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Incontinencia fecal en niños

(Encopresis)

PorMatthew D. Di Guglielmo, MD, PhD, Sidney Kimmel Medical College at Thomas Jefferson University
Revisado porAlicia R. Pekarsky, MD, State University of New York Upstate Medical University, Upstate Golisano Children's Hospital
Revisado/Modificado Modificado nov 2024
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La incontinencia fecal es la expulsión voluntaria o involuntaria de heces en cualquier lugar que no sea el inodoro en niños mayores de 4 años, que es la edad habitual en la que ya se ha completado el entrenamiento para ir al baño.

La incontinencia fecal (encopresis) ocurre en aproximadamente entre el 3 y el 5% de los niños de 4 años y es menos frecuente a medida que cumplen años. Ocurre más a menudo en coincidencia con el aprendizaje del control de esfínteres o el inicio de la escolarización.

La incontinencia fecal es una afección que requiere atención y tratamiento, ya que puede afectar negativamente al niño y a sus familiares.

Causas de la incontinencia fecal en niños

La causa principal de incontinencia fecal es

  • Estreñimiento

Aunque parezca una contradicción, la incontinencia fecal suele tener su origen en el estreñimiento, que es el retraso o la dificultad para defecar. El estreñimiento puede tener muchas causas, en particular las de comportamiento (por ejemplo, el miedo a usar el inodoro o a defecar) y la dieta (por ejemplo, no comer suficiente fibra).

En ocasiones, los médicos necesitan evaluar a los niños por una causa física, como una anomalía anal, o una enfermedad, como la enfermedad de Hirschsprung o bien la enfermedad celíaca.

Algunas veces, los problemas psicológicos pueden causar incontinencia fecal.

Sin embargo, cualquiera que sea la causa, cuando las heces permanecen en el intestino, el agua es absorbida por el intestino grueso, lo que endurece a su vez las heces. Como el tránsito de heces duras y de gran tamaño puede ser doloroso, el niño tiende a bloquear el impulso de defecar aún más, dando lugar a un círculo vicioso de empeoramiento del estreñimiento. Es posible que el niño no pueda evacuar las heces endurecidas, que permanecen en el recto (heces retenidas). Las heces blandas y húmedas procedentes de la parte superior del intestino grueso, pueden fugarse alrededor del bulto endurecido de las heces, lo que deriva en incontinencia fecal.

Si el estreñimiento continúa, la pared del recto y el intestino grueso se dilata. Esta dilatación continua reduce la sensación en el niño de intestino lleno y perjudica el control muscular, aumentando aún más el riesgo de fugas de materia fecal.

¿Sabías que...?

  • La incontinencia fecal suele estar causada por estreñimiento.

Diagnóstico de incontinencia fecal en niños

  • Evaluación médica

Los médicos establecen el diagnóstico de incontinencia fecal en función de los antecedentes médicos del niño y del resultado de la exploración clínica.

En niños cooperativos, los médicos pueden usar un dedo enguantado para examinar suavemente el recto (donde se almacenan las heces antes de que salgan del cuerpo a través del ano) para determinar si hay heces impactadas y para descartar otros trastornos.

A veces, si el diagnóstico no está claro, los médicos pueden solicitar otras pruebas, como radiografías abdominales.

Rara vez, los médicos solicitan pruebas como la manometría para evaluar el funcionamiento de los músculos del tubo digestivo, en particular el ano y el recto.

En raras ocasiones, se realiza una biopsia de la pared rectal, en la que se toma una muestra de tejido y se examina al microscopio. Si se encuentra una causa orgánica del estreñimiento, por lo general puede tratarse.

Tratamiento de la incontinencia fecal en niños

  • Educación y cambios en la dieta

  • Para el estreñimiento, laxantes según lo prescrito por un médico

  • Plan de conducta

  • Mantenimiento

La educación del niño y su familia es una parte muy importante del plan de tratamiento. El niño y sus padres deben comprender que la incontinencia fecal es frustrante pero muy tratable, y que el tratamiento depende del nivel de apoyo y de consuelo que reciba el niño. El tratamiento de la incontinencia fecal puede llevar mucho tiempo y no se debe culpar o castigar a los niños porque empeora la afección. Las recaídas son frecuentes, pero también tratables.

Los cuidadores deben asegurarse de que los niños aumentan la cantidad de frutas, verduras y alimentos ricos en fibra que ingieren y de que aumentan la cantidad de agua que beben. Los cuidadores también deben asegurarse de que los niños hacen ejercicio.

Si el estreñimiento ha provocado la impactación de las heces, los médicos pueden prescribir un laxante (por vía oral) o un enema o un supositorio (insertado en el recto) para limpiar completamente el intestino, lo que es un punto de partida necesario para algunos niños. Algunos niños solo reciben laxantes y no necesitan ni enemas ni supositorios.

Si la causa es otro trastorno, se trata ese trastorno.

Una vez que el intestino está limpio (lo que algunas veces se confirma mediante radiografía abdominal), el niño comienza un programa regular con laxantes y un plan de comportamiento para garantizar evacuaciones intestinales regulares.

Después de que se consigue un movimiento intestinal regular, los niños comienzan una fase de mantenimiento.

Plan de conducta

El plan de comportamiento consiste habitualmente en sesiones programadas de defecación, en las que el niño se sienta en el inodoro durante 5 a 10 minutos después de cada comida tenga o no ganas de defecar. Si el niño tiene escapes a ciertas horas del día, también debe sentarse en el inodoro inmediatamente antes de estos momentos. (Véase también Control de esfínteres.)

Darle al niño pequeñas recompensas suele ser eficaz. Por ejemplo, regalarle una pegatina para colocar en un calendario cada vez que se sienta en el inodoro (incluso si no hay defecación) puede aumentar su deseo de seguir el plan. A menudo, se utiliza un programa escalonado en el cual el niño recibe pequeñas recompensas (como pegatinas) por sentarse en el inodoro y recompensas más importantes (como un paseo al parque) por seguir el plan de forma continuada. Puede ser necesario cambiar las recompensas a lo largo del tiempo para mantener el interés del niño en el plan.

Si el plan de conducta iniciado por el cuidador no tiene éxito, se puede derivar al niño a un terapeuta conductual o a un psicólogo infantil con experiencia en el tratamiento de niños con incontinencia fecal. Estos especialistas recomiendan encarecidamente a los cuidadores que se sientan frustados por la incontinencia y los comportamientos que provocan suciedad a causa de las heces, que eviten castigar al niño o mostrar desilusión por la falta de progreso o por cualquier regresión a comportamientos antiguos después de que se haya logrado un progreso.

Mantenimiento

Una vez lograda la regularidad en las deposiciones, suele cesar la incontinencia. Puede ser necesario mantener las heces blandas durante varios meses hasta que la pared intestinal retorne a su tamaño normal y vuelva la sensación de llenado rectal. En la fase de mantenimiento aún se necesitan algunos laxantes y sentarse en el inodoro de forma programada para fomentar la defecación antes de que se sientan ganas de defecar.

Después de esta fase de mantenimiento, se disminuye lentamente la dosis de laxantes hasta su suspensión, a la vez que se reduce el número de sesiones de inodoro programadas. Este suele ser el momento en que se produce una recaída, por lo que los profesionales de la salud continúan supervisando al niño. El entrenamiento intestinal puede ser un proceso largo que puede llevar meses o años.

En los casos más graves, es necesario contar con asesoramiento psicológico para aquellos niños cuya incontinencia fecal (encopresis) es resultado de problemas emocionales o de comportamiento.

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