La necesidad de tratamiento de las arritmias depende de los síntomas y la gravedad de la arritmia. El tratamiento se centra en las causas. Si se considera necesario, debe indicarse una terapia antiarrítmica dirigida, con antiarrítmicos, cardioversión y desfibrilación, cardiodesfibriladores implantables (CDI), marcapasos (y una forma especial de marcapasos, terapia de resincronización cardíaca), ablación con catéter, cirugía, o una combinación de estos procedimientos.
Si una taquicardia depende de una vía específica o se origina en un sitio ectópico, el área puede destruirse (ablación) de manera intencional para lograr la curación. Los métodos de ablación incluyen
Ablación por radiofrecuencia
Crioablación
Ablación con láser
Ablación por campo eléctrico pulsado
En general, la ablación por radiofrecuencia se realiza usando energía eléctrica de radiofrecuencia (RF) de bajo voltaje y alta frecuencia (300 a 750 MHz) suministrada mediante un catéter transvenoso. Esta energía calienta y necrosa un área < 1 cm de diámetro y de hasta 1 cm de profundidad.
La crioablación utiliza congelación de tejido (a -70° C) para afectar la destrucción del tejido. Se han desarrollado otros sistemas de administración para uso intraoperatorio.
La energía láser puede administrarse utilizando un catéter transvenoso para la ablación de una zona específica.
La ablación por campo eléctrico pulsado utiliza un tren de pulsos de alto voltaje, que son impulsos eléctricos de corta duración que destruyen los miocitos cardíacos a través de un método no térmico. La corriente eléctrica hace que se formen poros en la membrana celular, lo que destruye la célula. Los miocitos son más sensibles a este estímulo que muchas otras células, de manera que las estructuras colaterales pueden experimentar menos daño. Esta técnica de ablación es bastante dolorosa como para requerir anestesia general.
Antes de poder aplicar la energía, el sitio o los sitios donde se va a actuar deben identificarse en un estudio electrofisiológico.
La tasa de éxito es > 90% en las taquicardias supraventriculares de reentrada (a través del nodo auriculoventricular [AV] o de una vía accesoria), la taquicardia auricular focal y el aleteo auricular localizado y las taquicardias ventriculares localizadas idiopáticas (como la taquicardia ventricular de reentrada en el tracto de salida del ventrículo derecho, la cara izquierda del tabique o una rama del fascículo de His).
Dado que a menudo la fibrilación auricular (FA) se origina o se mantiene gracias a un sitio arritmogénico en las venas pulmonares, este sitio de origen puede aislarse de la actividad eléctrica mediante la ablación de la unión entre las venas pulmonares y la aurícula izquierda o de la aurícula izquierda. En forma alternativa, los pacientes con fibrilación auricular refractaria y frecuencias ventriculares rápidas pueden someterse a ablación del nodo AV después del implante de un marcapasos permanente. La ablación por radiofrecuencia a veces resulta exitosa en pacientes con taquicardia ventricular refractaria al tratamiento farmacológico, en especial cuando está presente una cardiopatía isquémica.
La ablación transcatéter es segura. El riesgo de mortalidad es más alto en procedimientos complejos. La mortalidad es < 1/2000 para procedimientos de ablación no complejos, pero puede ser tan alta como 1/500 para procedimientos de aislamiento de venas pulmonares en presencia de fibrilación auricular o procedimientos de ablación de sustratos de taquicardia ventricular.
Sus complicaciones abarcan lesión valvular, estenosis u oclusión de la vena pulmonar (si se emplea para tratar una fibrilación auricular), accidente cerebrovascular u otras embolias, perforación cardíaca, taponamiento cardíaco (1%) y ablación no intencional del nodo AV.