Displasia del desarrollo de la cadera (DDC)

PorSimeon A. Boyadjiev Boyd, MD, University of California, Davis
Revisado/Modificado sept 2022
Vista para pacientes

La displasia del desarrollo de la cadera (antes denominada luxación congénita de cadera) es el desarrollo anormal de la articulación de la cadera.

    (Véase también Introducción a las malformaciones congénitas craneofaciales y enfermedades musculoesqueléticas.)

    La displasia del desarrollo de la cadera causa subluxación o luxación; puede ser unilateral o bilateral. Los principales factores de riesgo son

    La displasia del desarrollo de la cadera parece ser consecuencia de la laxitud de los ligamentos que rodean la articulación o de la posición intrauterina. Los pliegues cutáneos asimétricos del muslo y la ingle son frecuentes, pero esto se observa también en lactantes sin displasia del desarrollo de la cadera. Si la displasia no es diagnosticada ni tratada, con el tiempo el miembro inferior afectado se hace más corto, y la cadera dolorosa. La abducción de la cadera suele estar limitada por espasmo de los aductores.

    Se realiza detección sistemática por examen físico en todos los lactantes. Como la sensibilidad del examen físico es limitada, en general debe realizarse un estudio por la imagen en los lactantes de alto riesgo (y en aquellos con alteraciones detectadas durante el examen físico).

    Suelen utilizarse 2 maniobras de detección:

    • Maniobra de Ortolani: detecta el deslizamiento de la cadera hacia atrás. dentro del acetábulo

    • Maniobra de Barlow: detecta el deslizamiento de la cadera fuera del acetábulo

    Se examina por separado cada cadera. Ambas maniobras comienzan con el lactante en decúbito supino, y las caderas y las rodillas en flexión de 90° (los pies estarán fuera de la camilla).

    Para realizar la maniobra de Ortolani, se abduce el muslo investigado (es decir, se separa la rodilla de la línea media hacia una posición de pata de rana) y se la empuja con suavidad en sentido anterior. Un chasquido palpable, a veces audible, de la cabeza femoral que se desplaza sobre el borde posterior del acetábulo y vuelve a ubicarse en la cavidad indica inestabilidad.

    A continuación, en la maniobra de Barlow se coloca la cadera otra vez en la posición inicial y después se realiza una ligera aducción (es decir, se lleva la rodilla a través del cuerpo) y se empuja el muslo en dirección posterior. Un chasquido indica que la cabeza del fémur está saliendo del acetábulo.

    Asimismo, una diferencia en la altura de las rodillas cuando el niño está en decúbito supino con las caderas flexionadas, las rodillas flexionadas y los pies sobre la camilla (signo de Galeazzi, véase figura) sugiere displasia, en especial, unilateral. Algo más adelante (p. ej., a los 3-4 meses de edad), la imposibilidad de abducir por completo el muslo cuando la cadera y la rodilla están flexionadas indica subluxación o luxación; la abducción se ve obstaculizada por el espasmo de los aductores, que suele estar presente aunque la cadera no esté, en realidad, luxada en el momento del examen. Es frecuente detectar chasquidos menores benignos. Aunque estos suelen desaparecer en el término de 1 o 2 meses, deben ser evaluados en forma regular. Como la displasia bilateral puede ser difícil de detectar en el momento del nacimiento, se recomienda evaluar periódicamente la limitación de la abducción de la cadera durante el primer año de vida.

    Signo de Galeazzi

    Se coloca al niño en la posición mostrada. La rodilla está más baja del lado afectado debido al desplazamiento posterior de la cadera displásica (flecha).

    Se recomienda la ecografía de las caderas a las 6 semanas de edad en los lactantes de alto riesgo, incluidos aquellos que nacen en presentación pelviana, los que nacen con otras deformidades (p. ej., tortícolis congénito, malformación congénita de los pies) y las niñas con antecedentes familiares positivos de displasia de cadera.

    También son necesarios estudios por la imagen cuando se sospecha alguna anormalidad durante la exploración. La ecografía de cadera permite establecer con exactitud el diagnóstico en etapas tempranas de la vida. Las radiografías de cadera son útiles después de que los huesos han comenzado a osificarse, en general después de los 4 meses de edad.

    El tratamiento temprano de la displasia es crucial. Cualquier demora reduce en forma sostenida la posibilidad de corrección sin cirugía. Por lo general, la cadera puede reducirse inmediatamente después del nacimiento, y con el crecimiento, el acetábulo puede formar una articulación casi normal. El tratamiento consiste en dispositivos, la mayoría de las veces el arnés de Pavlik, que mantienen las caderas afectadas en abducción y rotación externa. La almohada de Frejka y otras férulas pueden ser útiles. Los pañales almohadillados y el doble o triple pañal no son eficaces, y no deben ser usados para corregir una displasia de cadera.

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