La otitis externa maligna es una infección peligrosa del oído externo que se ha extendido al hueso temporal (hueso del cráneo que contiene el canal auditivo), el oído medio y el oído interno.
La otitis externa maligna ocurre principalmente en adultos mayores con un sistema inmunitario debilitado o diabetes. La infección del oído externo, por lo general causada por la bacteria Pseudomonas, se extiende al hueso temporal y causa una infección grave que puede ser mortal. Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) también puede causar esta infección.
A pesar del nombre, la infección no es cancerosa (maligna).
Síntomas de la otitis externa maligna
Las personas con otitis externa maligna presentan un dolor muy intenso en el oído (que suele empeorar por la noche), secreción fétida por el oído, pus y detritus en el canal auditivo y, por lo general, pérdida de audición. En casos graves puede aparecer parálisis de los nervios faciales y de la cabeza, al propagarse la infección por la base del cráneo.
Diagnóstico de otitis externa maligna
Tomografía computarizada (TC)
Cultivo de la secreción
Biopsia
El diagnóstico de la otitis externa maligna se basa en los resultados de la tomografía computarizada (TC). También se realiza un cultivo (se hace crecer una muestra de la secreción en el laboratorio) para identificar los microorganismos que causan la infección. A menudo los médicos necesitan tomar una muestra de tejido del conducto auditivo y examinarla al microscopio (biopsia) para asegurarse de que los síntomas no son consecuencia de un cáncer.
Tratamiento de la otitis externa maligna
Antibióticos, por lo general administrados por vía intravenosa
Corticoesteroides aplicados al oído externo
En algunos casos, oxigenoterapia hiperbárica
Control de la diabetes u otras enfermedades que debilitan el sistema inmunitario
Limpiezas repetidas del canal auditivo
Por lo general, la otitis externa maligna se trata con antibióticos por vía intravenosa durante 6 semanas. Sin embargo, las personas con infección leve pueden tratarse con dosis elevadas de un antibiótico por vía oral, como el ciprofloxacino. Las personas con enfermedad ósea extensa podrían requerir tratamiento con antibióticos durante un tiempo más largo. En el tratamiento de la otitis maligna también se utilizan gotas para los oídos o apósitos que contienen una combinación de ciprofloxacino (un antibiótico) y dexametasona (un corticoesteroide).
A algunas personas se las puede tratar en una cámara de oxígeno a alta presión (terapia con oxígeno hiperbárico).
Es esencial mantener un control meticuloso de la diabetes. Si es posible, los médicos dejan de administrar cualquier fármaco que deprima el sistema inmunitario.
Aunque la cirugía no suele ser necesaria, se requieren limpiezas repetidas y la eliminación de la piel muerta y del tejido inflamado (desbridamiento) del canal auditivo externo en el consultorio del médico hasta que la infección desaparezca.