Hay muchos opciones para prótesis de los miembros, pero después de que una evaluación funcional da como resultado un plan de tratamiento, el proceso de adaptación generalmente sigue los mismos pasos, independientemente de la prótesis de miembro elegida. Los pasos para colocar la prótesis se coordinan con sesiones de entrenamiento de fisioterapia y terapia ocupacional. (Véase también Generalidades sobre las prótesis de los miembros).
Una prótesis consta de 7 componentes básicos:
Interfaz de almohadilla de gel de miembro residual: un gel de silicona o de material viscoelástico que protege la piel y modula la presión
Sistema de suspensión: conecta la prótesis al cuerpo
Cuenca: receptáculo de plástico rígido en el que se inserta el miembro residual con interfaz de gel (puede existir un receptáculo flexible primario interno que ayuda a modular las fuerzas)
Articulaciones (tobillo, rodilla, muñeca, codo) y apéndice terminal (mano, pie)
Acoplamientos de conexión modulares del sistema endoesquelético: conexión de articulaciones protésicas y apéndices terminales y provisión de capacidad de ajuste
Forma anatómica: material de espuma blanda que simula los contornos musculares y protege los componentes endoesqueléticos
Piel sintética: fina capa del mismo color aplicada sobre la forma anatómica
Durante el proceso de ajuste, se obtiene una impresión del miembro residual mediante vendajes de yeso aplicados en forma manual o imágenes digitales. Luego, se hace un modelo positivo del miembro, ya sea a mano con yeso o digitalmente, y se usa para fabricar un receptáculo de manera manual o con una fresadora controlada por un ordenador. Se forma un receptáculo alrededor del modelo positivo. Este receptáculo está integrado a una prótesis de diagnóstico que probará varias combinaciones de componentes para determinar qué opción proporciona estabilidad, función y eficiencia biocinética óptimas. Una vez que se han seleccionado los componentes y el diseño, se fabrica el receptáculo definitivo, generalmente de fibra de carbono y otros materiales duraderos, y la prótesis definitiva se alinea y se optimiza. Se crea la apariencia externa, ya sea anatómicamente realista y simétrica al miembro opuesto o una que deje los componentes expuestos. El proceso de adaptación requiere de 7 a 18 consultas, según la complejidad, y alrededor de 16 procedimientos de fabricación en laboratorio.
La osteointegración transcutánea, una alternativa a una prótesis de encaje tradicional, consiste en implantar quirúrgicamente un anclaje protésico en el hueso del miembro residual, cambiando la interfase de tejido blando entre el miembro residual y el encaje protésico. Esta alternativa puede ser especialmente útil para los pacientes que tuvieron una mala experiencia (incluyendo dolor, falta de estabilidad y problemas en la piel) con su prótesis con encaje.