Los tumores no cancerosos (benignos) y cancerosos (malignos) pueden afectar la unidad de la uña y causar alteraciones en su textura y/o su color (distrofia). Muchos de ellos son tumores que se originan en los tejidos circundantes pero no en la uña.
Los tumores no cancerosos son: los quistes mixoides (áreas inflamadas llenas de líquido y benignas), los granulomas piógenos y los tumores glómicos (glomangiomas).
Los tumores cancerosos incluyen la enfermedad de Bowen (una forma precoz de cáncer de piel), el carcinoma de células escamosas y el melanoma maligno. Cuando se considera que puede tratarse de un cáncer, se lleva a cabo una biopsia y, en caso positivo, se recomienda la extirpación del tumor tan pronto como sea posible.
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La aparición de una banda oscura en la uña puede ser el signo inicial de un melanoma maligno de la uña. Las células pigmentadas del tejido a partir del cual se forman las uñas, conocido como matriz ungueal, pueden volverse malignas y dar lugar a un melanoma. Un signo preocupante es conocido como signo de Hutchinson. El signo de Hutchinson es una coloración negra, marrón o gris que se extiende a la zona de alrededor de la uña, como la cutícula o el pliegue ungueal (el pliegue de piel dura en los laterales de la placa ungueal, donde se unen la uña y la piel). Este signo puede indicar la existencia de un melanoma en el lecho ungueal (el tejido blando situado debajo de la placa ungueal que sujeta la uña al dedo). Cuando aparece este signo los médicos realizan una biopsia de la anomalía del lecho ungueal. El melanoma también puede ocurrir sin el signo de Hutchinson.
Imagen cortesía de Carl Washington, MD, and Mona Saraiya, MD, MPH, via the Public Health Image Library of the Centers for Disease Control and Prevention.