Cefalea por hipotensión

PorStephen D. Silberstein, MD, Sidney Kimmel Medical College at Thomas Jefferson University
Revisado/Modificado abr 2023
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La cefalea por hipotensión se produce cuando se extrae líquido cefalorraquídeo durante una punción lumbar o si hay alguna pérdida de líquido debido a un quiste o un desgarro en una de las capas de los tejidos que cubren la médula espinal (meninges). La pérdida de este fluido, que fluye alrededor del cerebro y lo amortigua, reduce la presión alrededor del cerebro.

(Véase también Introducción al dolor de cabeza.)

En general, las cefaleas por hipotensión se producen después de lo siguiente:

El dolor de cabeza por hipotensión se produce en hasta un tercio de las personas que se someten a una punción lumbar, por lo general entre unas horas y uno o dos días después.

En una punción lumbar, los médicos insertan una aguja entre dos vértebras en la parte baja de la espalda y extraen una muestra de líquido cefalorraquídeo del conducto raquídeo. El líquido cefalorraquídeo, que fluye a través de un canal entre las capas de tejidos (meninges) que cubren el cerebro y la médula espinal, ayuda a amortiguar y dar soporte al cerebro. Después de una punción lumbar, en ocasiones el líquido cefalorraquídeo continúa fluyendo por el minúsculo agujero hecho con la aguja. Si el líquido se escapa más rápido de lo que el cuerpo puede reemplazarlo, la cantidad de líquido alrededor del cerebro disminuye y el cerebro puede descender, estirando los vasos sanguíneos circundantes y los tejidos de soporte. Este estiramiento resulta en un dolor de cabeza.

Cómo se realiza una punción lumbar

El líquido cefalorraquídeo fluye a través de un canal llamado espacio subaracnoideo, que se localiza entre las capas media e interna de los tejidos que recubren el encéfalo y la médula espinal (meninges). Para extraer una muestra de este líquido, el médico introduce una pequeña aguja hueca entre dos huesos (vértebras) de la columna lumbar, por lo general entre la 3 y la 4ª o entre la 4ª y la 5ª vértebras lumbares, por debajo del punto donde termina la médula espinal y, a continuación, penetra en el espacio comprendido entre las capas de tejido (meninges) que recubren la médula espinal (y el encéfalo). El paciente suele estar tumbado de lado con las rodillas pegadas al pecho. Esta postura ensancha el espacio entre las vértebras, y así el médico puede evitar chocar contra los huesos al insertar la aguja.

A continuación se recoge el líquido cefalorraquídeo en un tubo de ensayo y se envía la muestra al laboratorio para analizarla.

Los dolores de cabeza por hipotensión también pueden ocurrir cuando el líquido cefalorraquídeo se derrama debido a otros trastornos:

  • Un quiste en las meninges o cerca de ellas, por donde emerge un nervio de la médula espinal. A veces, los quistes estallan cuando la persona tose o estornuda porque la tos y los estornudos hacen que la presión dentro del líquido cefalorraquídeo aumente repentinamente. Algunas veces el líquido cefalorraquídeo se filtra de forma espontánea, sin razón aparente.

  • Cuando las meninges se desgarran durante una lesión, sobre todo cuando se lesiona la cabeza o la cara.

Los dolores de cabeza por hipotensión son intensos. Se presentan al sentarse o levantarse, y se alivian al tumbarse. La persona afectada suele presentar rigidez y dolor en la nuca, náuseas y posibles vómitos.

Diagnóstico de cefalea por hipotensión

  • Evaluación médica

  • A veces, pruebas de diagnóstico por la imagen

Los médicos basan el diagnóstico de las cefaleas por hipotensión en los síntomas y en las circunstancias.

Si a la persona afectada se le ha realizado una punción espinal, el diagnóstico suele ser evidente y rara vez se necesitan más pruebas.

Si no, se pueden realizar pruebas cerebrales de diagnóstico por la imagen como la resonancia magnética nuclear (RMN). Antes de realizar la prueba de imagen se inyecta un medio de contraste en una vena, por lo general de un brazo o de una mano. El agente de contraste se usa para proporcionar mayor detalle.

Tratamiento de la cefalea por hipotensión

  • Analgésicos

  • Líquidos y cafeína

  • Un parche sanguíneo epidural

Si una persona tiene un dolor de cabeza después de una punción lumbar, se le dan medicamentos para el dolor (analgésicos). Mantenerse acostado tanto como sea posible ayuda a minimizar el dolor. Se administran fluidos y cafeína, que aumentan la producción de líquido cefalorraquídeo. Deben administrarse líquidos por vía oral o, si la persona está muy deshidratada, por vía intravenosa.

Si el dolor de cabeza persiste después de dicho tratamiento, puede inyectarse una pequeña cantidad de sangre del propio paciente entre la médula y las meninges de la parte baja de la espalda. Este procedimiento, llamado parche sanguíneo epidural, retarda la pérdida de líquido cefalorraquídeo, con independencia del lugar donde se produce la fuga o de su causa.

Es raro que se necesite cirugía para reparar una fuga.

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