Los síntomas neurológicos varían mucho porque el sistema nervioso controla numerosas funciones corporales diferentes. Los síntomas pueden incluir todas las formas de dolor y pueden involucrar la función muscular, la sensibilidad, la interpretación de los estímulos sensoriales, los sentidos especiales (visión, gusto, olfato y audición), el sueño, la vigilia (consciencia) y la función mental (cognición). A continuación se mencionan algunos ejemplos:
Auras (p. ej., visuales, olfatorias), como ocurre en convulsiones, migrañas, o encefalitis
Bradicinesia
Disartria (p. ej., debido a accidente cerebrovascular o a parálisis de los nervios craneales)
Movimientos involuntarios (p. ej., corea, mioclonías, tics)
Tensión o rigidez muscular (como ocurre en la enfermedad de Parkinson o el síndrome del hombre rígido)
Entumecimiento u otros déficits sensoriales
Obnubilación o coma
Pérdida de visión, visión borrosa, escotomas (como ocurre con las migrañas), o diplopía