La infección por el virus del Nilo occidental es una enfermedad vírica que se transmite principalmente de los mosquitos a las personas. La mayoría de los afectados presentan síntomas leves o ninguno, pero algunos desarrollan una infección grave que afecta el sistema nervioso central.
La infección por el virus del Nilo occidental está presente en los Estados Unidos continentales, el sur de Canadá, Méjico, América Central y del Sur, y las islas del Caribe, así como en África, Oriente Medio, el sur de Europa, la antigua Unión Soviética, India e Indonesia. Un virus estrechamente relacionado, el virus de Kunjín, está presente en Australia.
Los síntomas, si los hay, varían en cuanto a gravedad, pero pueden incluir fiebre, dolor de cabeza, dolor corporal, dolor en las articulaciones, vómitos, diarrea o erupción cutánea.
Con muy poca frecuencia, las personas afectadas desarrollan una infección grave, a veces mortal, que afecta el sistema nervioso central.
Para diagnosticar la infección por el virus del Nilo occidental, los médicos realizan una punción lumbar o análisis de sangre para detectar anticuerpos contra el virus.
La mayoría de las personas con infección por el virus del Nilo occidental no necesitan tratamiento, pero las que desarrollan infecciones en el encéfalo o en la médula espinal requieren una estrecha monitorización y tratamiento de apoyo, como ventilación mecánica.
No existen vacunas para prevenir la infección por el virus del Nilo occidental en humanos, pero se puede reducir el riesgo de transmisión tomando medidas para prevenir las picaduras de mosquitos.
El virus del Nilo occidental está presente en muchas especies de aves. Los mosquitos se infectan cuando pican a las aves infectadas. Los mosquitos infectados transmiten entonces el virus del Nilo occidental a las personas y a otros animales al picarlos. En un número muy pequeño de casos, el virus del Nilo occidental se ha transmitido a través de transfusiones de sangre, trasplantes de órganos y de madre a bebé durante el embarazo, el parto o la lactancia.
Síntomas de la infección por el virus del Nilo occidental
La mayoría (4 de cada 5) personas con infección por el virus del Nilo occidental no presentan síntomas. Alrededor de 1 de cada 5 desarrollan fiebre junto con otros síntomas como dolor de cabeza, dolor corporal, dolor en las articulaciones, vómitos, diarrea o erupción cutánea.
Aproximadamente 1 de cada 150 personas desarrolla una afectación grave del sistema nervioso central con encefalitis (una infección cerebral), meningitis (infección de los tejidos que recubren el encéfalo y la médula espinal) o debilidad y parálisis. Los síntomas de la infección del sistema nervioso central incluyen fiebre elevada, dolor de cabeza, rigidez en el cuello, estupor, desorientación, coma, temblores, convulsiones, debilidad muscular, pérdida de visión, entumecimiento y parálisis. Las personas mayores y las personas con ciertas afecciones médicas crónicas, como diabetes o hipertensión arterial, son más propensas a desarrollar una enfermedad grave. Aproximadamente 1 de cada 10 personas con afectación grave del sistema nervioso central muere.
La mayoría de las personas con síntomas característicos se recuperan por completo, pero la fatiga y la debilidad pueden durar semanas o meses. Las personas cuyo sistema nervioso central se ve afectado a menudo sufren efectos adversos duraderos en el encéfalo y en los nervios.
Diagnóstico de infección por el virus del Nilo occidental
Análisis de sangre
Punción lumbar
La infección por el virus del Nilo occidental se sospecha en personas con síntomas característicos (especialmente aquellos que sugieren meningitis o una infección encefálica).
Para diagnosticar el virus del Nilo occidental, los médicos pueden solicitar análisis de sangre para detectar anticuerpos específicos contra dicho virus. (Los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunitario para ayudar al organismo a defenderse de un ataque en concreto.)
Si aparecen síntomas de meningitis, se realiza una punción lumbar para obtener una muestra de líquido cefalorraquídeo a fin de analizarlo. (El líquido cefalorraquídeo es el líquido que circula a través de los tejidos que recubren el encéfalo y la médula espinal.) Se envía una muestra de líquido cefalorraquídeo al laboratorio para analizar la presencia de anticuerpos específicos contra el virus del Nilo occidental.
La técnica de reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR, por sus siglas en inglés) puede utilizarse para hacer muchas copias del material genético del virus. Estas técnicas facilitan a los médicos la identificación del virus de forma rápida y precisa.
Tratamiento de la infección por el virus del Nilo occidental
Tratamiento sintomático
No existe un tratamiento específico para la infección por el virus del Nilo occidental. El tratamiento de la infección por el virus del Nilo occidental es sintomático. Incluye las siguientes medidas:
Reposo
Líquidos para evitar la deshidratación
Paracetamol (acetaminofeno) para aliviar el dolor y la fiebre
Los profesionales de la salud controlan de cerca a las personas cuyo sistema nervioso central está afectado y proporcionan ventilación mecánica, si es necesario.
Prevención de la infección por el virus del Nilo occidental
No existe una vacuna para prevenir la infección por el virus del Nilo occidental en las personas. Se dispone de una vacuna para animales equinos.
Evitar las picaduras de mosquitos es clave para prevenir la infección por el virus del Nilo occidental. Se aconseja tomar las siguientes precauciones para evitar las picaduras de mosquito:
Vista camisas de manga larga y pantalones largos.
Permanecer en lugares que tengan aire acondicionado o en los que se disponga de mosquiteras en puertas y ventanas para impedir el paso de los insectos.
Dormir bajo una mosquitera en los lugares en los que no se disponga de protección en puertas y ventanas o aire acondicionado.
Empleo de repelentes de insectos potentes, como los que contienen DEET (dietiltoluamida) u otros ingredientes activos aprobados, sobre las superficies expuestas de la piel.
Tratar la ropa con el insecticida permetrina (no lo aplique directamente sobre la piel).
Para los niños, se recomiendan las siguientes precauciones:
No utilizar repelentes de insectos en bebés de menos de 2 meses de edad.
No utilizar productos que contengan aceite de eucalipto de limón (para-mentano-diol) en niños menores de 3 años de edad.
Para los niños de más edad, los adultos deben rociar repelente en sus propias manos y luego aplicarlo a la piel de los niños.
Vestir a los niños con ropa que cubra brazos y piernas, o cubrir la cuna, silla de paseo o cochecito de bebé con una mosquitera.
No aplique repelente de insectos en las manos, los ojos, la boca o cualquier corte o piel irritada.
Más información
El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de este recurso.
Centers for Disease Control and Prevention: West Nile virus (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades [CDC, por sus siglas en inglés]): virus del oeste del Nilo: información exhaustiva sobre el virus del oeste del Nilo, desde prevención, información sobre viajes y control de mosquitos hasta síntomas, pruebas y tratamiento