En el hospital, se pueden presentar pérdidas de orina o heces de manera involuntaria (incontinencia urinaria o fecal). En estos casos la incontinencia puede ser debida al ambiente más que a un trastorno físico de la persona en cuestión.
Los siguientes factores pueden hacer que sea más probable que la persona hospitalizada presente incontinencia:
Estar limitado al reposo en cama
Tratamiento con diuréticos, que hace que la vejiga se llene rápidamente
Tener dificultad para levantarse de la cama porque ésta sea demasiado alta o porque se esté débil o enfermo
Padecer alguna enfermedad o haber sido sometido a una operación que haga que caminar sea difícil o doloroso
Tener conectados diversos dispositivos médicos, como vías intravenosas o mascarilla o gafas nasales, electrodos o catéteres, que dificulten la movilidad de la persona hospitalizada
Tener una infección de vejiga o intestinal
Por lo tanto, llegar al cuarto de baño es más complicado y puede exigir más tiempo y más planificación de lo habitual.
Los sistemas de recolección alternativos (cuña, orinal de botella) pueden ser difíciles de utilizar o incómodos. Puede hacer falta ayuda para utilizar estos utensilios o para llegar al inodoro. Las personas con demencia, las que de repente se sienten confusas o las que han tenido un accidente cerebrovascular, pueden ser incapaces de utilizar un timbre para solicitar ayuda. Después de pulsar el timbre, la ayuda puede tardar. Estos retrasos pueden ser la causa de la incontinencia.
Además, algunos fármacos y enfermedades pueden hacer que la incontinencia sea más probable.
(Véase también Problemas debidos a la hospitalización.)
Prevención de la incontinencia en el hospital
El personal del hospital puede establecer horarios regulares para ayudar a los hospitalizados a ir al baño. A veces resulta útil colocar una silla-inodoro junto a la cama. También puede facilitar las cosas bajar la cama o reorganizar los dispositivos médicos. Para los varones es útil tener acceso a un orinal. También contribuye a prevenir la incontinencia asegurarse de que la persona hospitalizada esté familiarizada con el camino desde la cama al baño, y hacer el cuarto de baño fácil de identificar.