Mantener el ritmo: marcapasos
Los marcapasos son dispositivos electrónicos que reemplazan el nódulo sinusal (nódulo sinoauricular). Generan impulsos eléctricos que dan lugar a cada latido. Constan de una batería, un generador de impulsos y de cables que conectan el marcapasos al corazón.
La implantación de un marcapasos se realiza quirúrgicamente. Después de administrar un anestésico local para adormecer la zona de inserción, los cables, que se conectan al marcapasos, se suelen insertar en una vena cercana a la clavícula y se empujan hacia el corazón. Mediante una pequeña incisión, el generador de impulsos, que tiene un diámetro de unos 4 cm, se inserta exactamente debajo de la piel cercana a la clavícula y se conecta a los cables. La incisión se cierra con una sutura. Por lo general, el procedimiento dura entre 30 y 60 minutos. El paciente puede estar en condiciones de irse a casa poco tiempo después o permanecer durante un periodo breve en el hospital. Las baterías de un marcapasos suelen durar entre 10 y 15 años. Aunque deben revisarse de forma periódica. La sustitución de la batería es un procedimiento rápido.
Existen distintos tipos de marcapasos. Algunos de ellos toman el control de la frecuencia cardíaca, de manera que se anulan los impulsos eléctricos generados por el corazón. Otros, denominados marcapasos a demanda, permiten que el corazón lata de forma natural a menos que se salte un latido o comience a latir a un ritmo anormal. En cambio otros, llamados marcapasos programables, pueden hacer ambas cosas. Algunos marcapasos ajustan su frecuencia de acuerdo a la actividad del usuario, aumentando la frecuencia cardíaca durante el ejercicio y disminuyéndola durante el reposo.