico (colporrafia)

  • Suspensión de la parte superior de la vagina (sutura de la región superior de la vagina a una estructura estable cercana)

  • Colpocleisis (cierre de la vagina después de la extracción del útero o con el útero en su lugar [procedimiento de Le Fort])

Independientemente de la vía quirúrgica, los síntomas a menudo recurren, especialmente en la pared vaginal anterior.

La cirugía se posterga hasta que las úlceras hayan curado.

Prolapso vaginal apical

El prolapso apical vaginal se trata de manera similar al uterino.

Si las mujeres no son buenas candidatas para una intervención quirúrgica prolongada (p. ej., si tienen comorbilidades graves) y no tienen planes de relaciones sexuales vaginales en el futuro, se les puede ofrecer colpocleisis (sutura de la vagina cerrada). Las ventajas del cierre vaginal incluyen la corta duración de la cirugía, el bajo riesgo de morbilidad perioperatoria, y muy bajo riesgo de recurrencia del prolapso.

La incontinencia urinaria también requiere tratamiento.

Referencia

  1. 1. Pelvic Organ Prolapse: ACOG Practice Bulletin, Number 214. Obstet Gynecol. 2019 (reaffirmed 2024);134(5):e126-e142. doi:10.1097/AOG.0000000000003519

Conceptos clave

  • El prolapso uterino es el descenso del útero hasta o más allá del introito. El Prolapso vaginal apical es el descenso de la cúpula vaginal (el manguito vaginal) después de la histerectomía.

  • Los síntomas incluyen la sensación de plenitud o de masa pelviana o vaginal, de presión y una sensación de que los órganos se caen. Los órganos pueden protruir en el canal vaginal o a través del orificio vaginal (introito), en especial durante los esfuerzos abdominales y al toser.

  • Los órganos pelvianos descendidos pueden obstruir intermitentemente el flujo urinario, provocando una retención urinaria y una incontinencia por rebosamiento, que enmascara una incontinencia de esfuerzo.

  • El diagnóstico de prolapso uterino o apical vaginal se realiza con un espéculo de examen pélvico y un examen bimanual pélvico con la paciente en reposo y, luego, mientras hace un esfuerzo.

  • El tratamiento conservador de primera línea es el uso de pesarios; tratar quirúrgicamente si las mujeres prefieren la cirugía a un pesario.

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