Los pólipos cervicales son neoplasias de aparición frecuente, con forma de dedo, que sobresalen a través del conducto del cuello uterino. Los pólipos son casi siempre benignos (no cancerosos).
Los pólipos cervicales pueden estar causados por una inflamación o una infección crónicas.
Por lo general, los pólipos cervicales no causan ningún síntoma, pero algunos causan sangrado vaginal o secreción de pus.
El médico suele diagnosticar los pólipos cervicales durante una exploración pélvica.
Los pólipos que producen hemorragia o secreción se extirpan al realizar el examen pélvico.
Entre un 2 y un 5% de las mujeres tienen pólipos cervicales. Pueden estar causados por una inflamación crónica o una infección.
Síntomas de los pólipos cervicales
La mayoría de los pólipos cervicales no causan ningún síntoma. Algunos pólipos causan sangrado entre los periodos menstruales o después de la actividad sexual. Con muy poca frecuencia, los pólipos se infectan, provocando una secreción purulenta a través de la vagina.
Los pólipos suelen ser de color rosado rojizo y miden alrededor de 1 cm de diámetro.
DR P. MARAZZI/SCIENCE PHOTO LIBRARY
Diagnóstico de los pólipos cervicales
Una exploración pélvica
El médico puede detectar los pólipos al realizar un examen pélvico.
Tratamiento de los pólipos cervicales
Extirpación de pólipos
Los pólipos que producen hemorragia o secreción se extirpan al realizar el examen pélvico en la consulta médica. Por lo general, el procedimiento no es doloroso y no necesita anestesia. Casi nunca se produce hemorragia después de la extirpación de los pólipos. Si esto ocurre, se aplica en la zona afectada una sustancia cáustica, como nitrato de plata, con una gasa para detener el hemorragia.
Los pólipos se examinan para confirmar que no son cancerosos.
Si los síntomas (sangrado y secreción) persisten después de la extirpación de los pólipos, se toma una muestra de tejido del revestimiento uterino (endometrio) para examinarla al microscopio (biopsia endometrial) a fin de descartar el cáncer de endometrio.