La comunicación en los niños puede ser desordenada debido a un problema con la voz, la audición, el habla, el lenguaje, o una combinación. El diagnóstico consiste en la evaluación de cada uno de estos componentes.
Más del 10% de los niños tienen un trastorno de la comunicación. Un trastorno en un componente puede afectar a otro componente. Por ejemplo, la discapacidad auditiva afecta modulación de la voz y puede conducir a la voz desordenada. La pérdida de audición debido a otitis media puede interferir con el desarrollo del lenguaje. Todos los trastornos de la comunicación, incluyendo trastornos de la voz, pueden interferir con el rendimiento académico y las relaciones sociales.
Trastornos de la voz
Más de 6% de los niños en edad escolar tienen un problema de la voz, más a menudo ronquera. La causa suele ser el uso excesivo crónico de la voz o hablar demasiado alto. La anomalía anatómica correspondiente más común es la presencia de nódulos en las cuerdas vocales. Otras lesiones laríngeas o anormalidades endocrinas también pueden contribuir. La pérdida de audición puede contribuir al afectar la capacidad de detectar el volumen de la voz y así modular la fuerza de la voz. Los nódulos suelen resolverse con la terapia vocal, y rara vez requieren cirugía.
Trastornos de la audición
Los trastornos de la audición se explican en otra sección, ver Alteración auditiva en niños.
Trastornos del habla
Alrededor del 5% de los niños que ingresan a primer grado tienen un trastorno del habla. En los trastornos del habla, la producción del habla está alterada. Los trastornos del habla incluyen:
Calidad de voz hipernasal: la hipernasalidad normalmente es causada por un paladar hendido u otra anormalidad estructural que impide el cierre normal del paladar blando con la pared de la faringe (insuficiencia velofaríngea).
Tartamudez: la tartamudez del desarrollo, la forma habitual de la tartamudez, por lo general comienza entre los 2 y los 5 años de edad, y es más común entre los varones. Se desconoce la etiología del tartamudeo, pero es frecuente un antecedente familiar. Los trastornos neurológicos (p. ej., accidente cerebrovascular, traumatismo encefalocraneado) también pueden causar tartamudeo.
Trastornos de la articulación: la mayoría de los niños con trastornos de la articulación no tienen una causa física detectable. La disartria secundaria puede ser el resultado de trastornos neurológicos que alteran la inervación o la coordinación de los músculos del habla. Debido a que los músculos de la deglución también son afectados, puede observarse disfagia antes de que se detecte la disartria. Los trastornos de la audición y anormalidades estructurales (p. ej., de la lengua, el labio o el paladar) también puede afectar la articulación.
La terapia del habla es útil en muchos trastornos del habla primarios. Los niños con lesiones que causan insuficiencia velofaríngea, por lo general requieren cirugía, así como terapia del habla.
Trastornos del lenguaje
Alrededor del 5% de los niños sanos tienen dificultades con la comprensión o expresión del lenguaje (llamado trastorno específico del lenguaje). Los varones son afectados con mayor frecuencia, y se cree que contribuyen factores genéticos. Por otra parte, los problemas del lenguaje pueden ser secundarios a otro trastorno (p. ej., lesión cerebral traumática, discapacidad intelectual, pérdida de la audición, negligencia o abuso, autismo, déficit de atención/hiperactividad).
Los niños pueden beneficiarse de la terapia del lenguaje. Algunos niños con trastorno específico del lenguaje se recuperan espontáneamente.
Diagnóstico
Se debe aconsejar a los padres que busquen atención médica si un niño tiene problemas de comunicación (p. ej., incapacidad para decir al menos 2 palabras en su primer cumpleaños). La evaluación debe incluir exámenes neurológicos y ORL. Se evalúan la audición y el lenguaje.
Se debe considerar una laringoscopía si se sospecha un trastorno de la voz (p. ej., ronquera, voz entrecortada).
Conceptos clave
Los trastornos de la voz, la audición, el habla o el lenguaje (trastornos de la comunicación) son comunes y tienen consecuencias académicas y sociales.
Se debe evaluar a los niños cuya comunicación es retardada (p. ej., que no pueden decir al menos 2 palabras al cumplir el primer año de vida).
En niños con trastornos de la comunicación, se debe evaluar la audición y el desarrollo del lenguaje y considerar una laringoscopia.