Las lesiones por inyección a alta presión se producen cuando las sustancias son inyectadas accidentalmente por equipos industriales con una presión lo suficientemente elevada como para desgarrar la piel. La sustancia inyectada causa un daño tisular extenso y a veces da lugar a una amputación.
Las lesiones por inyección a alta presión son poco frecuentes, pero tienen consecuencias graves, como la pérdida de una extremidad.
La parte del cuerpo afectada puede ser incapaz de funcionar con normalidad, los músculos se vuelven rígidos de forma permanente y las personas afectadas presentan dolor crónico y sensaciones anormales.
El diagnóstico y el tratamiento oportunos son esenciales para evitar consecuencias graves.
Para diagnosticar la lesión, los médicos formulan preguntas detalladas sobre la lesión y toman radiografías.
El tratamiento incluye antibióticos y cirugía.
Las lesiones por inyección a alta presión suelen estar relacionadas con el trabajo, pero a veces se producen mientras se realizan trabajos por parte de aficionados o de propietarios de viviendas. La mayoría de las lesiones por inyección a alta presión se producen en la mano no dominante de trabajadores varones treintañeros.
Las lesiones por inyección a alta presión son poco frecuentes, a pesar de que el uso de aparatos y actividades de inyección a alta presión son comunes en la industria. Los líquidos industriales que pueden inyectarse son pinturas, aire, disolventes, gasolina, líquido hidráulico, grasa y agua. Las lesiones causadas por inyección a alta presión tienen graves consecuencias, como la pérdida de una extremidad.
Síntomas de las lesiones por inyección a alta presión
Una lesión por inyección a alta presión provoca una pequeña herida punzante que no está bien definida. El dolor y la hinchazón alrededor de la herida son leves hasta horas después.
Si se inyecta líquido en las extremidades o en la mano, los músculos afectados se hinchan tanto que interrumpen la irrigación sanguínea, causando síndrome compartimental, un trastorno grave.
Las personas afectadas pueden perder finalmente la funcionalidad en la parte del cuerpo afectada. Los músculos pueden acortarse y volverse permanentemente rígidos (lo que se denomina contractura), haciendo que las articulaciones se flexionen de forma permanente. Las contracturas limitan el grado de movilidad.
Las personas con una lesión causada por inyección a alta presión también pueden presentar dolor crónico, mayor sensibilidad al dolor y sensaciones anormales, como hormigueo o pinchazos. Pueden desarrollarse infecciones bacterianas.
Diagnóstico de las lesiones por inyección a alta presión
Evaluación médica
Radiografías
Las lesiones por inyección a alta presión se consideran una emergencia, que a veces requiere cirugía inmediata. El diagnóstico precoz y correcto de una lesión por inyección a alta presión es esencial para evitar consecuencias graves. Sin embargo, dado que los síntomas iniciales son a veces leves, es fácil subestimar su gravedad.
Para diagnosticar una lesión por inyección a alta presión, los médicos formulan preguntas detalladas:
Cuándo se produjo la herida punzante
Cómo se produjo la herida
Qué equipo se estaba utilizando
Si se dispone de esta información, cuál era la sustancia en el inyector y la presión de la herramienta de inyección
Los médicos documentan cuidadosamente la parte del cuerpo lesionada. Se solicitan radiografías u otras pruebas de diagnóstico por la imagen (como ecografía, tomografía computarizada o resonancia magnética) para detectar fracturas y la sustancia inyectada. Si la sustancia inyectada se puede visualizar en las imágenes, el resultado se puede utilizar para determinar la profundidad de la lesión. También se pueden tomar fotografías de la parte del cuerpo lesionada.
Pronóstico de las lesiones por inyección a alta presión
Dos factores que determinan el pronóstico para las personas con una lesión por inyección a alta presión son
La sustancia inyectada
Presión de inyección
Las pinturas y los disolventes (líquidos en los que se disuelven otras sustancias) causan las lesiones más graves y dan lugar al peor pronóstico. Una presión de inyección más baja suele provocar menos lesiones y una presión más elevada suele provocar lesiones más extensas.
La discapacidad puede ser permanente.
Cuando se inyectan disolventes, de un 50 a un 80% de las personas con un traumatismo por inyección a alta presión pierden una extremidad (requieren amputación).
Tratamiento de las lesiones por inyección a alta presión
Antibióticos administrados por vía intravenosa
Cirugía precoz
En primer lugar, los médicos limpian suavemente la herida y envuelven sin apretar la parte del cuerpo lesionada con un apósito estéril. La parte lesionada se eleva.
A las personas con una lesión causada por inyección a alta presión se les administran antibióticos que tratan muchas infecciones (antibióticos de amplio espectro) por vía intravenosa y, si es necesario, la vacuna contra el tétanos. Se administran analgésicos según sea necesario.
La cirugía para examinar y evaluar las lesiones por inyección a alta presión se practica tan pronto como sea posible. La cirugía se realiza en un quirófano y requiere anestesia general. Es preferible que la cirugía la practique un cirujano experto con experiencia en el tratamiento de las lesiones causadas por inyección a alta presión. El cirujano elimina el tejido muerto y la mayor cantidad posible de sustancia inyectada. La incisión generalmente se deja abierta (sin sutura) y se deja cicatrizar, o bien el cirujano espera para suturar la incisión hasta más tarde.
Puede ser necesaria la amputación (de dedos de las manos o de los pies o de las extremidades).
Se puede aplicar una férula a la extremidad afectada para evitar estresar la herida, de modo que pueda curarse más rápidamente.
La fisioterapia y la terapia ocupacional pueden ayudar a los trabajadores a recuperar la funcionalidad. A veces se necesita una segunda operación para mejorar la funcionalidad de la extremidad.