Epidural
Cuando se cumplan aproximadamente 40 semanas de embarazo, la mujer comenzará a experimentar el parto. El parto significa la expulsión inminente del bebé.
Para ayudar a aliviar las molestias del parto, muchas mujeres optan por someterse a un procedimiento llamado anestesia epidural para adormecer la parte inferior del cuerpo. Antes de este procedimiento, se puede administrar a la mujer una infusión intravenosa de líquidos para ayudar a mantener la presión arterial. También se coloca un monitor fetal en el abdomen de la mujer para controlar la frecuencia cardíaca del bebé. A continuación se coloca a la mujer de lado o bien sentada con la espalda curvada. Una vez que está en posición, el profesional de la anestesia localiza la sección apropiada de su columna vertebral, limpia la zona e inyecta una pequeña cantidad de anestésico local para adormecer la piel en el lugar de la inyección. Con independencia de su postura, la mujer debe permanecer muy quieta mientras el médico inserta lenta y cuidadosamente una larga aguja en su columna vertebral.
La aguja pasa a través de la piel y entre las vértebras hasta llegar al espacio situado justo fuera de la membrana que rodea los nervios espinales. Esta membrana se denomina duramadre, y de ahí su nombre, epidural. Una vez que la aguja está en posición, el anestesista se asegura de que no haya pasado al interior de la duramadre ni a un vaso sanguíneo. A continuación se introduce un catéter fino a través de la aguja hasta el espacio epidural. Después se administran medicamentos a través de este catéter, adormeciendo la parte inferior del cuerpo de la mujer y reduciendo las molestias del parto.
Como sucede en cualquier procedimiento, existen posibles complicaciones que deben discutirse con el anestesista antes de este procedimiento.