Pérdida repentina de la visión

PorChristopher J. Brady, MD, Larner College of Medicine, University of Vermont
Revisado/Modificado dic 2023
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Datos clave

La pérdida de visión se considera repentina si se desarrolla en unos pocos minutos a un par de días. Puede afectar a uno o ambos ojos, y a la totalidad o parte del campo visual. La pérdida de solo una pequeña parte del campo visual (por ejemplo, como resultado de un pequeño desprendimiento de retina) puede parecer visión borrosa. Otros síntomas, por ejemplo el dolor ocular, pueden aparecer dependiendo de la causa de la pérdida de visión.

Un vistazo al interior del ojo

Causas de la pérdida repentina de la visión

La pérdida repentina de visión suele tener 3 causas generales:

  • Opacidad de las estructuras del ojo que normalmente son transparentes

  • Anomalías de la retina, la zona sensible a la luz ubicada en la parte posterior del ojo

  • Anomalías de los nervios que transportan señales visuales desde el ojo al cerebro (el nervio óptico y las vías ópticas)

La luz debe viajar a través de varias estructuras transparentes antes de que pueda ser detectada por la retina. En primer lugar pasa a través de la córnea (la capa transparente en la parte frontal del iris y la pupila), a continuación lo hace a través del cristalino, y posteriormente del humor vítreo (la sustancia gelatinosa que llena el globo ocular). Cualquier cosa que impida el paso de la luz a través de estas estructuras, por ejemplo, una úlcera corneal o sangrado en el humor vítreo, o interrumpa la transmisión de los impulsos nerviosos desde la parte posterior del ojo al cerebro puede causar pérdida de visión.

La mayoría de los trastornos que causan una pérdida total de la visión cuando afectan a todo el ojo pueden producir una pérdida parcial de visión cuando afectan solo a una parte del ojo.

Cuando las vías ópticas están dañadas

Las señales nerviosas viajan a lo largo del nervio óptico de cada ojo. Los 2 nervios ópticos se encuentran en el quiasma óptico. Allí el nervio óptico de cada ojo se divide, y la mitad de las fibras nerviosas de cada lado cruzan hacia el otro lado. Debido a esta disposición, el cerebro recibe información a través de ambos nervios ópticos para el campo visual izquierdo y para el campo visual derecho. Los daños en un ojo o en la vía óptica provocan diferentes tipos de pérdida de visión según la zona donde se produzcan.

Causas frecuentes

Las causas más frecuentes de pérdida súbita de visión son

La obstrucción repentina de la arteria retiniana puede ser resultado de un coágulo de sangre o de un pequeño fragmento de sustancia ateroesclerótica que se desprende y se desplaza hasta la arteria. La arteria hacia el nervio óptico puede bloquearse de la misma manera, y también puede bloquearse a causa de una inflamación (como puede ocurrir con una arteritis [de la temporal] de células gigantes). Puede formarse un coágulo de sangre en la vena de la retina y bloquearla, sobre todo en las personas de edad avanzada con hipertensión arterial o diabetes. Las personas con diabetes también tienen riesgo de sufrir hemorragia en el humor vítreo.

A veces, lo que parece un inicio súbito de los síntomas puede ser una detección repentina de ellos. Por ejemplo, una persona que haya tenido una visión reducida en un ojo durante largo tiempo (posiblemente a causa de una catarata densa) de repente puede ser consciente de la reducción de la visión en el ojo afectado si se cubre el otro ojo.

Causas menos frecuentes

Algunas causas menos frecuentes de pérdida repentina de visión (ver tabla Pérdida repentina de visión) son un derrame cerebral o un ataque isquémico transitorio (AIT), el glaucoma agudo, el desprendimiento de retina, la inflamación de las estructuras en la parte frontal del ojo entre la córnea y el cristalino (uveítis anterior, en ocasiones denominada iritis), ciertas infecciones de la retina y hemorragia en el interior de la retina como complicación de la degeneración macular asociada a la edad.

Cómo y por qué se produce la ceguera

Todo lo que impida el paso de luz desde el exterior hasta la parte posterior del ojo, o interrumpa la transmisión del impulso nervioso desde la parte posterior del ojo al cerebro, interferirá en la visión. En Estados Unidos, legalmente se define la ceguera como una agudeza visual del 10% o peor en el ojo con mayor agudeza, incluso tras una corrección con gafas o lentes de contacto, o un campo visual restringido a menos de 20º en el ojo con mejor agudeza. Muchas personas consideradas legalmente ciegas distinguen formas y sombras, pero no perciben los detalles normales.

La ceguera puede producirse en las siguientes circunstancias:

La luz no puede llegar a la retina.

  • Lesión de la córnea causada por infecciones, como una queratoconjuntivitis herpética o una infección que aparezca después de usar las lentes de contacto en exceso, lo que provoca una cicatriz opaca en la córnea.

  • Lesión en la córnea causada por carencia de vitamina A (queratomalacia), que provoca sequedad ocular y da origen a una cicatriz que vuelve opaca la córnea (poco frecuente en países desarrollados).

  • Lesión en la córnea causada por una lesión grave que provoca una cicatriz opaca en la córnea.

  • Cataratas, que provocan la pérdida de transparencia del cristalino.

Los rayos de luz no se enfocan correctamente en la retina.

  • Enfoque imperfecto de los rayos de luz en la retina (errores de refracción) que no puede corregirse por completo con gafas o lentes de contacto (como el de ciertos tipos de cataratas)

La retina no puede percibir los rayos de luz con normalidad.

  • Desprendimiento de retina.

  • Diabetes mellitus

  • Degeneración macular.

  • Retinitis pigmentosa

  • Aporte inadecuado de sangre a la retina, por lo general debido a una obstrucción de la arteria o la vena retinianas, que puede estar producida por una inflamación de la pared del vaso sanguíneo (como la causada por una arteritis de células gigantes), o por un coágulo sanguíneo que llega a los ojos desde algún otro lugar (por ejemplo, de la arteria carótida en el cuello).

  • Infección de la retina (por ejemplo, por Toxoplasma o por hongos)

Los impulsos nerviosos procedentes de la retina no se transmiten al cerebro con normalidad.

  • Trastornos que afectan al nervio óptico o a sus conducciones en el interior del cerebro, tales como tumores cerebrales, accidentes cerebrovasculares, infecciones y esclerosis múltiple.

  • Glaucoma

  • Inflamación del nervio óptico (neuritis óptica).

El cerebro no puede interpretar la información enviada por el ojo.

  • Trastornos que afectan áreas del cerebro que interpretan los impulsos visuales (la corteza visual), como accidentes cerebrovasculares y tumores.

Tabla
Tabla

Evaluación de la pérdida repentina de la visión

La pérdida repentina de visión es una emergencia. La mayoría de las causas son graves.

Cuándo acudir al médico

Todas las personas que experimenten una pérdida repentina de visión deben ir a un oftalmólogo o acudir al servicio de urgencias de inmediato.

Actuación del médico

En primer lugar, el médico pregunta acerca de los síntomas del paciente y su historial médico. A continuación, realiza una exploración física. Los antecedentes clínicos y la exploración física a menudo sugieren la causa del trastorno y las pruebas que pueden ser necesarias (véase la tabla Algunas causas y características de la pérdida repentina de visión).

El médico pide a la persona afectada que describa cuándo se produjo la pérdida de visión, el tiempo que lleva presente y si ha evolucionado. Pregunta si la pérdida afecta a uno o ambos ojos, y si es total o solo afecta a una parte específica del campo visual. El médico también pregunta acerca de otros síntomas visuales, como moscas volantes, destellos de luz, halos alrededor de las luces, visión del color distorsionada, patrones irregulares o en mosaico, o dolor en los ojos. También pregunta si hay síntomas que no estén relacionados con los ojos y factores de riesgo de trastornos que puedan causar problemas oculares.

La exploración física se centra principalmente en los ojos, pero los médicos también pueden hacer una exploración física general.

Para la exploración de los ojos, comprueba meticulosamente la agudeza visual, por lo general haciendo que la persona lea letras en un gráfico, primero mientras se cubre un ojo y luego con ambos descubiertos. Comprueba también cómo se estrechan las pupilas en respuesta a la luz y si los ojos pueden seguir bien un objeto en movimiento. También puede comprobarse la visión del color. Se exploran los ojos y los párpados usando una lámpara de hendidura (un instrumento que permite ver el ojo a gran aumento), y se mide la presión en el ojo. El oftalmólogo, tras instilar unas gotas que dilatan las pupilas, explora la retina exhaustivamente con una lámpara de hendidura o una luz enfocada desde una linterna de cabeza a través de un instrumento accionado manualmente.

Pruebas complementarias

La presencia o ausencia de dolor ayuda a reducir de manera considerable la lista de posibles causas de la pérdida de visión repentina (véase la tabla Algunas causas y características de la pérdida repentina de visión). Si la visión se recupera espontáneamente, las causas más probables incluyen un ataque isquémico transitorio y la migraña ocular.

A menudo, los hallazgos durante la exploración ocular proporcionan información suficiente para que el médico pueda diagnosticar la causa de la pérdida de la visión. A veces, sin embargo, es necesario realizar pruebas adicionales en función del trastorno que se sospeche. Las siguientes pruebas son de particular importancia:

  • Se realizan ecografías si la retina no puede verse con claridad durante una exploración oftalmoscópica.

  • Se realiza una RMN con gadolinio de la órbita y/o el cerebro en algunas personas con dolor ocular y otros síntomas determinados, así como cuando se detecta una inflamación del nervio óptico durante una exploración ocular.

  • Se llevan a cabo análisis de la velocidad de sedimentación globular (VSG) y los niveles de proteína C-reactiva (análisis de sangre que miden de forma indirecta la inflamación en el organismo); en algunos casos se mide el número de plaquetas en la sangre (recuento plaquetario), sobre todo en personas mayores de 50 años que sufren dolor de cabeza.

Tratamiento de la pérdida repentina de la visión

El trastorno que causa la pérdida de visión se trata lo antes posible, aunque puede que el tratamiento no consiga conservar o restaurar la visión. Sin embargo, un tratamiento rápido puede disminuir el riesgo de que el mismo proceso ocurra en el otro ojo.

Edad y salud: pérdida de visión en personas mayores

Habitualmente la pérdida de visión en las personas mayores se debe a la opacidad del cristalino del ojo (cataratas) o a lesiones en el nervio óptico (como ocurre en el glaucoma) o en la retina (como ocurre en la degeneración macular asociada a la edad y en la retinopatía diabética). Una causa menos habitual de pérdida de visión es la obstrucción de la irrigación sanguínea del ojo. Los trastornos de los párpados por lo general cambian la apariencia de los ojos sin provocar pérdida de visión, pero pueden causar molestias. La caída grave de los párpados también puede afectar a la visión.

Cualquiera que sea la razón de la pérdida de visión, un cambio en la vista puede afectar la calidad de vida de una persona de edad avanzada y, de forma indirecta, la salud. Por ejemplo, la pérdida de visión puede contribuir a un accidente de automóvil o a una caída, y también puede ser especialmente devastadora en personas mayores que ya tienen otros problemas, como trastornos del equilibrio o pérdida auditiva. En estos casos, la pérdida de visión puede contribuir a una lesión importante y afectar la capacidad para realizar las actividades de la vida diaria.

Conceptos clave

  • La pérdida repentina de visión es una urgencia y los afectados deben acudir directamente al hospital.

  • La presencia o ausencia de dolor ayuda a determinar cuáles son las causas más probables.

  • Si la visión se recupera espontáneamente, las causas más probables incluyen un ataque isquémico transitorio y la migraña ocular.

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