El análisis de orina, la prueba de orina, puede ser necesario en la evaluación de trastornos renales y de las vías urinarias y también puede contribuir a evaluar trastornos sistémicos como la diabetes o los problemas hepáticos. Se recoge una muestra de orina, normalmente usando el método de micción espontánea u otro método estéril. Por ejemplo, un método para obtener una muestra de orina no contaminada consiste en introducir un catéter a través de la uretra y hacerlo llegar hasta la vejiga.
Los cultivos de orina, que consisten en el crecimiento, en el laboratorio, de las bacterias presentes en una muestra de orina, se llevan a cabo para diagnosticar la infección de las vías urinarias. Los cultivos no forman parte de los análisis de orina habituales o rutinarios. Debe obtenerse la muestra de orina por el método de micción espontánea (véase la barra lateral Cómo obtener una muestra de orina estéril) o accediendo brevemente al interior de la vejiga mediante una sonda estéril que se introduce a través de la uretra.
El análisis de orina implica
Análisis químicos para detectar y medir la concentración de diversas sustancias en la orina
A menudo, examen de la orina al microscopio
En los análisis químicos se buscan proteínas, glucosa (azúcar), cetonas, sangre y otras sustancias. En estos análisis se utiliza una fina tira de plástico (tira reactiva) impregnada con sustancias químicas que, al reaccionar con las sustancias presentes en la orina, cambian de color rápidamente. Algunas veces, los resultados de las pruebas iniciales se confirman mediante otros análisis de laboratorio, más complejos y precisos, de la orina.
Se puede realizar un análisis microscópico de orina para detectar la presencia de glóbulos rojos (eritrocitos) y de glóbulos blancos (leucocitos), cristales y cilindros (impresiones o huellas de los túbulos renales que se crean cuando las células urinarias, las proteínas o ambas precipitan en los túbulos y se eliminan en la orina).
La presencia de proteínas en la orina (proteinuria) puede, por lo general, detectarse con ayuda de tiras reactivas, cuando están presentes en grandes cantidades. Las proteínas aparecen en la orina de manera constante o solo de manera intermitente, según cuál sea la causa. La proteinuria puede ocurrir normalmente después de realizar un ejercicio vigoroso, como correr una maratón, pero suele ser un signo de trastorno renal. La presencia de pequeñas cantidades de proteína en la orina puede ser un signo temprano de daño renal debido a la diabetes. Es posible que cantidades tan pequeñas no puedan ser detectadas mediante tiras reactivas. En estos casos, se tiene que recoger la orina durante un período de 12 o 24 horas y llevar a un laboratorio para su análisis.
La presencia de glucosa en la orina (glucosuria) se detecta con precisión mediante las mismas tiras. La causa más frecuente de presencia de glucosa en orina es la diabetes mellitus, pero la ausencia de glucosa no significa que una persona no tenga diabetes o que la diabetes esté bajo control. Además, la presencia de glucosa no indica necesariamente diabetes u otro problema.
La presencia de cetonas en la orina (cetonuria) se detecta a menudo con ayuda de tiras reactivas. Las cetonas se forman cuando el organismo descompone las grasas. Las cetonas pueden aparecer en la orina como resultado de una inanición o de una diabetes mellitus en ayunas no controlada o en personas que han consumido cantidades excesivas de alcohol (por lo general, personas con trastorno por consumo de alcohol).
La presencia de sangre en la orina (hematuria) se detecta por medio de tiras reactivas y se confirma mediante la observación microscópica de la orina y otros análisis adicionales. Algunas veces, la orina contiene sangre suficiente para ser evidente por el color rojo o marrón de la orina.
Los nitritos en la orina (nitrituria) también pueden detectarse por medio de las tiras reactivas. Los niveles altos de nitritos indican una infección de las vías urinarias.
La presencia de esterasa leucocitaria (una enzima que se encuentra en ciertos glóbulos blancos o leucocitos) en la orina puede detectarse con ayuda de tiras reactivas. La esterasa leucocitaria es un signo de inflamación, causada generalmente por una infección de las vías urinarias.
La acidez (pH) de la orina también se determina mediante tiras reactivas. Ciertos alimentos, los desequilibrios químicos y las alteraciones del metabolismo pueden cambiar la acidez de la orina. A veces, un cambio en la acidez puede predisponer a la persona a los cálculos renales.
La concentración de la orina (también denominada osmolalidad, indicada a grandes rasgos por la gravedad específica) puede variar ampliamente si la persona está deshidratada, según la cantidad de líquido ingerido y por otros factores. La concentración de la orina también es importante para diagnosticar un funcionamiento renal anómalo. Los riñones pierden su capacidad de concentrar la orina en una fase precoz de un trastorno que deriva en insuficiencia renal. En una prueba especial, la persona no ingiere agua ni otros líquidos durante 12 o 14 horas. En otra prueba, se administra a la persona una inyección de vasopresina (también denominada hormona antidiurética). Posteriormente se mide la concentración de la orina. Normalmente, cualquiera de estas pruebas debe dar como resultado una orina muy concentrada. Sin embargo, en ciertos trastornos renales (como la diabetes insípida nefrogénica), la orina no puede concentrarse aun cuando otras funciones renales sean normales.
La observación microscópica del sedimento de la orina proporciona información sobre un posible trastorno renal o de las vías urinarias. En una situación normal, la orina contiene un número reducido de células y otros desechos procedentes del interior de las vías urinarias. En caso de una enfermedad renal o de las vías urinarias, se desprende un mayor número de células que forman un sedimento cuando la orina se hace girar rápidamente en una centrífuga (un instrumento de laboratorio que utiliza la fuerza centrífuga para separar los componentes de un líquido) o se deja asentar.