Las infecciones mamarias suelen estar causadas por bacterias. Con muy poca frecuencia, las infecciones mamarias derivan en un absceso mamario (una acumulación de pus en la mama).
La mastitis se refiere a la inflamación dolorosa de la mama, que suele acompañar a una infección de la mama y ocurre con mayor frecuencia en mujeres que amamantan.
(Véase también Introducción a los trastornos de la mama.)
Los abscesos mamarios son menos frecuentes que las infecciones mamarias. Si la infección mamaria no recibe tratamiento se puede desarrollar un absceso.
Los médicos suelen drenar (aspirar) el absceso con una aguja. La ecografía se utiliza para guiar la localización de la aguja. A veces los médicos tienen que practicar una incisión para drenar el absceso.
Por lo general, también se administran antibióticos a las mujeres afectadas.