Puesto que la proteína C activada degrada los factores de la coagulación Va y VIIIa, la deficiencia de proteína C predispone a la trombosis venosa.
(Véase también Generalidades sobre los trastornos trombóticos).
La proteína C es dependiente de la vitamina K, al igual que los factores II (protrombina), VII, IX y X y las proteínas S y Z. Como la proteína C (PCA) activada degrada los factores Va y VIIIa, la PCA es un anticoagulante natural del plasma. La disminución de la proteína C debido a una anomalía genética o adquirida predispone a trombosis venosa (1).
La deficiencia heterocigota de la proteína plasmática C tiene una prevalencia de 0,2 a 0,5% (2); en los estudios familiares de probandos sintomáticos, el riesgo de tromboembolia venosa (TEV) durante toda la vida es alto. Además, el riesgo de TEV recurrente es alto (3). Es importante reconocer que los resultados observados en los estudios familiares pueden no ser generalizables a todos los pacientes con deficiencia de proteína C.
La deficiencia homocigota o heterocigota doble provoca púrpura neonatal fulminante, es decir, un tipo neonatal grave de coagulación intravascular diseminada (CID) que se manifiesta con equimosis y trombosis venosas y arteriales extensas, por lo general el primer día de vida.
Se observan deficiencias adquiridas en la proteína C en pacientes con enfermedad hepática o coagulación intravascular diseminada (CID) y durante el tratamiento con warfarina.
El diagnóstico se basa en análisis plasmáticos antigénicos y funcionales de proteína C.
Referencias generales
1. Dinarvand P, Moser KA. Protein C Deficiency. Arch Pathol Lab Med 2019;143(10):1281-1285. doi:10.5858/arpa.2017-0403-RS
2. Tait RC, Walker ID, Reitsma PH, et al. Prevalence of protein C deficiency in the healthy population. Thromb Haemost 1995;73(1):87-93.
3. Lijfering WM, Brouwer JL, Veeger NJ, et al. Selective testing for thrombophilia in patients with first venous thrombosis: results from a retrospective family cohort study on absolute thrombotic risk for currently known thrombophilic defects in 2479 relatives. Blood 2009;113(21):5314-5322. doi:10.1182/blood-2008-10-184879
Tratamiento de la deficiencia de proteína C
Anticoagulación
Los pacientes con trombosis sintomática pueden ser tratados con anticoagulantes orales directos (DOAC) o warfarina.
Al iniciar la terapia con warfarina, es importante que los médicos usen dosis terapéuticas de heparina o heparina de bajo peso molecular para la anticoagulación inicial y eviten las dosis de carga de warfarina. En cambio, una vez que los pacientes están anticoagulados terapéuticamente con un agente parenteral, debe iniciarse la administración de warfarina en la dosis de mantenimiento estimada (p. ej., 5 mg diarios) y la anticoagulación parenteral debe continuar durante al menos 5 días y hasta que el IIN sea ≥ 2.
Dado que la proteína C es una proteína dependiente de la vitamina K y tiene una semivida corta en comparación con los factores II y X, la interrupción de los anticoagulantes parenterales antes de que los niveles de factor II y X hayan disminuido lo suficiente (a 20 a 40% de la actividad normal) puede precipitar una necrosis cutánea por warfarina. Esta complicación se evita mediante el uso de anticoagulantes orales directos, que parecen ser tan eficaces como la warfarina para la prevención de la tromboembolia venosa en pacientes con deficiencia de proteína C.
La púrpura neonatal fulminante es fatal de no mediar reemplazo de proteína C (utilizando plasma normal o concentrado purificado), junto con la anticoagulación con heparina o heparina de bajo peso molecular.