La pericondritis del oído puede ser un proceso inflamatorio, pero no necesariamente infeccioso, que provoca inflamación difusa, eritema y dolor del pabellón auricular, o un absceso entre el cartílago y el pericondrio.
Las causas de pericondritis incluyen
Traumatismo (incluyendo quemaduras)
Picaduras de insectos
Perforaciones del oído a través del cartílago
Condiciones inflamatorias sistémicas (p. ej., vasculitis como granulomatosis con poliangeítis, policondritis recidivante)
Propagación de infecciones superficiales del pabellón auricular
Dado que el pericondrio irriga el cartílago, una lesión que separa el pericondrio de ambos lados del cartílago puede provocar necrosis avascular y un pabellón deformado (llamado oído de coliflor) en cuestión de semanas. También puede producirse una necrosis séptica, a menudo por la infección por bacilos gramnegativos.
Imagen proporcionada por Bechara Ghorayeb, MD.
Los síntomas de la pericondritis consisten en enrojecimiento, dolor e hinchazón. La evolución de la pericondritis tiende a ser indolente, recurrente, prolongada y destructiva.
Tratamiento de la pericondritis del oído
Terapia urgente con antibióticos por vía oral, en forma típica una fluoroquinolona, a veces con un aminoglucósido y una penicilina semisintética
A menudo, un corticosteroide sistémico
En caso de absceso, incisión quirúrgica urgente y drenaje
Los pacientes con inflamación difusa de todo el pabellón de la oreja se tratan con antibióticos empíricos (p. ej., fluoroquinolonas, que tienen buena penetración en el cartílago) y, a menudo un corticosteroide sistémico por sus efectos anti-inflamatorios. Cualquier material extraño (p. ej., anillo, astilla) debe ser eliminado. Si la etiología no es claramente infecciosa (p. ej., una perforación [piercing] infectada), se debe evaluar un trastorno inflamatorio (véase también Generalidades sobre la vasculitis).
En un absceso pericondral se hace incisión del área afectada y se deja un pequeño drenaje colocado durante 24 a 72 hs. Se inicia la administración de antibióticos sistémicos con una fluoroquinolona o un aminoglucósido y una penicilina semisintética. La elección ulterior del antibiótico está determinada por los resultados del cultivo y el antibiograma. Pueden resultar útiles las compresas calientes. Es importante asegurar que el pericondrio se reaproxime al cartílago para mantener el suministro de sangre al cartílago y prevenir la necrosis. La reaproximación se asegura mediante la inserción de 1 o 2 suturas de colchonero a través de todo el espesor de la oreja, de preferencia a través de rodillos dentales en ambos lados de la oreja.