Una prueba de cultivo fúngico ayuda a diagnosticar las infecciones por hongos, un problema de salud causado por la exposición a hongos. Un hongo es un tipo de germen que vive en el aire, el suelo, las plantas e incluso en el cuerpo humano. Hay más de un millón de tipos de hongos. La mayoría son inofensivos, pero algunos pueden causar infecciones. Hay dos tipos principales de infecciones por hongos : superficiales (afectan las partes externas del cuerpo) y sistémicas (afectan a sistemas y aparatos dentro del cuerpo).
Las infecciones por hongos superficiales son muy comunes. Pueden afectar a la piel, la región genital y las uñas. Las infecciones superficiales incluyen el pie de atleta , las infecciones vaginales por cándida y la tiña , un tipo de hongo que puede causar un sarpullido en forma de círculo. Aunque no son graves, las infecciones superficiales por hongos pueden causar sarpullidos escamosos con picazón y otros problemas incómodos.
Las infecciones por hongos sistémicas pueden afectar a los pulmones, la sangre y otros sistemas y aparatos del cuerpo. Estas infecciones pueden ser bastante serias. Muchos de los hongos más dañinos afectan a las personas con sistemas inmunitarios debilitados. Otros, como el Sporothrix schenckii por ejemplo, suelen afectar a las personas que trabajan con el suelo y las plantas, aunque los hongos pueden infectar a una persona a través de la picadura o el arañazo de animal, a menudo un gato. Una infección por Sporothrix puede causar úlceras en la piel, enfermedad pulmonar o problemas con las articulaciones.
Tanto las infecciones fúngicas superficiales como las sistémicas se pueden diagnosticar con una prueba de cultivo fúngico.