La onicomicosis es una infección por hongos.
(Véase también Introducción a los trastornos de las uñas.)
Alrededor del 10% de las personas tienen onicomicosis, las cuales afectan más a menudo a las uñas de los pies que a las de las manos. Es más prevalente entre las personas mayores, especialmente los hombres, y entre las personas con mala circulación en los pies (enfermedad arterial periférica, [ ver Cuidado de los pies]), diabetes ( ver Alteraciones en los pies debidas a la diabetes), un sistema inmunitario debilitado (causado por un trastorno o por un fármaco), pie de atleta o distrofias ungueales (onicodistrofias).
La onicomicosis se repite a menudo, incluso después de un tratamiento prolongado.
Causas de la onicomicosis
La mayoría de los casos están causados por dermatofitos. Los dermatofitos son mohos (un tipo de hongos). El hongo puede ser adquirido a través del contacto con una persona infectada o a través del contacto con una superficie donde el hongo está presente, como el suelo del baño.
Síntomas de la onicomicosis
Las uñas infectadas tienen una apariencia anormal, pero no producen prurito ni dolor. En las infecciones leves, las uñas presentan manchas de coloración blanquecina o amarillenta. Un depósito blanco calizo puede extenderse lentamente por debajo de la superficie de la uña. En infecciones más graves, las uñas se engruesan y aparecen deformadas y coloreadas. Pueden separarse del lecho ungueal ( ver Tumores de uñas). Habitualmente, los residuos de la uña infectada se acumulan bajo su borde libre.
Diagnóstico de la onicomicosis
Exploración por un médico
Examen de residuos o recortes de uñas
El diagnóstico de onicomicosis se establece en función del aspecto de las uñas. Para confirmar el diagnóstico de onicomicosis, el médico puede necesitar examinar una muestra de los restos de la uña al microscopio y a veces cultivarla para determinar qué hongo está causando la infección o cortar una parte de la uña y hacer una prueba llamada reacción en cadena de la polimerasa (PCR). La prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés) se utiliza para producir muchas copias de un gen procedente de un hongo, lo que hace que dicho hongo sea mucho más fácil de identificar.
Tratamiento de la onicomicosis
Fármacos orales antimicóticos
A veces, fármacos antifúngicos por vía tópica
Estas infecciones por hongos son difíciles de curar, pero por lo general no causan complicaciones, por lo que se recomienda el tratamiento sólo si los síntomas son particularmente graves o molestos o si la persona corre riesgo de complicaciones. Por ejemplo, las personas con diabetes o con enfermedad vascular periférica y onicomicosis corren riesgo de desarrollar una infección potencialmente grave de la piel y de los tejidos blandos de los pies y las piernas (llamada celulitis).
Fármacos orales antimicóticos
Si se desea el tratamiento, el médico por lo general debe recetar un fármaco que se toma por vía oral, como terbinafina, fluconazol o itraconazolo. Estos fármacos antimicóticos se toman durante un período prolongado, en general durante varios meses como mínimo. Sin embargo, incluso entonces la uña no parecerá normal hasta que la uña nueva y sana termine de crecer, lo que puede llevar de 12 a 18 meses. La uña deformada o coloreada ya existente no mejora, pero la nueva uña en crecimiento debe parecer normal.
Tratamientos tópicos
El ciclopirox es un fármaco antifúngico que se mezcla con una laca de uñas, pero no es muy eficaz cuando se utiliza sin fármacos tomados por vía oral. El efinaconazol y el tavaborol son nuevos fármacos antifúngicos que se pueden aplicar directamente en la uña (por vía tópica). No son tan eficaz como los fármacos tomados por vía oral, pero pueden aumentar la posibilidad de curar la infección cuando se toma junto con un fármaco por vía oral. También pueden ser tomado por personas que no pueden tomar uno de los fármacos por vía oral.
Cuidado de los pies
Para reducir la posibilidad de recidivas, las uñas deben mantenerse cortas, los pies deben secarse después del baño (incluyendo la zona situada entre los dedos) y deben utilizarse calcetines absorbentes, además de polvos o cremas antimicóticos para los pies. Los zapatos viejos pueden albergar una elevada densidad de esporas de hongos, y si es posible, no deben utilizarse.