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Introducción al aparato respiratorio

PorRebecca Dezube, MD, MHS, Johns Hopkins University
Revisado porRichard K. Albert, MD, Department of Medicine, University of Colorado Denver - Anschutz Medical
Revisado/Modificado Modificado may 2025
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La principal función del aparato respiratorio es inhalar oxígeno y eliminar dióxido de carbono a través de los pulmones. El oxígeno, que está en el aire, se inhala hacia los pulmones. El oxígeno es necesario para que el cuerpo produzca energía y mantenga la vida. El dióxido de carbono, un producto de desecho de la producción de energía, es peligroso si se acumula y debe ser eliminado del cuerpo por los pulmones, de vuelta al aire que se exhala (espirado). El sistema respiratorio trabaja en estrecha colaboración con el sistema circulatorio, que lleva el oxígeno de los pulmones a los órganos del cuerpo y elimina el dióxido de carbono de los órganos y lo lleva a los pulmones.

El sistema respiratorio también ayuda a mantener la temperatura corporal (regulando la temperatura del aire inhalado), a eliminar agua del cuerpo (mediante vapor de agua en el aire exhalado), a eliminar el polvo y los microorganismos del aire entrante, a limpiar mucosidad u otras sustancias de los pulmones (mediante la tos y el movimiento de pequeñas estructuras similares a pelos llamadas cilios), a facilitar el sentido del olfato (al pasar el aire sobre los órganos del olfato en la nariz) y a producir sonido (en la laringe o caja de la voz).

El aparato respiratorio comienza en la nariz y la boca y continúa a través de las vías respiratorias y los pulmones. El aire entra en el aparato respiratorio por la nariz y la boca y desciende a través de la garganta (faringe) y a través de la laringe. La entrada de la laringe está cubierta por un pequeño fragmento de tejido, la epiglotis que se cierra de forma automática durante la deglución, impidiendo así que el alimento alcance las vías respiratorias.

La tráquea es la vía respiratoria más grande. La tráquea se ramifica en dos vías respiratorias más pequeñas: los bronquios principales izquierdo y derecho.

Cada pulmón está dividido en secciones (lóbulos): tres en el pulmón derecho y dos en el izquierdo. El pulmón izquierdo es ligeramente más pequeño que el derecho porque comparte espacio con el corazón, también en el lado izquierdo del tórax.

Interior de los pulmones y de las vías respiratorias

Los bronquios a su vez, se ramifican múltiples veces en vías respiratorias más finas, hasta acabar en las más finas de todas (bronquiolos), que tienen un diámetro inferior a medio milímetro (o un 2/100 de una pulgada). Las vías respiratorias se asemejan a un árbol invertido, por lo que esta parte del aparato respiratorio a menudo se denomina árbol bronquial. Las vías respiratorias de gran calibre se mantienen abiertas gracias a un tejido conjuntivo, semiflexible y fibroso, llamado cartílago. Las vías respiratorias de pequeño calibre se sostienen mediante el tejido pulmonar que las rodea y que está adherido a ellas. Las paredes de las vías respiratorias más pequeñas tienen una delgada capa circular de músculo liso. El músculo de las vías respiratorias puede relajarse o contraerse, cambiando de este modo el calibre de las vías respiratorias.

Al final de cada bronquiolo se encuentran miles de alvéolos (pequeños sacos de aire). Aunque cada alvéolo individual tiene menos de medio milímetro de diámetro, conjuntamente, los millones de alvéolos de los pulmones forman una superficie de más de 100 metros cuadrados. En el interior de las paredes alveolares se encuentra una densa red de diminutos vasos sanguíneos denominados capilares. La barrera entre el aire y los capilares, extremadamente fina, permite que el oxígeno pase desde los alvéolos hacia la sangre y que el dióxido de carbono pase desde la sangre en el interior de los capilares hacia el aire en el interior de los alvéolos.

La pleura es una fina membrana transparente que recubre los pulmones y que, además, reviste el interior de la pared torácica. Permite que los pulmones se muevan suavemente durante la respiración, incluso cuando la persona está en movimiento. Normalmente, entre las dos capas de la pleura solo hay una pequeña cantidad de líquido lubricante. Las dos capas se deslizan suavemente, una sobre otra, cuando los pulmones cambian de tamaño y de forma.

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