La hidradenitis supurativa es la inflamación de los folículos pilosos de la piel situada bajo los brazos, en la ingle y alrededor de los pezones y el ano; produce cicatrización, inflamación y acumulaciones de pus bajo la piel que resultan dolorosas.
La causa de la hidradenitis supurativa es desconocida.
Se forman en la piel lesiones elevadas similares a las del acné y, a continuación, abscesos dolorosos y tractos sinusales.
El diagnóstico de la hidradenitis supurativa se establece mediante una exploración física.
El tratamiento depende de la gravedad, pero puede incluir cremas aplicadas a la piel, antibióticos y otros fármacos por vía oral, además de procedimientos quirúrgicos.
La hidradenitis supurativa aparece en algunas personas después de la pubertad cuando los folículos pilosos (los poros de la piel donde el pelo crece) localizados debajo de los brazos, en la ingle y alrededor de los pezones y el ano se bloquean crónicamente y se inflaman. Los folículos pilosos pueden hincharse y formar protuberancias que se parecen al acné. Los médicos no saben por qué se produce la obstrucción, pero no está relacionada con una falta de higiene, con el uso de desodorantes, polvos ni con el afeitado de las axilas. La obesidad puede agravar o empeorar la hidradenitis supurativa.
La obstrucción ocasiona inflamación y ruptura de los folículos pilosos, lo que a veces conlleva una infección causada por varias bacterias. Los abscesos (bolsas llenas de pus) producidos son sensibles al tacto, dolorosos, malolientes, pueden crecer hacia dentro de la piel y tienden a reaparecer después de curarse. Tras la repetida curación y reaparición de los abscesos, la piel de la zona se engrosa y presenta cicatrices. A menudo, se forman canales permanentes (llamados trayectos fistulosos) entre el absceso y la superficie de la piel, y supuran.
La persona de esta fotografía tiene múltiples estructuras lineales en forma de cordón (llamadas vías sinusales), lo que sugiere que la hidradenitis supurativa es de gravedad moderada.
Foto cortesía de Karen McKoy, MD.
Esta foto muestra a una persona que presenta cicatrices y abscesos como consecuencia de una hidradenitis supurativa moderada.
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Esta foto muestra abscesos crónicos (por ejemplo, la flecha azul) y tractos sinusales (flechas negras) consecuencia de una hidradenitis supurativa grave.
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La hidradenitis supurativa puede ser leve y causar solo algunos abscesos, o bien provocar muchos abscesos y trayectos fistulosos y ser una afección grave. La hidradenitis supurativa puede afectar a la calidad de vida de una persona porque cursa con dolor y porque el mal olor puede causar vergüenza.
Diagnóstico de hidradenitis supurativa
Exploración de la piel
Cultivo de los abscesos
Los abscesos de la hidradenitis supurativa se asemejan a otros abscesos de la piel. Los médicos basan el diagnóstico en un examen de la piel, anotando la ubicación de las protuberancias y los abscesos y determinando si curan y reaparecen con frecuencia.
En algunas ocasiones los médicos toman muestras del pus de los abscesos profundos e identifican las bacterias en el laboratorio (cultivo).
Tratamiento de la hidradenitis supurativa moderada
Depende de la gravedad
En los casos leves de hidradenitis supurativa, el médico inyecta un corticoesteroide en la zona y prescribe antibióticos, como tetraciclina, minociclina, eritromicina o clindamicina, por vía oral durante 7 a 10 días aproximadamente. También se administran cremas con clindamicina y resorcinol aplicadas sobre la piel (por vía tópica) y la zona se debería lavar con peróxido de benzoilo. Todos estos fármacos se pueden usar a la vez o de forma individual.
Para las personas con casos moderados de hidradenitis supurativa, los médicos prescriben los mismos antibióticos orales que para los casos leves, y a veces rifampicina (otro antibiótico oral), pero durante un período de tiempo más prolongado (de 2 a 3 meses). En mujeres, pueden administrarse fármacos que bloqueen los efectos de las hormonas sexuales masculinas, como los anticonceptivos orales, la espironolactona o la finasterida. El médico puede abrir los abscesos para drenar el pus. Los trayectos fistulosos se abren y drenan.
En los casos graves de hidradenitis supurativa, el médico administra infliximab (por vía intravenosa) o adalimumab o secukinumab (mediante inyección subcutánea) para reducir la inflamación. El tratamiento con isotretinoína o acitretina (por vía oral) durante varios meses puede reducir la inflamación. Si el trastorno continúa, el médico corta y retira la zona afectada y luego reconstruye la piel o realiza un injerto cutáneo. También se puede realizar un tratamiento láser para quitar la piel dañada o el pelo.
A pesar de que buenas prácticas de higiene no van a curar la enfermedad, las personas con hidradenitis supurativa deben mantener una buena higiene de la piel y tratarla con suavidad. El apoyo psicológico y la evitación de alimentos con un alto índice glucémico, que son ricos en hidratos de carbono simples o procesados y azúcares, pueden ayudar, así como el hecho de perder peso.