Ayudar a los bebés a respirar al nacer
Un recién nacido que no respira al nacer necesita ayuda de inmediato. Un minuto después del nacimiento, el minuto de oro, el bebé debe estar respirando bien o usted debe estar ventilando al bebé. Este video muestra los pasos para ayudar al bebé a respirar al nacer.
Siempre esté preparado: Asegúrese de que el lugar esté limpio, bien iluminado y cálido. Tenga estos suministros para ayudar al bebé a respirar en cada nacimiento:
Una bolsa para recién nacido y 2 máscaras, tanto para un bebé de tamaño normal como para un bebé pequeño.
Un dispositivo de aspiración
Un sombrero
Paños suaves para secar al bebé
Un estetoscopio
Lávese las manos, luego revise su equipo de reanimación. Primero apriete la bolsa y observe si la válvula se abre y se cierra. A continuación, séllela con la palma de la mano y apriete la bolsa. Debe sentir presión contra su mano (observe cómo se vuelve a inflar la bolsa) y escuchar el aire que sale de la válvula de descarga. Luego, pruebe su dispositivo de aspiración: apriételo, bloquee la punta y libere la presión. No debe expandirse hasta que la punta se haya liberado.
El minuto dorado comienza con el nacimiento. Coloque al bebé sobre el abdomen de la madre. Mientras lo seca rápidamente, notará si no ha llorado. Ahora lleve al bebé sobre una compresa seca. Ve que no está respirando. Levante la mandíbula del bebé y busque secreciones. Luego estimúlelo. Aún no respira. Ahora mueva al bebé a una superficie firme. Posicione su cabeza, coloque la máscara y cree un sello hermético. Luego comience sus ventilaciones.
Volvamos a mostrar estas primeras acciones importantes con más detalle. Inmediatamente después del nacimiento, coloque al bebé sobre el abdomen de su madre y anote la hora del nacimiento. Secar la cabeza, el cuerpo, los brazos y las piernas del bebé en forma rápida y minuciosa. Secar la espalda puede ayudar a desencadenar la respiración del bebé. Note que aún no ha llorado. Un bebé que llora es un bebé que respira. Cambie a una compresa seca para mantener al bebé caliente.
Ahora comience los pasos para ayudarlo a respirar. Levante la mandíbula del bebé para que sea más fácil respirar, luego busque secreciones. Su nariz y su boca están limpias, por lo que no hay necesidad de aspiración. Ahora frote la espalda del bebé varias veces para estimular la respiración. Observe su tórax de cerca: el bebé no respira. Corte el cordón ahora para mover al bebé a un área separada para su ventilación. Párese a la cabecera de la cama del bebé y eleve su mandíbula. Coloque el borde de la máscara justo debajo de la boca del bebé, luego deslícelo sobre su boca y su nariz. Cree un sello hermético presionando la máscara y manteniendo la barbilla hacia arriba. Apriete la bolsa con regularidad. El tórax debe elevarse suavemente con cada respiración, pero aquí no se eleva.
Ahora siga estos pasos para mejorar la ventilación. Primero, reposicione la cabeza del bebé. Luego vuelva a aplicar la máscara. Nuevamente, aplique ventilaciones. Si el tórax aún no se eleva; abra la boca un poco y elimine las secreciones de la boca y la nariz. Intente nuevamente ventilar al bebé. Si aún no observa el movimiento del tórax, apriete la bolsa un poco más fuerte para producir una ventilación más profunda.
Ahora, el pecho del bebé está elevándose. Ventile al bebé durante un minuto. Cuente en voz alta, "R"ventilar–dos–tres", "ventilar–dos–tres". Apriete la bolsa en "ventilar" y suelte la bolsa en "dos, tres". De vez en cuando el bebé jadea. Estas respiraciones no son eficaces. Debe continuar ventilando. Después de un minuto de ventilar con buen movimiento del tórax, su ayudante comprueba rápidamente la frecuencia cardíaca. Su dedo se mueve al ritmo de los latidos del corazón del bebé. Es más rápido que la frecuencia cardíaca de un adulto, por lo que es normal. Continúe ventilando y observando el propio esfuerzo del bebé. Deje de ventilar cuando la frecuencia cardíaca se mantenga normal y el bebé comience a llorar o a respirar bien por su cuenta. Tranquilice a la madre indicándole que su bebé está respirando ahora.
Se coloca al bebé sobre el pecho de la madre, piel contra piel, y se lo cubre con mantas calientes. ¡Mantener al bebé caliente después de la reanimación salva su vida! Un bebé que necesita reanimación es especialmente vulnerable en las primeras horas después del nacimiento. Controle la respiración y la temperatura del bebé cada 15 minutos hasta el primer examen completo, entre 1 y 2 horas después del nacimiento. Cuando el bebé muestra señales de buscar alimentarse, ayude a la madre a comenzar a amamantar.
Recuerde, esté preparado para reanimar en cada parto. Seque al bebé, manténgalo caliente, controle que su vía aérea esté despejada, estimule su respiración, luego ventile si no está respirando solo. Ayudar a un bebé a respirar es la clave para lograr que sobreviva.
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