El tipo más frecuente de cáncer de útero se desarrolla en el revestimiento del útero (endometrio) y se denomina cáncer de endometrio.
El cáncer de endometrio se desarrolla generalmente después de la menopausia.
Suele causar un sangrado vaginal anormal.
Para diagnosticar este cáncer, el médico extrae una muestra de tejido del endometrio con el fin de analizarlo (biopsia).
El tratamiento suele consistir en la extirpación del útero, los ovarios y las trompas de Falopio y, a veces, consiste en la extirpación de los ganglios linfáticos cercanos, seguida a menudo de radioterapia y, a veces, quimioterapia o terapia hormonal.
(Véase también Introducción a los tumores malignos del aparato reproductor femenino.)
La mayoría de los cánceres de útero comienzan en el revestimiento del útero (endometrio) y se denominan cáncer de endometrio (carcinoma endometrial). Alrededor del 75 al 80% de los cánceres de endometrio son adenocarcinomas, que se desarrollan a partir de células de las glándulas endometriales. Los sarcomas, otro tipo de cáncer, se desarrollan a partir de tejido muscular o conjuntivo. Los sarcomas tienden a ser más agresivos que otros tipos. Menos del 5% de los tumores malignos de útero son sarcomas.
El cáncer de endometrio es más frecuente en países con ingresos elevados, donde las tasas de obesidad son también elevadas. En Estados Unidos, este cáncer es el cuarto cáncer más frecuente entre las mujeres. La American Cancer Society (Sociedad Estadounidense contra el cáncer) ha estimado que en 2023 se diagnosticarían aproximadamente 66 200 nuevos casos de cáncer de endometrio y que aproximadamente 13 030 mujeres morirían a causa de este cáncer. Aproximadamente el 80% de estos nuevos casos se encontrarán en una fase inicial con buen pronóstico y el 20% restante sufrirá una enfermedad de alto grado o en una fase avanzada.
En Estados Unidos, las tasas de cáncer de endometrio superan el promedio en las mujeres de ascendencia africana, india americana y nativa de Alaska. La mortalidad es más elevada entre las mujeres negras.
El cáncer de endometrio se desarrolla generalmente después de la menopausia, siendo más habitual en mujeres con edades comprendidas entre 55 y 64 años.
El cáncer de endometrio se clasifica de la siguiente manera:
Los tumores de tipo I son más frecuentes, responden a los estrógenos y no son muy agresivos. Tienden a ocurrir en mujeres más jóvenes o obesas o durante la perimenopausia (los años inmediatamente anteriores y el año después del último periodo menstrual). El pronóstico para las mujeres con cáncer de tipo I es bueno.
Los tumores de tipo II son más agresivos y tienden a ocurrir en mujeres más ancianas. Aproximadamente el 10% de todos los cánceres de endometrio son del tipo II. El pronóstico para las mujeres con cáncer de tipo II es malo.
Causas del cáncer uterino
El cáncer de endometrio es más frecuente en países con ingresos elevados, donde las tasas de obesidad son también elevadas.
Los factores que aumentan el riesgo de cáncer de endometrio son
Afecciones que dan lugar a una concentración elevada de estrógeno y una concentración baja de progesterona
Edad mayor de 45 años
Obesidad
Uso de tamoxifeno durante 2 años o más
Un síndrome hereditario llamado síndrome de Lynch (las personas con este síndrome tienen un alto riesgo de desarrollar cáncer de colon y otros tipos de cáncer)
Radioterapia de la pelvis (que contiene los órganos reproductores internos, la vejiga y el recto)
Las afecciones que dan lugar a una concentración elevada de estrógeno y una concentración baja de progesterona son las siguientes:
Obesidad
Síndrome del ovario poliquístico o bien otros problemas menstruales relacionados con la liberación del óvulo (ovulación), porque el ciclo menstrual puede prolongarse durante la fase en la que el estrógeno es elevado
Comienzo temprano de los periodos menstruales (menarquia), menopausia tardía o ambos
No haber estado nunca embarazada (nuliparidad)
Terapia con estrógeno (con receta o en forma de productos a base de hierbas) sin un progestágeno (un medicamento sintético similar a la hormona progesterona) administrada después de la menopausia
Tumor que produce estrógenos
Los estrógenos estimulan el crecimiento del tejido y la división rápida de las células del revestimiento del útero (endometrio). La progesterona (o los medicamentos con progestágenos) causa adelgazamiento del endometrio, que equilibra los efectos del estrógeno. Los niveles de estrógenos son altos durante parte del ciclo menstrual. De este modo, tener un mayor número de ciclos menstruales a lo largo de la vida puede aumentar el riesgo de cáncer de endometrio. Además, la administración de anticonceptivos orales que contengan estrógenos y un progestágeno parece que reduce el riesgo de cáncer de endometrio.
Los fármacos o los productos a base de hierbas que contienen estrógeno o sustancias similares al estrógeno pueden causar cáncer de endometrio si no se toman junto con un progestágeno.
Asimismo, el tamoxifeno, un fármaco que se utiliza para tratar el cáncer de mama, bloquea los efectos de los estrógenos en la mama, pero tiene los mismos efectos que los estrógenos en el útero. Las personas con cáncer de mama no suelen recibir progestágenos (para equilibrar los efectos del estrógeno). Por este motivo, dicho fármaco puede aumentar el riesgo de cáncer de endometrio, sobre todo en mujeres posmenopáusicas. Las mujeres que toman tamoxifeno deben contactar con un profesional de la salud si sufren sangrado vaginal anormal.
En alrededor del 5% de las mujeres con cáncer de endometrio, la herencia juega un papel importante. Alrededor de la mitad de los cánceres de endometrio de carácter hereditario se producen en mujeres que presentan un síndrome hereditario llamado síndrome de Lynch. Las personas con este síndrome presentan un riesgo elevado de desarrollar cáncer de colon y otros tipos de cáncer.
Síntomas del cáncer uterino
El sangrado vaginal anómalo es el síntoma inicial más frecuente de cáncer de endometrio. El sangrado anormal incluye
Hemorragia después de la menopausia
Hemorragia entre periodos menstruales
Periodos irregulares, abundantes o más prolongados de lo normal
Aproximadamente 6-19% de las mujeres que presentan un sangrado vaginal después de la menopausia tiene cáncer de endometrio. Las mujeres posmenopáusicas que presentan sangrado vaginal deben acudir al médico de inmediato, incluso si solo hay una pequeña cantidad de sangre o manchas de color rosa, rojo o marrón.
Las mujeres con sarcoma suelen presentar sangrado vaginal anómalo. Con menor frecuencia, los sarcomas causan dolor o presión en la pelvis o el abdomen.
Diagnóstico del cáncer de útero
Biopsia
Algunas veces, dilatación y legrado con histeroscopia
Los médicos pueden sospechar cáncer de endometrio si se da una de las circunstancias siguientes:
Las mujeres presentan síntomas típicos, como sangrado vaginal después de la menopausia o entre períodos o períodos irregulares, abundantes o inusualmente largos.
La prueba de Papanicolaou (Pap) detecta células del útero.
Si se sospecha un cáncer, se toma una muestra del tejido endometrial (biopsia de endometrio) y se envía al laboratorio para su análisis. La biopsia de endometrio detecta de forma precisa el cáncer de endometrio en más del 90% de los casos. De forma alternativa, puede introducirse un ecógrafo a través de la vagina hasta el útero (técnica denominada ecografía transvaginal) para evaluar posibles anomalías. Sin embargo, sigue siendo necesaria una biopsia para establecer el diagnóstico final.
Si el diagnóstico todavía no es seguro o sugiere cáncer, se raspa el revestimiento del útero para su análisis, un procedimiento llamado dilatación y legrado (D y L) o, más comúnmente, legrado. Al mismo tiempo, generalmente se explora el interior del útero mediante la introducción, a través de la vagina y el cuello uterino, de un tubo de visualización delgado y flexible provisto de una cámara, un procedimiento denominado histeroscopia.
Si se diagnostica cáncer de endometrio, pueden realizarse algunos o todos los procedimientos siguientes para determinar si se ha diseminado:
Análisis de sangre
Pruebas de funcionalidad hepática y renal (empleando muestras de sangre o de orina)
Posiblemente una radiografía de tórax
Si los resultados de la exploración clínica u otras pruebas sugieren que el cáncer se ha diseminado más allá del útero, se realiza una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética nuclear (RMN).
Estadificación del cáncer de endometrio
La estadificación se basa en la información obtenida con estas pruebas y la obtenida durante la cirugía realizada para extirpar el cáncer.
Los estadios se basan en la extensión del cáncer y en el tipo específico de cáncer de endometrio (existen diferentes tipos, algunos de los cuales son más propensos a diseminarse). Los estadios van del estadio I (precoz) al IV (avanzado):
Estadio I: el cáncer se produce solo en el cuerpo del útero, pero no en la parte inferior (cuello uterino), con posible diseminación a un ovario para algunos tipos de cáncer de endometrio.
Estadio II: el cáncer se ha diseminado a la capa muscular del útero o al cuello uterino.
Estadio III: el cáncer se ha diseminado a tejidos cercanos, a la vagina o a los ganglios linfáticos.
Estadio IV: el cáncer se ha diseminado a la vejiga y/o al intestino, o a órganos distantes.
Tratamiento del cáncer uterino
Cirugía para extirpar el útero, las trompas de Falopio y los ovarios
Extirpación de los ganglios linfáticos cercanos
Para cáncer más avanzado, radioterapia con o sin quimioterapia
La histerectomía (la extirpación quirúrgica del útero) es la base del tratamiento del cáncer de endometrio.
Los médicos pueden extirpar el útero, las trompas de Falopio y los ovarios usando uno de los métodos siguientes:
Haciendo una cirugía abierta mediante una incisión en el abdomen
Usando un tubo delgado provisto de una pequeña cámara (laparoscopio) que introduce a través de una pequeña incisión justo por debajo del ombligo, y luego utilizar los instrumentos quirúrgicos a través del laparoscopio (cirugía laparoscópica), a veces con ayuda robótica.
Extirpación de tejidos tumorales a través de la vagina (cirugía vaginal)
Estos métodos suelen durar entre 1 y 2 horas y requieren anestesia general. Después puede producirse una hemorragia vaginal y dolor. La recuperación puede tardar hasta 6 semanas.
Para la cirugía laparoscópica: a través de pequeñas incisiones cerca del ombligo se introducen algunos instrumentos finos y una pequeña cámara, que recoge y envía las imágenes del interior del abdomen a un monitor. Los cirujanos, mientras observan el monitor, manipulan el instrumental para cortar y suturar los tejidos.
Para la cirugía laparoscópica asistida por robot: la laparoscopía se hace de la manera habitual, pero los instrumentos los sostienen brazos robóticos, en lugar de cirujanos. Los cirujanos emplean controles manuales para manipular los brazos del robot. La cámara utilizada para obtener una imagen tridimensional muy detallada (alta definición) del interior que se muestra en una consola. El cirujano, sentado a los mandos de la consola observa las imágenes y utiliza una computadora que traduce los movimientos de sus manos en movimientos precisos que el robot realiza con los instrumentos.
Después de la cirugía laparoscópica o vaginal, las hospitalizaciones son más breves que después de la cirugía abierta (que implica una incisión más grande). También, las pacientes por lo general sienten menos dolor y menos complicaciones y pueden volver más rápidamente a sus actividades normales.
Para el cáncer uterino, generalmente se realiza una histerectomía total (se extirpa todo el útero, incluido el cuello uterino).
En el cáncer uterino, los ganglios linfáticos cercanos generalmente se extirpan al mismo tiempo que se realiza la histerectomía. Estos tejidos son examinados por el anatomopatólogo para determinar si el cáncer se ha extendido y, si es así, en qué grado se ha propagado. Con esta información, se puede determinar si después de la cirugía es necesario un tratamiento adicional (quimioterapia, radioterapia o progestágenos).
Cuando el cáncer parece estar solo en el útero, los médicos pueden elaborar un mapa de los ganglios linfáticos centinela en lugar de extirpar todos los ganglios linfáticos. Un ganglio linfático centinela es el primer ganglio linfático al que probablemente se diseminarán las células cancerosas. Puede haber más de un ganglio linfático centinela. Estos ganglios se llaman ganglios linfáticos centinela porque son los primeros en avisar de que el cáncer se ha diseminado.
Una disección de los ganglios linfáticos centinela comporta
Identificación del ganglio linfático centinela (llamado mapeo)
Extirpación
Examen para determinar la presencia de células cancerosas
Para identificar los ganglios línfáticos centinela, el médico inyecta un colorante azul o verde y/o una sustancia radiactiva, habitualmente en el cuello uterino. Estas sustancias viajan hasta los ganglios linfáticos ubicados cerca del útero y trazan la trayectoria desde el útero hasta el ganglio (o ganglios) linfático más cercano al útero. Durante la cirugía, el médico busca los ganglios linfáticos que se ven de color azul o verde o que emiten una señal radiactiva (detectada por un dispositivo manual). Este ganglio (o ganglios) es extirpado y enviado a un laboratorio para comprobar la presencia de cáncer. Si el ganglio o los ganglios linfáticos centinela no contienen células cancerosas, no se extirpan los demás ganglios (a menos que tengan un aspecto anómalo).
Tratamiento del cáncer de endometrio que no se ha diseminado fuera del útero
Si el cáncer no se ha extendido más allá del útero, la histerectomía más la extirpación de las trompas de Falopio y los ovarios (salpingo-ooforectomía) generalmente curan el cáncer.
Tratamiento del cáncer de endometrio que se ha diseminado al cuello uterino o a tejidos cercanos, a la vagina o a los ganglios linfáticos.
Si el cáncer se ha diseminado hasta el cuello uterino (estadio II) o a los tejidos cercanos, la vagina o los ganglios linfáticos (estadio III), se requiere radioterapia, a veces con quimioterapia. También se suele practicar una intervención quirúrgica para extirpar el útero, las trompas de Falopio y los ovarios.
Tratamiento del cáncer de endometrio muy avanzado o recurrente
Si el cáncer está muy avanzado (estadio IV), el tratamiento varía, pero por lo general incluye una combinación de cirugía, radioterapia, quimioterapia y, en ocasiones, terapia hormonal con un progestágeno (un fármaco sintético similar a la hormona progesterona).
La radioterapia se puede administrar después de la cirugía en caso de que queden algunas células cancerosas no detectadas. Si el cáncer se ha diseminado al cuello uterino o más allá del útero, generalmente se recomienda la radioterapia después de la intervención quirúrgica. En algunos casos (como cuando el cáncer se ha diseminado al cuello del útero, a un ovario, o a los ganglios linfáticos), la combinación de cirugía y radioterapia consiguen mejores resultados.
Si el cáncer se ha diseminado a órganos distantes o reaparece, se puede indicar quimioterapia o, a veces, inmunoterapia, en lugar de radioterapia o a veces junto con esta última. Estos fármacos reducen el tamaño del cáncer y controlan su diseminación en más de la mitad de las mujeres tratadas.
Tratamiento del sarcoma uterino
El tratamiento del sarcoma del útero (una forma más agresiva de cáncer de endometrio), consiste en histerectomía más extirpación de las trompas de Falopio y los ovarios (salpingo-ooforectomía) y, por regla general, quimioterapia.
Si la cirugía no es posible, se usa radiación y/o quimioterapia.
Fertilidad y menopausia después del cáncer de endometrio
El tratamiento con histerectomía, quimioterapia y/o radioterapia generalmente imposibilita que las mujeres se queden embarazadas o lleven un embarazo a término. Sin embargo, si para ellas es importante tener hijos, deben hablar con su médico y obtener la mayor información posible sobre cómo afecta el tratamiento a la fertilidad y si son elegibles para tratamientos que no hacen imposible un embarazo futuro.
Si el cáncer de endometrio está en un estadio muy inicial, algunas veces se puede emplear el tratamiento de preservación de la fertilidad. Se realiza una resonancia magnética (RMN) para determinar si el tumor se ha diseminado y se consulta a un especialista en fertilidad.
Los tratamientos de preservación de la fertilidad consisten en
Uso de un progestágeno (un fármaco sintético similar a la hormona progesterona) para reducir el tamaño del tumor en lugar de una histerectomía
A veces histerectomía sin extirpar los ovarios
El progestágeno se puede tomar por vía oral o a través de un dispositivo intrauterino (DIU) que libera un progestágeno (levonorgestrel)
Cuando se practica una histerectomía, la menstruación se interrumpe porque se ha extirpado el útero. Sin embargo, si no se extirpan los ovarios y las mujeres son premenopáusicas, la histerectomía no causa la menopausia porque los ovarios continúan produciendo hormonas. Además, cuando los ovarios no son extirpados, la mujer puede usar sus óvulos (y los tratamientos de fertilidad avanzados, incluyendo la posibilidad de que sea otra persona la que lleve a término el embarazo) para tener hijos.
Cuando se extirpan los ovarios, pueden aparecer síntomas menopáusicos como sofocos y sequedad vaginal. Si estos síntomas se vuelven molestos, hormonas como el estrógeno, un progestágeno o ambos pueden aliviarlos.
Pronóstico del cáncer uterino
El pronóstico depende del estadio en el que se encuentre el cáncer endometrial.
En general, el 63% de las mujeres están libres de cáncer 5 años después del tratamiento.
En general, el pronóstico es mejor si
El cáncer de endometrio no se ha diseminado fuera del útero.
El cáncer es un tipo que crece con relativa lentitud.
Las mujeres son más jóvenes cuando se detecta el cáncer.
El pronóstico de los sarcomas suele ser peor que el del carcinoma endometrial. Los sarcomas se desarrollan a partir de tejido muscular o conjuntivo. El carcinoma endometrial comienza en el revestimiento del útero.
Prevención del cáncer de piel
Ninguna medida puede prevenir el desarrollo del cáncer de endometrio. Sin embargo, el riesgo de contraer cáncer de endometrio puede reducirse al minimizar o evitar las condiciones y actividades que se cree que lo elevan. Por ejemplo, la obesidad aumenta el riesgo de cáncer de endometrio. Por lo tanto, puede ser beneficioso perder peso, practicar ejercicio regularmente y seguir una dieta saludable. Además, los medicamentos o productos a base de hierbas que contienen estrógeno no deben tomarse solos. Deben tomarse con un progestágeno.
Más información
El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de este recurso.
National Cancer Institute: Uterine Cancer: (Instituto nacional del cáncer: cáncer de útero): este sitio web proporciona enlaces a información general sobre el cáncer de útero, así como enlaces a información sobre las causas, la prevención, el cribado, el tratamiento, la investigación y la forma de lidiar con el cáncer.