La psoriasis es una enfermedad crónica recurrente que ocasiona la aparición de una o más placas rojas, ligeramente abultadas, con escamas plateadas y un borde definido entre la placa y la piel normal.
Es posible que aparezca por un problema del sistema inmunitario, y existe cierta predisposición genética a la psoriasis.
La descamación o las placas rojas características aparecen en cualquier parte del cuerpo en forma de placas grandes o pequeñas, especialmente en los codos, las rodillas y el cuero cabelludo.
Esta enfermedad se trata con una combinación de fármacos aplicados sobre la piel, exposición a luz ultravioleta (fototerapia) y fármacos administrados por vía oral o en inyección.
La psoriasis es frecuente y varía ampliamente entre las diferentes poblaciones de todo el mundo. Es probable que se reporten menos casos de psoriasis entre las personas de piel oscura que entre las de piel clara.
La psoriasis aparece con mayor frecuencia entre los 16 y los 22 años de edad y entre los 57 y los 60 años de edad. Sin embargo, todas las personas de todas las edades son susceptibles.
Las placas de psoriasis se producen debido a una velocidad de crecimiento de las células cutáneas anormalmente elevada. Se desconoce la causa de este crecimiento celular acelerado, pero se cree que la principal es un trastorno en el sistema inmunitario. El trastorno a menudo se reproduce en familias y se asocia a determinados genes.
Algunos desencadenantes de la psoriasis bien identificados son
Lesiones cutáneas menores
Quemadura solar
Infección por VIH
Infección estreptocócica, como la faringoamigdalitis estreptocócica (que provoca la psoriasis guttata)
Medicamentos (especialmente betabloqueantes, cloroquina, litio, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, indometacina, terbinafina, interferón alfa, inhibidores del punto de control inmunitario e inhibidores del factor de necrosis tumoral)
Estrés emocional
Consumo de alcohol
Tabaquismo
Obesidad
Síntomas de la psoriasis
Imagen proporcionada por Thomas Habif, MD.
Imagen cortesía de Karen McKoy, MD.
La psoriasis en placas, el tipo de psoriasis más frecuente, suele comenzar con una o más placas pequeñas, rojizas, brillantes y con aspecto plateado en el cuero cabelludo, los codos, las rodillas, la espalda o las nalgas. También afecta a las cejas, las axilas, el ombligo, la piel alrededor del ano y el surco interglúteo donde las nalgas se unen a la parte baja de la espalda. Muchas personas con psoriasis también pueden tener las uñas deformadas, gruesas y picadas.
Las primeras placas desaparecen al cabo de unos meses o permanecen, y algunas veces se unen hasta formar placas grandes. Algunas personas no llegan a tener más de una o dos placas pequeñas, y en otros las placas cubren grandes zonas de la superficie corporal. Las placas gruesas o en las palmas de las manos, las plantas de los pies o los pliegues de la piel de los genitales tienen mayor probabilidad de producir picor o dolor, aunque también es frecuente que no haya síntomas. Aunque las placas no causan malestar físico extremo, son muy evidentes y a menudo resultan embarazosas para los afectados. La angustia psicológica causada por la psoriasis puede ser importante.
La psoriasis dura toda la vida, pero puede manifestarse de forma intermitente. Los síntomas de la psoriasis a menudo disminuyen durante el verano, cuando la piel se expone a la luz solar. En algunos casos pueden pasar varios años entre dos episodios.
Alrededor del 5 al 30% de las personas con psoriasis desarrollan artritis (artritis psoriásica). La artritis psoriásica causa dolor articular e hinchazón.
Brotes
A veces la psoriasis empeora repentinamente sin razón aparente o como resultado de una variedad de circunstancias. Estas reagudizaciones se deben a menudo a factores que irritan la piel, como lesiones de poca importancia y quemaduras solares importantes. A veces los brotes aparecen después de alguna infección, como un resfriado o una faringoamigdalitis estreptocócica. Los brotes repentinos son más habituales durante el invierno, después de beber alcohol y de vivir situaciones de estrés. Muchos medicamentos, como los fármacos antimaláricos (antipalúdicos), el litio, los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA), la terbinafina, el interferón alfa, los betabloqueantes y los inhibidores del factor de necrosis tumoral, también pueden hacer brotar la psoriasis. Los brotes son más frecuentes en las personas obesas, con infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y en fumadores.
Tipos poco frecuentes de psoriasis
Algunos tipos poco comunes de psoriasis tienen efectos de mayor gravedad.
La psoriasis eritrodérmica causa enrojecimiento y escamosidad en la piel de todo el cuerpo. Esta forma de psoriasis es grave porque, al igual que una quemadura, evita que la piel cumpla la función de barrera protectora contra las lesiones y la infección.
La psoriasis pustulosa es otra forma poco frecuente de psoriasis. En esta forma se dispersan ampliamente por todo el cuerpo ampollas grandes y pequeñas llenas de pus (pústulas).
La psoriasis palmoplantar es una forma de psoriasis pustular en la que las pústulas aparecen principalmente en las manos y en los pies. A veces se denomina psoriasis palmoplantar de las palmas de las manos y las plantas de los pies.
La psoriasis guttata es una forma poco frecuente de psoriasis en la que aparecen de forma repentina múltiples manchas (placas) de pequeño tamaño, por lo general en el tronco, en niños y adultos jóvenes después de una infección por faringitis estreptocócica. Los antibióticos para tratar la infección por estreptococos hacen que las placas desaparezcan en algunas personas, pero otras todavía necesitan terapias adicionales.
Diagnóstico de la psoriasis
Evaluación médica
En ocasiones, biopsia de piel
El diagnóstico de la psoriasis se basa en el aspecto y la ubicación de las escamas y las placas.
A veces, se obtiene una muestra de tejido cutáneo y se examina al microscopio para descartar otros trastornos (como el cáncer de piel).
Tratamiento de la psoriasis
Tratamientos tópicos
fototerapia
Tratamientos sistémicos
Existen muchos fármacos para tratar la psoriasis. Por lo general, según la gravedad y la extensión de los síntomas, se utiliza una combinación de fármacos.
Tratamientos tópicos
Se aplican tratamientos tópicos sobre la piel. Son los tratamientos más comunes para la psoriasis. Casi todos los afectados por psoriasis sienten un gran alivio cuando usan hidratantes para la piel (emolientes).
Otros agentes tópicos son los corticoesteroides, que a menudo se administran con calcipotriol, un derivado de la vitamina D, o alquitrán de hulla.
Se utilizan tacrolimús y pimecrolimús para tratar la psoriasis que aparece en pieles delicadas (como la de la cara, la ingle o los pliegues cutáneos). También se pueden utilizar tazaroteno, roflumilast o tapinarof.
Las placas muy gruesas se rebajan con pomadas que contienen ácido salicílico, lo que aumenta la eficacia de los otros tratamientos.
El alquitrán de hulla y la antralina son otras opciones de tratamiento, pero se utilizan con menos frecuencia.
Muchos de estos tratamientos irritan la piel y hay que encontrar el que vaya mejor para cada persona.
Fototerapia
La fototerapia (exposición a los rayos ultravioleta) también contribuye a eliminar la psoriasis durante varios meses seguidos (véase la barra lateral Fototerapia: uso de rayos ultravioleta para tratar los trastornos cutáneos). La fototerapia se utiliza a menudo en combinación con varios medicamentos tópicos, sobre todo cuando están afectadas grandes áreas de piel, pero ya no se utiliza tanto porque se dispone de otros medicamentos eficaces. Tradicionalmente, el tratamiento se realiza con fototerapia combinada con el uso de psoralenos (fármacos que vuelven la piel más sensible a los efectos de los rayos ultravioleta). Este tratamiento se denomina PUVA (psoraleno más luz ultravioleta A).
Actualmente, muchos médicos están utilizando tratamientos con luz ultravioleta B de banda estrecha (narrowband ultraviolet, BNBUVB), que son tan eficaces como el tratamiento con PUVA. Sin embargo, los tratamientos con NBUVB se realizan sin psoralenos y por lo tanto no tienen los mismos efectos secundarios, como la extrema sensibilidad a la luz solar.
También pueden tratarse directamente determinadas placas de la piel con un láser que concentra la luz ultravioleta (llamada terapia de láser excimer).
Tratamientos sistémicos
Los tratamientos sistémicos son medicamentos que afectan a todo el cuerpo o a ciertos sistemas del cuerpo. Pueden tomarse por vía oral o inyectarse.
Los inmunodepresores sistémicos son fármacos que debilitan (deprimen) intencionadamente el sistema inmunitario para evitar que dicho sistema empeore la psoriasis. Los inmunodepresores pueden reducir la capacidad del organismo para combatir las infecciones. Como ejemplos se incluyen
Se puede utilizar ciclosporina para tratar la psoriasis severa. Este fármaco puede causar presión arterial elevada y dañar los riñones.
El micofenolato mofetil frecuentemente provoca problemas gastrointestinales e inhibición de la médula ósea (disminución de la producción de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas). También puede incrementar el riesgo de padecer linfoma y otros tipos de cáncer.
El metotrexato reduce la inflamación del cuerpo y afecta el crecimiento y la multiplicación de las células cutáneas. Se prescribe metotrexato en casos de psoriasis grave o que no responden a otras formas de terapia. Entre los efectos secundarios se encuentran lesión hepática y alteraciones inmunitarias.
Los agentes biológicos están compuestos por organismos vivos e inhiben ciertos productos químicos relacionados con el sistema inmunitario. Dichos agentes biológicos son etanercept, adalimumab, infliximab, certolizumab pegol, ustekinumab, secukinumab, brodalumab, ixekizumab, tildrakizumab, risankizumab, guselkumab y tofacitinib. Todos estos medicamentos se administran mediante inyección, excepto tofacitinib, que se toma por vía oral. Estos medicamentos tienden a ser los más eficaces para la psoriasis grave, pero pueden tener efectos secundarios más molestos. Los medicamentos biosimilares son medicamentos muy similares a los agentes biológicos y que, a veces, se sustituyen por agentes biológicos.
Se pueden administrar otros medicamentos para tratar las formas moderadas a graves de psoriasis y artritis psoriásica:
Los retinoides sistémicos, como la acitretina y la isotretinoína, pueden ser eficaces en casos graves y difíciles de tratar de psoriasis en placas, psoriasis pustulosa (para la cual se prefiere a menudo la isotretinoína) y psoriasis palmoplantar. Estos fármacos se toman por vía oral. Pueden causar defectos congénitos graves y por eso no deben administrarse a mujeres que podrían quedarse embarazadas. Las mujeres deben esperar al menos 3 años después de su última dosis de acitretina y al menos 1 mes después de su última dosis de isotretinoína antes de intentar un embarazo. Estos medicamentos pueden elevar las concentraciones de triglicéridos y causar problemas reversibles en el hígado, el recuento sanguíneo, los huesos y el cabello.
El apremilast es otra opción farmacológica, y se toma por vía oral. Los efectos secundarios más frecuentes son náuseas y diarrea.
Más información
El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de este recurso.
National Psoriasis Foundation (Fundación Nacional para la Psoriasis): un recurso que proporciona información sobre tratamientos y apoyo comunitario