Muchas personas a veces experimentan un fallo en la integración automática de los recuerdos, las percepciones, la identidad y la consciencia. Por ejemplo, una persona puede ir conduciendo y en algún momento se da cuenta de que no recuerda muchos aspectos del camino porque está preocupado por problemas personales o distraído por un programa de radio o por la conversación que ha mantenido con un pasajero. Normalmente, esta falla, que se conoce como disociación no patológica, no altera las actividades cotidianas.
Por el contrario, las personas que sufren un trastorno disociativo pueden olvidar completamente una serie de hechos normales acaecidos durante minutos, horas, días o semanas y pueden tener la percepción de haber perdido ese tiempo. En los trastornos disociativos, la integración normal de consciencia, la memoria, la percepción, la identidad, la emoción, la representación del cuerpo, el control motor, y el comportamiento se altera, y se pierde la propia continuidad.
Las personas con un trastorno disociativo pueden experimentar las siguientes manifestaciones:
Intrusiones espontáneas en la consciencia con pérdida de continuidad de la experiencia, incluyendo sensaciones de desapego de uno mismo (despersonalización) y/o del entorno (desrealización) y fragmentación de la identidad
Pérdida de memoria de información personal importante (amnesia disociativa)
Los trastornos disociativos con frecuencia se desarrollan después de un estrés abrumador (1). Este tipo de estrés puede producirse por sucesos traumáticos o por un conflicto interno intolerable. Los trastornos disociativos se relacionan con los trastornos asociados con los factores estresantes y traumáticos; el trastorno por estrés agudo y el trastorno por estrés postraumático, que pueden incluir síntomas disociativos (p. ej., amnesia, recuerdos disociativos, entumecimiento, despersonalización/alejamiento de la realidad). Se ha establecido unsubtipo disociativo de TEPT para clasificar a los pacientes que cumplen con todos los criterios diagnósticos de TEPT pero también experimentan despersonalización, desrealización o ambas.
La investigación sobre el encéfalo de animales y humanos ha comenzado a identificar estructuras y funciones cerebrales específicas que explicarían la disociación. En particular, durante la disociación se produce actividad rítmica en una región posteromedial profunda, que incluye la corteza cingulada posterior desconectada de las regiones corticales superiores responsables del pensamiento y la planificación (2). Del mismo modo, durante la hipnosis hay una desconexión relativa entre esas regiones de control superior y una porción de la parte posterior del cerebro (la corteza cingulada posterior) que está implicada en la autorreflexión (3). Además, la disociación relacionada con el traumatismo parece implicar un aumento de la activación de la corteza prefrontal ventromedial y una menor conectividad con el cerebelo y la corteza orbitofrontal (4).
Referencias generales
1. Rafiq S, Campodonico C, Varese F: The relationship between childhood adversities and dissociation in severe mental illness: A meta-analytic review. Psychiatr Scand. 138(6):509-525, 2018. doi: 10.1111/acps.12969
2. Vesuna S, Kauvar IV, Richman E, et al: Deep posteromedial cortical rhythm in dissociation. Nature 586(7827):87-94, 2020. doi: 10.1038/s41586-020-2731-9
3. Jiang H, White MP, Greicius MD, et al: Brain activity and functional connectivity associated with hypnosis. Cereb Cortex 27(8):4083-4093, 2017. doi: 10.1093/cercor/bhw220
4. Lebois LAM, Harnett NG, Rooij SJH, et al: Persistent dissociation and its neural correlates in predicting outcomes after trauma exposure. Am J Psychiatry 179(9):661-671, 2022. doi: 10.1176/appi.ajp.21090911