Bioequivalencia e intercambiabilidad de los fármacos genéricos

PorDaphne E. Smith Marsh, PharmD, BC-ADM, CDCES, University of Illinois at Chicago College of Pharmacy
Revisado/Modificado abr 2023
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Los medicamentos son fármacos utilizados terapéuticamente (es decir, para tratar afecciones médicas). Cuando una determinada empresa farmacéutica desarrolla una versión genérica de un medicamento de marca registrada de otra empresa, el personal especializado en la creación de fórmulas farmacéuticas de la nueva empresa debe idear cómo fabricarlo. No basta con la simple reproducción de la estructura química del fármaco de marca registrada o con comprar el principio activo a un fabricante de productos químicos. (Véase también Introducción a los fármacos genéricos y a la denominación de fármacos).

Aunque 250 miligramos (mg) de un fármaco presentado como marca registrada son idénticos a 250 mg del mismo fármaco presentado como genérico, una píldora de 250 mg de un genérico que contenga ese mismo principio activo puede tener, o no, el mismo efecto sobre el organismo que una píldora de 250 mg de una marca registrada. La razón de esto es que cada uno de los componentes utilizados en la preparación o la formulación de un producto afecta en la forma de absorción en el torrente sanguíneo. Para que un principio activo se convierta en producto habilitado para su uso son necesarios algunos ingredientes inactivos, tales como el recubrimiento, estabilizantes, aditivos, fijadores, aromatizantes, disolventes y otros. Estos ingredientes se pueden utilizar para

  • Proporcionar volumen para que una tableta sea lo suficientemente grande para poder ser manipulada

  • Evitar que una tableta se deshaga desde que se fabrica hasta que se utiliza

  • Ayudar a que una tableta se disuelva en el estómago o el intestino

  • Proporcionar sabor y color agradables

Los ingredientes inactivos suelen ser sustancias inocuas que no tienen efectos sobre el organismo. No obstante, debido a que los componentes inactivos son causa de reacciones alérgicas inusuales, a veces graves en ciertas personas, una versión o una marca de un fármaco puede ser preferible a otra. Por ejemplo, los bisulfitos (como el metabisulfito de sodio), que se utilizan como conservantes en varios productos, causan en muchas personas reacciones alérgicas asmáticas (sibilancias, dificultad respiratoria, opresión torácica). Por consiguiente, los productos farmacéuticos que contienen bisulfitos indican claramente esta característica en su prospecto o en su etiqueta.

Bioequivalencia

Los fabricantes deben llevar a cabo estudios para determinar si la versión de un fármaco es bioequivalente en relación con el fármaco original, es decir, que la versión genérica libera su principio activo (el fármaco propiamente dicho) en el torrente sanguíneo prácticamente a la misma velocidad y en las mismas cantidades que el medicamento original. Debido a que la seguridad y la eficacia del principio activo ya han sido comprobadas en las pruebas realizadas para la autorización y la comercialización del fármaco con marca registrada, los estudios de bioequivalencia solo tienen que comprobar que la versión genérica produce prácticamente los mismos niveles de fármaco en sangre a lo largo del tiempo, y en consecuencia esta comprobación requiere un número de voluntarios sanos relativamente pequeño (24 a 36).

Aunque cuando se habla de prescripción de genéricos suele pensarse solo en las formas de administración oral, como comprimidos, cápsulas y líquidos, hay también otras formas de administración, como inyecciones, parches, inhaladores y otras que, a su vez, deben cumplir requisitos de bioequivalencia. Los organismos competentes (como la FDA en Estados Unidos) establecen los requisitos de bioequivalencia para las distintas formas de administración o dosificación de un fármaco.

El fabricante del fármaco de marca registrada también debe probar la bioequivalencia de una nueva presentación antes de ponerla a la venta. Las nuevas formas incluyen nuevos procedimientos de dosificación, concentraciones distintas del producto farmacéutico de nombre registrado existente y cualquier otro tipo de modificación que pretenda comercializarse, así como los nuevos medicamentos genéricos. Algunas veces la forma que fue inicialmente ensayada se modifica por razones comerciales. Por ejemplo, se hacen comprimidos más resistentes, se les añade color o sabor, o se cambian algunos componentes inactivos con el fin de procurar que el producto sea mejor aceptado por los consumidores.

Procedimientos de evaluación y aprobación

Las agencias reguladoras (en Estados Unidos la U.S. Food and Drug Administration [FDA]) evalúan cada versión genérica de un fármaco. Si los estudios indican que el medicamento de marca registrada y la versión genérica son esencialmente bioequivalentes, autorizan su venta. Comprueban también que el nuevo fármaco genérico contenga la cantidad adecuada de principio activo (el fármaco propiamente dicho), que su fabricación se ajuste a las normas (Good Manufacturing Practices) y que la versión genérica tenga características de tamaño, color y forma que la diferencien de la versión original con marca registrada, conforme a lo que establece la legislación.

Intercambiabilidad y sustitución

Teóricamente, todo fármaco genérico que es bioequivalente con su homólogo de marca registrada puede intercambiarse con él. Cuando los fármacos no están protegidos por una patente, el genérico puede ser la única forma disponible. Para limitar los costes, muchos médicos prescriben medicamentos genéricos siempre que es posible. Incluso si el médico ha recetado un fármaco de marca registrada, el farmacéutico puede dispensar uno genérico, salvo que el médico haga constar por escrito en la receta que no debe ser sustituido. También las compañías aseguradoras y los distintos sistemas sanitarios establecen a veces que siempre que sea posible se prescriban medicamentos genéricos para reducir costes. En algunos planes de seguros se permite que los consumidores elijan un medicamento de marca registrada, más caro, si ha sido recetado por su médico, pero deben pagar la diferencia de precio. Sin embargo, en algunos programas sanitarios gubernamentales es posible que el consumidor no pueda elegir. Si el médico receta un fármaco genérico, el farmacéutico debe dispensar un genérico. También existen sistemas en los que el consumidor puede pedir que le sea proporcionado un fármaco de marca registrada incluso aunque el médico y el farmacéutico recomienden un genérico.

En algunos casos, la sustitución por un genérico puede no ser conveniente. Por ejemplo, algunas versiones genéricas disponibles pueden no ser exactamente bioequivalentes al fármaco de marca registrada. Estos genéricos pueden usarse, pero no como sustitución del producto de marca registrada. En los casos en que una pequeña diferencia en la cantidad de principio activo en sangre pueda producir una gran diferencia en la efectividad del fármaco, los genéricos no suelen usarse como medicamentos de sustitución de los de marca registrada, aunque estén disponibles productos genéricos bioequivalentes. Ejemplos de este tipo de fármaco son la warfarina (un anticoagulante) y la fenitoína (un anticonvulsivo). Finalmente, un producto genérico puede ser inadecuado si la persona es alérgica a alguno de los componentes inactivos que contiene. Por ello, en aquellos casos en que el médico receta específicamente un medicamento de marca registrada y el consumidor pretende adquirir una versión genérica equivalente en cuanto a sus principios activos, el farmacéutico deberá pedirle que lo consulte previamente con el médico.

Los fármacos que deben administrarse en cantidades muy pequeñas tienen menor probabilidad de ser intercambiables, porque la diferencia entre una dosis eficaz y una dosis perjudicial (el margen de seguridad) o ineficaz es muy pequeña. Sirve como ejemplo la digoxina, que se utiliza en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca. Cambiar una versión de digoxina de marca registrada por un producto genérico puede causar problemas, porque es posible que ambas versiones no sean lo bastante bioequivalentes. No obstante, algunas versiones genéricas de digoxina han sido autorizadas por la FDA como bioequivalentes. Los farmacéuticos y los médicos pueden responder a preguntas sobre qué medicamentos genéricos son intercambiables por los comerciales y cuáles no.

Un libro publicado cada año por la FDA y actualizado periódicamente también ofrece orientación sobre qué medicamentos son intercambiables. Este libro, Approved Drug Products With Therapeutic Equivalence Evaluations (conocido como «el libro naranja» por el color de su cubierta), está disponible en versión impresa y {online para cualquier persona, pero se dirige específicamente a médicos y farmacéuticos. En algunos países esta información está disponible también en versiones sencillas dirigidas a la población general. Existen publicaciones en distintos formatos y bases de datos online que incluyen la información necesaria para el tratamiento farmacológico, promovidas o auspiciadas por organismos públicos competentes, por asociaciones profesionales o por alguna editorial especializada. Véase Approved Drug Products With Therapeutic Equivalence Evaluations.

La sustitución de un fármaco genérico puede causar también, en algún caso, otro tipo de problemas al consumidor (véase Circunstancias en que puede ser inadecuada la sustitución por un genérico). Un médico puede recetar un producto de marca registrada y dar sus explicaciones al paciente en relación con ese producto. Si el farmacéutico le proporciona un producto genérico equivalente y el prospecto de este no hace ninguna referencia al producto de marca registrada, el consumidor ignorará la relación entre ese genérico y el medicamento que le ha recetado su médico. Para evitar esta confusión, actualmente la mayoría de las farmacias incluyen el nombre comercial de referencia en la etiqueta cuando se sustituye por un producto genérico.

Se debe tener precaución al considerar el cambio de marca de medicamentos que entraron en el mercado antes de que entrara en vigor la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos de 1938 (por ejemplo, digoxina, codeína y fenobarbital). Los pocos medicamentos de esta categoría que todavía se prescriben están exentos de los requisitos de los medicamentos genéricos. Cambiar de una versión a otra de estos fármacos no es aconsejable porque no se dispone de normas para compararlos.

Otros fármacos cuya sustitución genérica puede no ser apropiada son aquellos que cuentan con un margen de seguridad considerado estrecho porque la dosis tóxica y la dosis efectiva se encuentran demasiado cerca como para que el fármaco se pueda usar de forma segura.

Tabla
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Más información

El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de este recurso.

  1. Orange Book: Approved Drug Products With Therapeutic Equivalence Evaluations (Libro naranja: fármacos aprobados con evaluaciones de equivalencia terapéutica): este recurso proporciona archivos de datos descargables que se actualizan mensualmente.

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