La angiografía se denomina angiografía convencional para distinguirla de la angiografía por TC (angioTC) y de la angiografía por resonancia magnética (ARM). Proporciona imágenes detalladas de los vasos sanguíneos, con mayor frecuencia de los del corazón, los pulmones, el cerebro y las piernas. La angiografía puede proporcionar aún imágenes estáticas o imágenes en movimiento (llamada cineangiografía).
El contraste IV se inyecta a través de un catéter colocado en un vaso sanguíneo que conecta con el vaso sanguíneo que pretende estudiarse. Puede utilizarse un anestésico local o un sedante. Si el catéter se coloca en una arteria, el sitio de introducción debe comprimirse constantemente durante 10 a 20 minutos después de retirar todos los instrumentos para reducir el riesgo de sangrado en el sitio de punción.
La angiografía, aunque invasiva, es relativamente segura.
Usos de la angiografía
La angiotomografía y la angiografía por resonancia magnética se suelen hacer en lugar de la angiografía convencional. Sin embargo, la angiografía convencional es el método de referencia tradicional para evaluar las lesiones vasculares (p. ej., estenosis, obstrucción, malformaciones arteriovenosas o de otro tipo, aneurismas, disecciones, vasculitis).
La angiografía convencional generalmente se realiza antes de los procedimientos angiográficos terapéuticos, tales como angioplastia, colocación de stent vascular, y la embolización de tumores y malformaciones vasculares.
Los usos más comunes de la angiografía convencional son los siguientes:
La angiografía coronaria suele realizarse antes de las intervenciones percutáneas o quirúrgicas de las arterias coronarias o las válvulas cardíacas. Por lo general, se realiza con cateterismo cardíaco.
La angiografía cerebral puede estar indicada después del accidente cerebrovascular o los ataques isquémicos transitorios, p. ej., si se considera la colocación de una endoprótesis vascular o la endarterectomía carotídea.
La angiografía ilíaca y femoral puede estar indicada antes de las intervenciones para tratar la arteriopatía periférica.
La aortografía a veces se realiza para diagnosticar y proporcionar detalle anatómico sobre aneurismas de aorta, disección aórtica e insuficiencia valvular aórtica.
La angiografía de las arterias oculares puede realizarse con el colorante fluoresceína.
La angiografía pulmonar convencional que solía ser la prueba de referencia para el diagnóstico de embolia pulmonar; ahora ha sido reemplazada por la angiotomografía pulmonar, que es menos invasiva.
Variaciones de la angiografía
Angiografía por sustracción digital
Las imágenes de los vasos sanguíneos se toman antes y después de la inyección del contraste; después, una computadora sustrae la imagen precontraste de la imagen poscontraste. Así las imágenes de estructuras extrañas son eliminadas, aislando las imágenes de los lúmenes de los vasos sanguíneos oscurecidos por contraste.
Imagen cortesía de Hakan Ilaslan, MD.
Desventajas de la angiografía
En ocasiones, aparecen reacciones por el contraste.
El sitio de la inyección puede sangrar si el vaso sanguíneo inyectado se rompe, se puede formar un hematoma doloroso. En raras ocasiones, el sitio se infecta; se enrojece y se inflama y exuda una secreción purulenta en unos pocos días después de la inyección.
En raras ocasiones, una arteria sufre una lesión por el catéter, o una placa aterosclerótica se desplaza, causando una embolia distal. Muy rara vez se producen shock, convulsiones, insuficiencia renal y paro cardíaco.
El riesgo de complicaciones es más alto en los ancianos, aunque sigue siendo bajo.
La dosis de radiación utilizada en la angiografía puede variar y ser importante (p. ej., la angiografía coronaria está asociada con una dosis de radiación efectiva de 4,6 a 15,8 mSv).
La angiografía debe ser realizada por médicos altamente calificados, en general, radiólogos intervencionistas especializados o cardiólogos.