Por fortuna, la mayoría de los adolescentes gozan de una buena salud física y mental. Sin embargo, la incidencia y la prevalencia de enfermedades crónicas en la adolescencia están en aumento y es probable que se deba a una aparición más temprana de trastornos asociados con la obesidad, una mayor supervivencia después de trastornos infantiles graves y otros factores desconocidos. Además, la pandemia de COVID-19 y la respuesta global a la misma, incluidas las interrupciones en los horarios de la escuela y el hogar, han afectado la salud mental de los adolescentes.
Los problemas más frecuentes entre los adolescentes se relacionan con el crecimiento y el desarrollo, la escuela, las enfermedades de la infancia que continúan en la adolescencia, los trastornos de salud mental y las consecuencias de las conductas de riesgo o ilegales, que incluyen lesiones, consecuencias legales, embarazo, las enfermedades infecciosas y los trastornos por uso de sustancias. Las lesiones no intencionales resultantes de accidentes de vehículos de motor y las lesiones derivadas de la violencia interpersonal son las principales causas de muerte y discapacidad entre los adolescentes.
El ajuste psicosocial es un sello distintivo de esta fase de desarrollo porque incluso los individuos sanos con desarrollo típico luchan con problemas en su identidad, su autonomía, su sexualidad y sus relaciones. “¿Quién soy, adónde voy y cómo me relaciono con todas estas personas en mi vida?” son preocupaciones frecuentes para la mayoría de los adolescentes. Los trastornos psicosociales son más comunes durante la adolescencia que durante la infancia, y muchos comportamientos no saludables comienzan durante la adolescencia. Tener un trastorno alimentario, una mala dieta, obesidad, consumir drogas, y el comportamiento violento pueden conducir a problemas agudos de salud, enfermedades crónicas, o morbilidad más tarde en la vida.