La trombocitosis reactiva es un recuento elevado de plaquetas (> 450.000/mcL [> 450 × 10/L]) secundario a otro trastorno.
(Véase también Generalidades sobre las neoplasias mieloproliferativas).
Algunas causas de trombocitosis reactiva incluyen
Trastornos inflamatorios crónicos (p. ej., artritis reumatoide, enfermedad inflamatoria intestinal, tuberculosis, sarcoidosis, granulomatosis con poliangeítis)
Infección aguda
Hemorragia
Hemólisis
Cáncer
Esplenectomía o hiposplenismo
Asimismo, hay trombocitosis congénitas familiares, como las debidas a mutaciones del gen de trombopoyetina y del receptor de trombopoyetina. Para la trombocitosis que no es secundaria a otro trastorno, véase Trombocitopenia esencial.
Por lo general, la función plaquetaria es normal. A diferencia de la trombocitemia esencial, la trombocitosis reactiva no aumenta el riesgo de complicaciones trombóticas ni hemorrágicas, a menos que el paciente presente enfermedad arterial.
En la trombocitosis secundaria, el recuento de plaquetas suele ser < 1.000.000/mcL (< 1.000 × 109/L) y la causa puede ser evidente mediante la anamnesis y el examen clínico y con pruebas de confirmación según esté indicado. El hemograma completo y los hallazgos en el frotis de sangre periférica pueden ayudar a sugerir deficiencia de hierro o hemólisis.
Si la causa de la trombocitemia secundaria no es evidente, los pacientes deben ser evaluados en busca de una neoplasia mieloproliferativa. Tal evaluación puede incluir pruebas para buscar mutaciones conductoras de neoplasias mieloproliferativas, estudios citogenéticos, que incluyen el cromosoma Filadelfia o el ensayo BCR-ABL, y posiblemente examen de médula ósea, especialmente en pacientes con anemia, leucopenia o hepatoesplenomegalia.
El tratamiento del trastorno subyacente suele normalizar el recuento de plaquetas.