La mastitis es una inflamación dolorosa de la mama, generalmente acompañada de una infección.
La mastitis puede aparecer después del parto, en general durante las primeras 6 semanas y casi siempre en las mujeres que están amamantando. Con menos frecuencia, las infecciones mamarias ocurren después de una lesión o una cirugía. Sufrir diabetes o tomar corticoesteroides aumenta el riesgo de infecciones mamarias.
Si el bebé no está adecuadamente colocado durante la lactancia se pueden formar grietas y dolor en la zona de los pechos. La mastitis es diferente del dolor y el agrietamiento de los pezones que con frecuencia acompañan a los primeros días de la lactancia. Si la piel de los pezones o la de alrededor se agrieta, las bacterias de la piel pueden penetrar en los conductos mamarios y causar una infección.
La fiebre que aparece varias semanas después del inicio de la lactancia se debe con frecuencia a una mastitis.
La mama infectada suele tener un aspecto hinchado y rojizo, es sensible al tacto y se siente caliente. Es posible que solo una parte de la mama esté roja y dolorida.
En raras ocasiones la mastitis produce acumulación de pus (absceso mamario). La zona que rodea el absceso se hincha y puede salir pus por el pezón.
Los médicos establecen el diagnóstico según el resultado del examen físico.
¿Sabías que...?
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Tratamiento de la mastitis
Vaciado completo de la leche materna
Medicamentos para el dolor, como paracetamol (acetaminofeno) o fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE)
A veces antibióticos
El dolor y la inflamación se controlan con compresas frías y analgésicos, como el paracetamol (acetaminofeno) o los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno. La mama debe vaciarse por completo cuando los conductos lácteos están llenos mediante la lactancia materna o el bombeo. Para vaciar completamente la leche materna, se pueden aplicar compresas calientes a la mama antes o durante la lactancia o el bombeo. Se alienta a las mujeres a mantenerse hidratadas (aumentar la ingesta de líquidos). Estas medidas son suficientes para tratar muchos casos de mastitis leve o moderada.
Si la mastitis parece deberse a una infección bacteriana, se trata con antibióticos, como dicloxacilina, cefalexina, clindamicina o, a veces, eritromicina.
Es aconsejable beber abundantes líquidos.
Si los síntomas de la infección no disminuyen o son graves, la mujer debe buscar atención médica; por ejemplo, si la mama se ve roja, el enrojecimiento se está extendiendo o la mujer tiene fiebre y escalofríos.
Las mujeres con mastitis que estén amamantando deben seguir con la lactancia, ya que el vaciamiento adecuado de las mamas ayuda al tratamiento y disminuye el riesgo de un absceso mamario.
Los abscesos mamarios se diagnostican mediante ecografía. Los abscesos se tratan con antibióticos y, por lo general, se drenan quirúrgicamente. Este procedimiento puede realizarse con anestesia local, pero puede requerir sedantes por vía intravenosa o anestesia general.
Si la toma de antibióticos no alivia la infección o no hay infección, los médicos hacen una evaluación para detectar otras causas de bultos en los senos o inflamación.
