Es un tema trillado en incontables películas y programas de televisión de adolescentes. La mañana del baile en la escuela, la primera cita o el gran espectáculo, el personaje principal se mira en el espejo y entra en pánico al descubrir que le ha salido un granito súbitamente. El adolescente insulta la forma inoportuna en que apareció y se pregunta en voz alta cómo eliminarlo antes del evento de esa noche.
Gracias a los médicos de celebridades como la Dra. Pimple Popper y la evolución de los estándares en belleza, la gente habla sobre el acné más que nunca estos días. Es la enfermedad cutánea más frecuente en los EE. UU. y ocho de cada 10 personas tendrá acné en algún momento de su vida. Pero aun cuando las personas hablen más abiertamente sobre el acné, persisten muchos mitos sobre cuáles son las causas y cómo se lo debe tratar.
A continuación encontrará algunos de los mitos más frecuentes sobre el acné e información clave que nos cuenta la versión real sobre los puntos negros, granos, espinillas, pústulas, pápulas y quistes.
Mito: El acné solo afecta a los adolescentes durante la pubertad
Realidad: Las personas pueden presentar acné a cualquier edad. El acné se produce cuando el aceite (conocido como cebo) tapa los poros de la piel, que luego se infectan e inflaman. Estas infecciones pueden ocurrir en cualquier momento de la vida de una persona. Sin embargo, son más frecuentes cuando los niveles hormonales están aumentados, como ocurre durante la pubertad y junto con el ciclo menstrual de una mujer.
Algunas personas actualmente desarrollan acné debido al uso de la máscara por la COVID-19. El llamado “acné de la mascarilla” es, en realidad, una forma de acné conocido como acné mecánico, que es desencadenado por el calor y por el roce en un lugar en particular.
Mito: El acné desaparece solo
Realidad: El acné no es un rito de iniciación que se debe sufrir y que desaparecerá con el tiempo. En algunas personas, especialmente los varones, el acné desaparece al final de la adolescencia o poco después de los 20 años. Pero alrededor del 40 % de las mujeres tendrán acné hasta bien entradas en la edad adulta. Esto puede ser especialmente frustrante para las mujeres de 20 a 30 años que creen que ya deberían haber “dejado atrás” su acné.
Si el acné afecta su salud o su felicidad, hable con su médico sobre qué medidas tomar. Las opciones habituales de tratamiento incluyen los tratamientos tópicos como los lavados con peróxido de benzoílo o ácido salicílico, y antibióticos tópicos y retinoides. El acné moderado con frecuencia se trata con antibióticos orales. También es posible recetar anticonceptivos orales a las mujeres con acné.
Mito: El acné se produce por comer chocolate, alimentos grasos o lácteos
Realidad: Los alimentos no causan acné, pero las investigaciones sugieren que ciertos alimentos, como el chocolate y los productos lácteos, pueden aumentar la gravedad o la frecuencia del acné. Sin embargo, la mayoría de los pacientes no necesitan privarse de comer papas fritas o cualquier otro alimento para lograr controlar el acné. Si a los pacientes les preocupa su dieta, el principal alimento que deben eliminar es el azúcar. Los pacientes que consumen mucha cantidad de azúcar pueden exacerbar su acné con la dieta, y algunos estudios han sugerido que estos pacientes tienen más probabilidades de tener acné moderado a grave. Lo mejor es seguir una dieta saludable y, si se elimina la ingesta de algunos alimentos, como los lácteos, debe asegurarse de obtener calcio y otras vitaminas y nutrientes esenciales de otras fuentes.
Mito: El acné es causado por el estrés
Realidad: Al igual que con algunos alimentos, los investigadores han encontrado que el estrés no provoca acné pero en ocasiones puede empeorarlo. Un estudio analizó el acné en estudiantes antes y después de los exámenes y halló que a medida que los niveles de estrés aumentaban, el acné de los estudiantes empeoraba.
Mito: Broncearse reduce el acné
Realidad: Cuando la piel está más oscura, el enrojecimiento del acné puede ser menos visible, pero ningún dermatólogo recomendará que un paciente se broncee. Una única sesión en una cama solar puede aumentar el riesgo de desarrollar un cáncer de piel como el melanoma.
Mito: El acné está causado por una mala higiene
Realidad: Si bien la higiene extremadamente mala puede agravar el acné, en la mayoría de las personas el acné está causado por alguna otra cosa. En algunos casos, lavarse demasiado puede, en realidad, ser el problema. Los tratamientos exfoliantes y de limpieza potentes pueden quitar los aceites de la piel y, en definitiva, exacerbar el acné. En general, es mejor lavarse la cara dos veces al día (una vez en las personas con piel muy sensible) y evitar los productos agresivos. Como exfoliante, simplemente lávese con una toallita para bebé una o dos veces a la semana durante 15 a 30 segundos.
Mito: Las personas nunca deben apretarse los granitos
Realidad: La realidad es que algunas personas se van a apretar los granitos. Pero solo porque lo vea en la televisión o en las redes sociales no quiere decir que sea seguro. Apretarse los granitos puede hacer que la zona se torne incluso más enrojecida e inflamada y provoque una mayor infección. Sin embargo, si va a tocarse el acné, hay algunas medidas que puede tomar para minimizar los riesgos. Asegúrese de que las manos y la zona estén limpias; habitualmente lo mejor es hacerlo después de una ducha. Y limítese a los granitos que no requieren mucha manipulación o apretarse en forma agresiva.
Para obtener más información sobre el acné, consulte la página de los Manuales sobre el tema.