Las personas con implantes dentales pueden desarrollar afecciones en los tejidos blandos y duros en los que están anclados los implantes como resultado de la acumulación de bacterias en su base. Las formas leves se caracterizan por enrojecimiento, hinchazón y sensibilidad de las encías, que a veces sangran cuando se sondean y/o contienen acumulaciones de pus. La enfermedad más avanzada da como resultado la pérdida del hueso de soporte.
Existen tres tipos de enfermedades relacionadas con los implantes:
Mucositis relacionada con el implante
Periimplantitis
Deficiencias periimplantarias de tejido gingival y/o hueso de la mandíbula
Mucositis relacionada con el implante
La mucositis relacionada con el implante afecta el tejido blando de las encías que rodea inmediatamente al implante. Esta inflamación está causada por placa y se caracteriza por encías inflamadas que sangran cuando se sondean. Los dentistas tratan esta afección de la misma manera que tratan la placa.
Periimplantitis
En la periimplantitis, la inflamación de los tejidos blandos que rodean al implante va acompañada de una pérdida progresiva del hueso de soporte. La periimplantitis se asocia con un control deficiente de la placa y ocurre en personas con antecedentes de periodontitis grave. Los dentistas la tratan de la misma manera que tratan la periodontitis.
Deficiencias periimplantarias de tejidos blandos y/o duros
La cicatrización normal después de la pérdida de dientes puede provocar deficiencias del hueso de la mandíbula o falta de tejido de las encías que sea lo suficientemente saludable y denso como para soportar el implante. Los dentistas corrigen estas anormalidades injertando estos tejidos duros o blandos.