El estadio de desarrollo fetal

PorRaul Artal-Mittelmark, MD, Saint Louis University School of Medicine
Revisado/Modificado sept 2024
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Datos clave

Un embarazo atraviesa varias etapas de desarrollo a partir de la fecundación del óvulo. Un óvulo fecundado se desarrolla hasta convertirse en un blastocisto, luego en un embrión y, por último, un feto.

Fecundación

En cada ciclo menstrual normal, un óvulo (oocito) se desprende de uno de los ovarios unos 14 días después de la última menstruación. La liberación del óvulo se denomina ovulación. Este óvulo suelto entra en el extremo de una de las dos trompas de Falopio, caracterizadas por tener forma de embudo.

Durante la ovulación, el moco del cuello uterino (parte inferior del útero) se vuelve más fluido y elástico, de forma que los espermatozoides puedan entrar en el útero rápidamente. En unos 5 minutos, los espermatozoides se desplazan desde la vagina, a través del cuello uterino, hacia el interior del útero y hasta el extremo de una trompa de Falopio, donde se suele producir la fecundación.

Si no se produce la fecundación, el óvulo se desplaza a través de la trompa de Falopio hasta el útero y se expulsa del útero con el siguiente periodo menstrual.

Si un espermatozoide penetra en el óvulo, este queda fecundado. Las células que recubren la trompa de Falopio tienen unas estructuras en forma de pelo, llamadas cilios, que ayudan a arrastrar al óvulo fecundado (cigoto) a través de la trompa hacia el interior de la cavidad uterina. Las células del cigoto se dividen (se dividen en 2 células) varias veces mientras el cigoto desciende por el interior de la trompa de Falopio hasta el útero. El cigoto tarda de 3 a 5 días en entrar en el útero.

Ya dentro del útero, las células continúan dividiéndose y se convierten en una bola hueca denominada blastocisto. El blastocisto se implanta en la pared del útero al cabo de unos 6 días después de la fecundación.

Un embarazo gemelar puede ocurrir de 2 maneras diferentes: gemelos idénticos o gemelos mellizos. Los gemelos idénticos son el resultado de que un único óvulo fecundado se separe en dos embriones después de haberse comenzado a dividir. Dado que un único óvulo es fecundado por un único espermatozoide, el material genético de los dos embriones es el mismo. Si se libera y se fecunda más de 1 óvulo, los gemelos resultantes son mellizos en lugar de idénticos, porque el material genético de cada óvulo y de cada espermatozoide es ligeramente diferente.

En un embarazo triple, se pueden fecundar 3 óvulos o, a veces, 2 de los embriones son gemelos idénticos (resultado de 1 óvulo fecundado que se divide en 2) y el tercer embrión no es idéntico. También pueden aparecer diferentes combinaciones de embriones idénticos y no idénticos en embarazos con incluso más de 3 embriones.

Del óvulo al embrión

Una vez al mes, un óvulo se desprende de un ovario y entra en una trompa de Falopio. Después del coito, los espermatozoides se desplazan desde la vagina hasta el útero a través del cuello uterino y luego a las trompas de Falopio, donde 1 espermatozoide fecunda el óvulo. El óvulo fecundado (cigoto) se divide varias veces mientras se desplaza por la trompa de Falopio hasta llegar al útero. En primer lugar, el cigoto se convierte en una bola sólida de células. Luego, se convierte en una esfera hueca de células que se denomina blastocisto.

Dentro del útero, el blastocisto se implanta en la pared uterina, donde se transforma en un embrión unido a una placenta, rodeado de membranas llenas de líquido.

Desarrollo del blastocisto

Transcurridos unos 6 días después de la fecundación, el blastocisto se adhiere al revestimiento interno del útero, por lo general cerca de la parte superior. Este proceso, denominado implantación, se completa alrededor del día 9 o 10.

La pared del blastocisto tiene el grosor de una célula, excepto en una zona, en la que equivale al de 3 o 4 células. En esta zona engrosada, las células internas se convierten en el embrión, mientras que las externas penetran en la pared del útero y se transforman en la placenta. La placenta produce varias hormonas necesarias para mantener el embarazo. Por ejemplo, produce la gonadotropina coriónica humana, una hormona que evita que los ovarios liberen más óvulos y los estimula para segregar estrógenos y progesterona de forma continua. La placenta también transporta oxígeno y nutrientes de la madre al feto, y materiales de desecho del feto a la madre.

Algunas células de la placenta se convierten en la capa externa de las membranas (corion) alrededor del blastocisto en desarrollo. Otras células se desarrollan en una capa interna de las membranas (amnios), que forma el saco amniótico. Cuando se forma el saco (alrededor del día 10 o 12), el blastocisto ya se considera un embrión. Este se llena de un líquido claro (líquido amniótico) y se expande para envolver al embrión en desarrollo que flota en su interior.

Desarrollo del embrión y de la placenta

La siguiente etapa evolutiva corresponde al embrión, que se desarrolla en el interior del saco amniótico, bajo el revestimiento del útero, en un lado. Esta fase se caracteriza por la formación de la mayoría de los órganos internos y de las estructuras externas del cuerpo. El corazón y los principales vasos sanguíneos se desarrollan temprano, unos 16 días después de la fecundación. El corazón comienza a bombear líquido y luego sangre a través de los vasos sanguíneos aproximadamente a las 5 semanas (3 semanas después de la fecundación). La mayoría de los demás órganos comienzan a formarse alrededor de las 5 semanas de embarazo.

Casi todos los órganos terminan de formarse unas 12 semanas de embarazo. Las excepciones son el encéfalo y la médula espinal, que siguen formándose y madurando durante todo el embarazo.

La mayoría de las malformaciones congénita (anomalías congénitas) tienen lugar durante el periodo de formación de los órganos, Durante este período, el embrión es más vulnerable a los efectos de los medicamentos, las drogas ilícitas, las infecciones víricas y la radiación. Por lo tanto, las mujeres embarazadas no deben recibir ninguna vacuna con virus vivos. Las mujeres embarazadas solo deben tomar medicamentos que son esenciales para su salud y que se sabe que son seguros durante el embarazo (véase Seguridad de los medicamentos durante el embarazo).

A medida que se desarrolla la placenta, se forman pequeñas proyecciones en forma de dedo (vellosidades) que se extienden hacia la pared del útero. Estas proyecciones se ramifican en una disposición arbórea. Esta disposición aumenta en gran medida el área de contacto disponible para que el líquido, el oxígeno y los nutrientes pasen de los vasos sanguíneos de la madre al feto y para que el dióxido de carbono y los desechos pasen del embrión a la madre.

Placenta y embrión a las ocho semanas aproximadamente

A las 8 semanas de embarazo (6 semanas después de la fecundación), el desarrollo de la mayoría de los sistemas de órganos principales del embrión ya ha comenzado. La placenta también ha desarrollado y formado pequeñas proyecciones en forma de dedo (vellosidades) que se extienden hacia la pared del útero.

Las vellosidades forman parte del sistema circulatorio del embrión. Los vasos sanguíneos transportan la sangre desde el embrión a través del cordón umbilical y las vellosidades placentarias. Entonces la sangre vuelve al embrión. Los vasos sanguíneos de la madre pasan junto a las vellosidades placentarias, y la sangre materna llena el espacio alrededor de las vellosidades. Los vasos sanguíneos de la madre y el embrión están separados por una fina membrana. La sangre no fluye directamente de la madre al embrión.

El líquido, el oxígeno y los nutrientes pasan de la madre al embrión a través de la membrana y el dióxido de carbono y los productos de desecho pasan del embrión a la madre.

Las células de la placenta también se convierten en el saco amniótico. Alrededor del embrión se forman dos capas de membranas: el amnios (membrana interna) y el corion (membrana externa). El amnios y el corion crean un saco (saco amniótico) alrededor del embrión. El saco se llena de líquido (líquido amniótico) y el embrión flota en el líquido.

El líquido amniótico proporciona un espacio en el que el embrión puede crecer libremente y ayuda a protegerlo de posibles lesiones. El saco amniótico es fuerte y elástico.

La placenta está totalmente formada entre las 18 y las 20 semanas, pero sigue creciendo durante el embarazo. En el parto pesa alrededor de 500 g.

Desarrollo del feto

Al final de la décima semana de embarazo (8 semanas después de la fecundación), comienza la etapa fetal. Durante esta etapa, los órganos y sistemas que ya se han formado crecen y se desarrollan de la manera siguiente:

  • A las 12 semanas de embarazo: el feto llena toda la cavidad uterina. A medida que el embarazo continúa, el útero se agranda en tanto que el feto crece.

  • A las 14 semanas puede identificarse el sexo del feto mediante ecografía.

  • Entre las 16 y las 20 semanas, la mujer embarazada siente por primera vez los movimientos del feto. Las mujeres que ya han estado embarazadas suelen percibir los movimientos del feto unas 2 semanas antes que las primigestas.

El cerebro acumula células nuevas durante todo el embarazo y durante el primer año de vida después del nacimiento. Los pulmones siguen madurando hasta casi el momento del parto.

Tabla
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