Inmunoterapia antineoplásica

PorRobert Peter Gale, MD, PhD, DSC(hc), Imperial College London
Revisado/Modificado jul 2024
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    La inmunoterapia estimula al sistema inmunitario del organismo para que se defienda del cáncer. Estos tratamientos se dirigen a las características genéticas específicas de las células tumorales. Las características genéticas de los tumores no dependen del órgano del cuerpo en el que se desarrolla el cáncer. Por tanto, estos fármacos pueden ser efectivos frente a muchos tipos de cáncer. (Véase también Principios del tratamiento oncológico.)

    Existen varios tipos diferentes de tratamientos que utilizan los médicos para estimular el sistema inmunitario. Y esta área de tratamiento del cáncer está siendo estudiada intensivamente. EL National Cancer Institute (Instituto nacional para el cáncer) mantiene una lista actualizada de los medicamentos de inmunoterapia (así como de los demás medicamentos utilizados para tratar el cáncer). La lista proporciona un breve resumen de los usos de cada medicamento y enlaces a información adicional.

    Anticuerpos monoclonales

    El tratamiento con anticuerpos monoclonales consiste en administrar anticuerpos producidos en un laboratorio que actúen sobre proteínas específicas de la superficie de las células cancerosas. Se dispone de muchos de estos anticuerpos y otros se están estudiando. El trastuzumab es uno de estos anticuerpos y actúa sobre el receptor HER-2/neu presente en la superficie de las células cancerosas en el 25% de las mujeres afectadas por cáncer de mama. El trastuzumab potencia el efecto de los antineoplásicos.

    El rituximab es sumamente eficaz en el tratamiento de linfomas y de leucemias linfocíticas crónicas. Se puede administrar el rituximab unido a un isótopo radiactivo para irradiar directamente las células del linfoma.

    El gemtuzumab ozogamicina, una combinación de anticuerpo y fármaco, es eficaz en algunos casos de leucemia mieloide aguda.

    Varios anticuerpos monoclonales modifican la función de puntos de control inmunitario, que ayudan a controlar el sistema inmunitario y, al hacerlo, estimulan la inmunidad natural del cuerpo contra el cáncer. Los medicamentos llamados inhibidores del punto de control pueden bloquear los puntos de control, que son proteínas de ciertos glóbulos blancos que reconocen las células tumorales y se unen a ellas, ayudando a activar y desactivar la respuesta inmunitaria. Algunos cánceres activan estos puntos de control y desactivan la capacidad del sistema inmunitario para atacar al cáncer. Los inhibidores del punto de control son medicamentos que se dirigen a distintas proteínas de los puntos de control de los glóbulos blancos como CTLA-4 (ipilimumab y tremelimumab), PD1 (cemiplimab, dostarlimab, nivolumab y pembrolizumab) o PD-L1 (durvalumab, atezolizumab y avelumab), lo que permite al sistema inmunitario atacar al cáncer. Los inhibidores del punto de control se administran solos o combinados con otros medicamentos contra el cáncer.

    Células T modificadas

    Los linfocitos T son células del sistema inmunitario que pueden reconocer y destruir células extrañas. En esta forma de tratamiento del cáncer, las células T se extraen de la sangre de una persona con cáncer. Luego, en el laboratorio, los médicos modifican estas células T genéticamente para que reconozcan y ataquen a las células cancerosas de esta persona. Luego devuelven los linfocitos T modificados a la persona. El ejemplo más común de esta estrategia se denomina células T del receptor de antígeno quimérico (CAR-T, por sus siglas en inglés). Las células CAR-T constituyen una terapia eficaz para las personas con leucemia linfoblástica aguda, linfomas de linfocitos B y mieloma múltiple.

    Las técnicas relacionadas consisten en el crecimiento de las células T extraídas en el laboratorio y su activación mediante la exposición a ciertas sustancias (citocinas) que expanden su número y aumentan potencialmente su capacidad para destruir las células cancerosas cuando se vuelven a infundir.

    Inmunoterapia inespecífica

    Los modificadores de la respuesta biológica estimulan a las células normales para producir mensajeros químicos (mediadores) que mejoran la capacidad del sistema inmunitario para encontrar y destruir células cancerosas. Los efectos son generalizados y no son específicos de ciertos tipos de cáncer.

    El interferón (del que hay varios tipos) es el modificador de la respuesta biológica que mejor se conoce y que más se administra. Casi todas las células humanas producen interferón de forma natural, pero también se puede fabricar mediante biotecnología. Aunque sus mecanismos precisos de acción no se conocen con exactitud, el interferón desempeña un papel en el tratamiento de varios tipos de cáncer, como el sarcoma de Kaposi y el melanoma maligno.

    Las interleuquinas son mensajeros producidos por ciertas células del sistema inmunitario (linfocitos T activados). La administración de interleuquinas puede ayudar en el tratamiento del melanoma metastásico y puede ser beneficiosa en el cáncer de riñón. La interleucina-2, producida por ciertos glóbulos blancos (leucocitos), puede ser eficaz para tratar el carcinoma de células renales y el melanoma metastásico.

    Vacunas contra el cáncer

    Las vacunas compuestas de material derivado de células tumorales puede reforzar la producción de anticuerpos o de células inmunitarias (que pueden atacar al cáncer) por parte del organismo. Los extractos de bacterias debilitadas de tuberculosis, que se sabe que refuerzan la respuesta inmunitaria, han resultado eficaces tras introducirlos en la vejiga para prevenir la recidiva de los tumores vesicales.

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