La depresión posparto es un sentimiento de extrema tristeza y pérdida de interés en las actividades habituales durante el primer año después del parto y que dura más de 2 semanas.
Las mujeres que han sufrido depresión anteriormente son más propensas a desarrollar una depresión posparto.
Las mujeres se sienten extremadamente tristes, lloran, se sienten irritables, tienen cambios de humor rápidos y pueden perder interés en las actividades diarias y en el bebé.
Las mujeres deben consultar a su médico si continúan teniendo síntomas durante más de 2 semanas o si tienen pensamientos sobre hacerse daño a sí mismas o al bebé.
El tratamiento recomendado para las mujeres con depresión posparto consiste en una combinación de psicoterapia y antidepresivos.
Muchas mujeres tienen "melancolía o tristeza" posparto, que puede incluir cambios de humor o sentimientos de tristeza. Sin embargo, la melancolía puerperal suele durar de 2 a 3 días y un máximo de hasta 2 semanas y suele ser relativamente leve. Por el contrario, la depresión posparto dura 2 o más semanas y es incapacitante, alterando las actividades cotidianas.
Alrededor de un 7% de las mujeres se ven afectadas. También puede aparecer una forma aún más grave, aunque muy poco frecuente, denominada psicosis posparto (psicosis puerperal).
Causas de la depresión posparto
Las causas de la tristeza o depresión posparto no están muy claras, pero los siguientes factores pueden aumentar el riesgo de padecerla:
Una depresión anterior al embarazo o durante el mismo
Una depresión posparto en un embarazo anterior
Episodios previos de tristeza o depresión durante ciertos momentos del mes (relacionados con el ciclo menstrual) o durante el tratamiento con anticonceptivos orales
Familiares cercanos con depresión (antecedentes familiares)
Causas de estrés, como tener dificultades en la relación, problemas financieros o ser madre sin pareja
Falta de apoyo de la pareja o de los familiares
Problemas relacionados con el embarazo (como parto prematuro o un bebé con defectos congénitos)
Sentimientos encontrados en relación con el embarazo actual (por ejemplo, si no fue planeado o se consideró abortar)
Problemas relacionados con la lactancia
La disminución repentina de las concentraciones de hormonas (como los estrógenos, la progesterona y las hormonas tiroideas) que se produce después del parto y la falta de sueño pueden contribuir al desarrollo de depresión posparto. Además, puede estar implicado un gen que hace que una mujer sea más propensa a la depresión posparto.
Si las mujeres han tenido depresión antes de quedar embarazadas deben informar a su médico o matrona. Esta depresión a menudo se convierte en depresión posparto. La depresión durante el embarazo es frecuente y supone un importante factor de riesgo para la depresión posparto.
Síntomas de la depresión puerperal
Por lo general, los síntomas de la depresión posparto se desarrollan durante los primeros 3 meses después del parto, pero pueden comenzar más tarde. Los síntomas pueden comenzar de forma gradual o más repentina. La depresión posparto afecta a la capacidad de las mujeres para cuidar de sí mismas y del bebé.
Los síntomas de la depresión puerperal pueden incluir
Tristeza extrema
Llanto frecuente e incontrolable
Cambios de humor
Irritabilidad e ira
Los siguientes síntomas son menos frecuentes
Cansancio extremo
Trastornos del sueño (demasiado o demasiado poco)
Cefaleas y dolorimiento muscular y corporal
Pérdida de interés en el sexo y otras actividades
Ansiedad o ataques de pánico
Pérdida o exceso de apetito
Dificultad para realizar las actividades diarias
Falta de interés o preocupaciones irracionales sobre el bebé
Una sensación de ser incapaz de cuidar al bebé o de ser inadecuada como madre
Culpabilidad por tener estos sentimientos
Miedo a dañar al bebé
Pensamientos suicidas
Estas mujeres pueden tener dificultad para desarrollar un vínculo emocional con su bebé. Como resultado, el niño puede tener problemas emocionales, sociales y cognitivos más adelante.
Las parejas también pueden deprimirse, y la depresión en cualquiera de los progenitores puede causar estrés.
Sin tratamiento, la depresión posparto puede durar meses o años. Aproximadamente una de cada tres o cuatro mujeres que han tenido depresión posparto vuelven a tenerla.
La psicosis posparto es rara. Implica pensamientos suicidas o violentos, alucinaciones o comportamientos extraños. La psicosis posparto incluye a veces un deseo de hacer daño al bebé.
Si un progenitor tiene pensamientos de autolesión o de dañar al bebé, se debe buscar atención médica de inmediato.
Diagnóstico de depresión puerperal
Evaluación de un médico, en base a criterios diagnósticos específicos
El diagnóstico y el tratamiento tempranos de la depresión posparto son importantes para la madre y su bebé. Las mujeres deben consultar a su médico si continúan sintiéndose tristes y tienen dificultades para hacer sus actividades habituales durante más de 2 semanas o si tienen pensamientos de hacerse daño a sí mismas o al bebé. Si los miembros de la familia y amigos notan síntomas de esta tendencia, deben hablar con la mujer y animarla a que hable con el médico.
Durante la visita médica posparto, puede que el médico le pida a la mujer que rellene un cuestionario diseñado para detectar depresión. Si la mujer está deprimida, los médicos también pueden solicitar análisis de sangre para determinar si un trastorno, como un trastorno tiroideo, está causando los síntomas.
Tratamiento de la depresión puerperal
Medicamentos (zuranolona, brexanolona u otros antidepresivos)
Psicoterapia
El tratamiento de la depresión posparto consiste en psicoterapia y antidepresivos.
Dos medicamentos han sido aprobados específicamente por la Food and Drug Administration (Agencia federal para alimentos y medicamentos) de Estados Unidos para la depresión posparto: la brexanolona, que se administra por vía intravenosa, y la zuranolona, que se toma por vía oral.
Las mujeres que tienen psicosis posparto pueden necesitar hospitalización, preferiblemente en una unidad de vigilancia que les permita mantener al bebé con ellas. También puede que necesiten medicamentos antipsicóticos, así como antidepresivos.
Las mujeres que están amamantando deben consultar a su médico antes de tomar cualquiera de estos fármacos para determinar si pueden seguir con la lactancia materna (véase también Uso de medicamentos y de sustancias durante la lactancia.) Muchos de los antidepresivos permiten que las mujeres continúen amamantando.