Conducta suicida

PorChristine Moutier, MD, American Foundation For Suicide Prevention
Revisado/Modificado jul 2023
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Datos clave

El suicidio es la muerte causada por un acto de autolesión destinado a ser letal. El comportamiento suicida incluye suicidio consumado, intento de suicidio e ideación suicida (pensamientos e ideas).

  • El suicidio suele ser consecuencia de la interacción de muchos factores, siendo la depresión el factor de riesgo de suicidio más frecuente y significativo, aunque no el único.

  • Algunos métodos suicidas, como el empleo de armas de fuego, tienen mayor probabilidad de resultar mortales; no obstante, la elección de un método menos infalible no significa de manera necesaria que la intención de suicidio sea menos seria.

  • Se ha de prestar atención a los pensamientos suicidas y a las tentativas de suicidio, proporcionando la ayuda y el apoyo adecuados.

  • En Estados Unidos, las personas en crisis o que están considerando suicidarse pueden llamar o enviar un mensaje de texto al 988, que les conecta con Lifeline Chat & Text (Línea vital chat & texto), una línea directa para casos de crisis. Existe soporte adicional disponible en los sitios web siguientes: 988 Suicide and Crisis Lifeline y American Foundation for Suicide Prevention. (Línea 988 para Suicidio y Crisis y Fundación Estadounidense para la Prevención del Suicidio).

(Véase también Comportamiento suicida en niños y adolescentes.)

La terminología utilizada para describir el suicidio ha evolucionado con el tiempo para reflejar los avances en el estudio científico del comportamiento suicida, la defensa cada vez mayor de las víctimas y los supervivientes del suicidio y la reducción del estigma asociado al suicidio.

La conducta suicida incluye:

  • Suicidio consumado: acto autolesivo intencionado con resultado de muerte.

  • Intento de suicidio: acto autolesivo con intención de provocar la muerte, pero que finalmente no resulta mortal. Un intento de suicidio puede dar lugar a lesiones, pero no necesariamente.

  • Ideación suicida: pensamientos, planes y actos preparatorios para el suicidio.

La lesión autolítica no suicida es un acto autolesivo sin intención de provocar la muerte. Entre estos actos se incluyen: infligirse rasguños o cortes en los brazos, quemarse a uno mismo con un cigarrillo e ingerir una sobredosis de vitaminas. La lesión autolítica no suicida puede ser una forma de reducir la tensión porque el dolor físico puede aliviar el dolor psicológico. También puede ser una petición de ayuda de las personas que aún desean vivir. Estos actos no deben descartarse a la ligera porque las personas con antecedentes de autolesión no suicida presentan un mayor riesgo de suicidio a largo plazo.

La conducta suicida es un problema de salud muy frecuente. Ocurre en hombres y mujeres de todas las edades, razas, credos, ingresos, niveles educativos y orientaciones sexuales. No existe un perfil típico de suicidio, aunque algunos ejemplos de grupos de personas con mayores tasas de suicidio son varones de mediana edad y mayores, jóvenes indios americanos y personas que se identifican como LGBTQ.

Tasas de suicidio en todo el mundo

Anualmente fallecen en todo el planeta casi 800 000 personas como consecuencia de un suicidio.

Las pruebas científicas indican que por cada persona que muere por suicidio hay muchas más personas que intentan suicidarse. Esta proporción varía ampliamente según el país, la región, el sexo, la edad y el método empleado.

Tasas de suicidio en Estados Unidos

En Estados Unidos se suicidaron en 2021 más de 48 000 personas. En promedio, se producen cerca de 132 suicidios cada día. El suicidio suele figurar entre las 10 principales causas de muerte entre las personas de 10 a 14 años y de 25 a 34 años. En 2020, el suicidio disminuyó hasta el puesto 11 como causa general de muerte debido al gran número de muertes causadas por la COVID-19.

En 2021, la tasa de suicidios fue más elevada en los hombres de ascendencia caucásica de mediana edad, representando casi el 70 por ciento de las muertes. Las armas de fuego representaron más de la mitad de todas las muertes por suicidio. Los rangos de edad con mayores tasas de suicidio fueron los adultos entre 25 y 34 años y de 75 a 84, pero fueron más elevadas entre los adultos mayores de 85 años.

En todos los grupos de edad, el número de hombres que mueren como consecuencia de suicidio supera al de mujeres en una proporción de casi 4 a 1. Las razones no están claras, pero los siguientes factores pueden estar implicados:

  • Los hombres tienden a ser más agresivos y utilizan medios más letales cuando intentan el suicidio.

  • A los hombres se les ha enseñado a ser estoicos cuando se enfrentan a problemas y, por lo general, es menos probable que busquen ayuda de amigos y/o profesionales de la salud.

  • El abuso de alcohol y los trastornos por consumo de sustancias, que contribuyen al comportamiento suicida, son más frecuentes entre los hombres.

  • El número de suicidios en hombres incluye suicidios en el ejército y en veteranos. En ambos grupos la proporción de hombres es superior a la de mujeres.

En 2021, la tasa de suicidios fue más alta entre los indios no hispanoamericanos o los nativos de Alaska. Para las estadísticas más recientes sobre el suicidio, véanse los datos recopilados por American Foundation for Suicide Prevention. (Fundación Estadounidense para la Prevención del Suicidio).

¿Sabías que...?

  • La tasa de suicidios es mayor entre los varones de ascendencia caucásica de mediana edad.

  • Los hombres son 4 veces más propensos a quitarse la vida que las mujeres.

  • Por cada persona que se suicida, hay muchas más que lo intentan.

Intentos de suicidio en Estados Unidos

En 2021, se estima que 1,7 millones de adultos estadounidenses intentaron suicidarse. Existen unos 25 intentos de suicidio por cada suicidio consumado. Muchas personas hacen repetidos intentos. Sin embargo, sólo entre el 5 y el 10% de las personas que hacen un intento acaban muriendo por suicidio. Los intentos de suicidio son particularmente frecuentes entre las mujeres. Las niñas de 15 a 19 años realizan 100 intentos de suicidio por cada suicidio consumado. En todos los grupos de edad, las tentativas son 2 o 3 veces más frecuentes en las mujeres que en los varones, pero la probabilidad de consumar el suicidio es 4 veces mayor en varones. Entre las personas mayores se producen 4 intentos de suicidio por cada suicidio consumado.

Causas del comportamiento suicida

Los estudios han demostrado que muchas personas que consumaron el suicidio estaban experimentando múltiples factores de riesgo en el momento de la muerte. Alrededor del 85 al 95% de las personas que mueren por suicidio sufren una enfermedad mental diagnosticable en el momento de su muerte.

El trastorno de salud más frecuente que contribuye al comportamiento suicida es la depresión.

La depresión, incluyendo la depresión que forma parte del trastorno bipolar, está involucrada en más del 50% de los intentos de suicidio y en un porcentaje aún mayor de suicidios consumados. La depresión puede ocurrir de forma inesperada, estar desencadenada por una pérdida reciente u otro evento perturbador o ser consecuencia de una combinación de factores. Los problemas en la relación matrimonial, un arresto reciente o problemas con la ley, las relaciones amorosas difíciles o que concluyen, los conflictos con los padres o el acoso escolar (en el caso de los adolescentes) o la pérdida reciente de un ser querido (sobre todo en la población de edad avanzada), pueden ser algunos de los desencadenantes de un intento de suicidio en las personas con depresión. El riesgo de suicidio es mayor si las personas con depresión también sufren un grado significativo de ansiedad, comportamiento impulsivo, trastornos por consumo de sustancias y trastornos del sueño.

Las experiencias traumáticas durante la infancia, en particular las que incluyen el abuso físico y sexual, aumentan el riesgo de intento de suicidio.

El aislamiento aumenta el riesgo de comportamiento suicida. El riesgo de consumación de suicidio es mayor entre las personas separadas, divorciadas o viudas. El suicidio entre la población que tiene pareja estable es menos frecuente que entre la población soltera o sin pareja estable.

El consumo de alcohol puede agravar un cuadro depresivo, lo que, a su vez, aumenta el riesgo de que aparezca conducta suicida. El alcohol también reduce el autocontrol y aumenta la impulsividad. Cerca del 30% de las personas que llevaron a cabo tentativas de suicidio consumieron previamente alcohol y cerca de la mitad de estas personas estaban intoxicadas en ese momento. Dado que el consumo de alcohol, especialmente las borracheras, causa a menudo profundos sentimientos de remordimiento durante los períodos secos, las personas que practican un consumo poco saludable de alcohol corren un mayor riesgo de suicidio.

Casi todas las demás enfermedades de la salud mental también se asocian a un mayor riesgo de suicidio.

Las personas con esquizofrenia u otros trastornos psicóticos pueden sufrir delirios (creencias falsas fijas) con las que les resulte difícil convivir, o bien pueden oír voces (alucinaciones auditivas) que les ordenan matarse. Además, las personas con esquizofrenia son propensas a la depresión. Como resultado, mueren por suicidio con una tasa mucho mayor (10%) que la de la población general.

Las personas con trastorno límite de la personalidad o con trastorno de personalidad antisocial, en especial las que presentan un historial de impulsividad, agresividad o comportamiento violento, presentan también un mayor riesgo de suicidio. Las personas con estos trastornos de personalidad tienden a presentar una baja tolerancia a la frustración y tienden a reaccionar al estrés de manera impulsiva, lo que a veces conlleva autolesiones o comportamientos agresivos.

Los trastornos médicos generales, especialmente los que son dolorosos y crónicos, contribuyen a cerca del 20% de los suicidios de las personas de edad avanzada. Trastornos médicos diagnosticados recientemente, como la diabetes, la esclerosis múltiple, el cáncer y la infección también pueden aumentar el riesgo de suicidio. Algunas enfermedades, como el sida, la epilepsia del lóbulo temporal y los traumatismos craneoencefálicos pueden afectar directamente el funcionamiento cerebral de las personas y, por lo tanto, aumentar el riesgo de suicidio.

Aproximadamente 1 de cada 6 personas que se suicidan dejan una nota de suicidio, que a veces proporciona pistas sobre por qué lo hicieron. Las razones dadas incluyen enfermedad mental, sentimientos de desesperanza, sentirse como una carga para los demás e incapacidad para hacer frente a diversas tensiones de la vida.

Factores de riesgo del comportamiento suicida

  • Preocupación por el suicidio, planes bien definidos para el suicidio, antecedentes familiares y/o intentos previos de suicidio

  • Depresión (especialmente cuando va acompañada de ansiedad, como parte del trastorno bipolar o asociada a una hospitalización reciente) y otros trastornos mentales

  • Trastornos por consumo de sustancias o alcohol

  • Ser víctima de acoso escolar (por ejemplo, acoso cibernético, rechazo social, discriminación, humillación, vergüenza)

  • Comportamiento impulsivo

  • Experiencias traumáticas en la infancia, incluyendo abuso físico o sexual

  • Enfermedad médica, en particular una que es dolorosa o incapacitante o que afecta el cerebro

  • Duelo o pérdida de un ser querido

  • Sentimientos de tristeza o desesperanza (cuando persisten)

  • Persona que vive sola

  • Conflicto de relación

  • Interrupción en el trabajo (por ejemplo, desempleo) y períodos de transición (por ejemplo, pasar del servicio activo al estatus de veterano, jubilarse)

  • Estrés financiero por recesiones económicas, deudas o subempleo

  • Problemas legales

Antidepresivos y riesgo de suicidio

El riesgo de tentativa de suicidio es mayor durante el mes previo al inicio del tratamiento antidepresivo y el riesgo de muerte por suicidio no aumenta una vez iniciado dicho tratamiento. Sin embargo, a veces, los antidepresivos aumentan ligeramente la frecuencia de pensamientos e intentos suicidas (pero no de consumación del suicidio) en niños, adolescentes y adultos jóvenes. Por lo tanto, los progenitores de niños y adolescentes deben ser advertidos sobre este riesgo y los niños y adolescentes deben ser cuidadosamente controlados para detectar los siguientes efectos secundarios, especialmente durante las primeras semanas después de comenzar a tomar el medicamento:

  • Aumento de la ansiedad

  • Agitación

  • Inquietud

  • Irritabilidad

  • Ira

Un cambio hacia hipomanía (cuando la persona se siente llena de energía y alegre, pero a menudo se irrita, se distrae y se agita con facilidad) también es un efecto secundario importante a tener en cuenta.

Los profesionales de la salud mental, los pacientes y las familias deben tener en cuenta que la ideación suicida (pensamientos e ideas sobre la muerte y la preocupación por la muerte, sobre todo por el suicidio) es una característica esencial de la depresión. Los tratamientos que alivian la depresión reducen el riesgo de suicidio.

Debido a las advertencias efectuadas por los organismos de salud pública acerca de la posible asociación entre el consumo de antidepresivos y el incremento del riesgo de suicidio, los médicos empezaron a diagnosticar menos la depresión y comenzaron a prescribir menos antidepresivos a la población infantil y juvenil, de modo que dicha prescripción ha disminuido más de un 30%. No obstante, durante este mismo periodo de tiempo, la tasa de suicidio en la población juvenil ha aumentado (por ejemplo, en Estados Unidos el aumento ha sido de un 14%). Por lo tanto, es posible que al desalentar el uso de medicamentos para el tratamiento de la depresión, estas advertencias causen más muertes por suicidio y no menos.

Cuando se prescriben antidepresivos a las personas con depresión, los médicos toman ciertas precauciones para reducir el riesgo de comportamiento suicida:

  • Prescribir a las personas antidepresivos en cantidades que no causarían la muerte.

  • Programar visitas más frecuentes cuando se inicia el primer tratamiento.

  • Advertir claramente a las personas afectadas y a sus familiares y personas cercanas que estén alerta para detectar cualquier empeoramiento de los síntomas, agitación, insomnio o aparición de ideación suicida

  • Dar instrucciones a las personas afectadas y a sus familiares y personas cercanas para que llamen inmediatamente al médico que prescribió el antidepresivo o busquen atención médica si los síntomas empeoran o se producen pensamientos suicidas.

¿Sabías que...?

  • Tomar antidepresivos se ha relacionado con un mayor riesgo de pensamientos suicidas e intentos de suicidio en personas menores de 24 años, pero no tratar la depresión adecuadamente (lo que puede incluir medicamentos y/o psicoterapia) puede aumentar todavía más el riesgo de suicidio.

  • Hacer que el ambiente familiar sea seguro es una manera importante de reducir eficazmente el riesgo de suicidio. Eliminar los medios letales poniendo en un lugar seguro las armas de fuego, los fármacos, las drogas y las sustancias tóxicas puede salvar la vida.

Causas del suicidio en adolescentes

En la década de 1990, las tasas de suicidio en adolescentes disminuyeron después de haber aumentado de manera constante durante más de una década, solo para comenzar a ascender de nuevo a principios de la década de 2000. Esta tendencia al alza incluía un aumento de las muertes por armas de fuego. A este aumento contribuyen muchas influencias, como las siguientes:

Contagio del suicidio

El contagio del suicidio se refiere a un fenómeno en el que un suicidio parece conducir a otros en una comunidad, una escuela o un lugar de trabajo. Los suicidios muy publicitados pueden tener un efecto muy amplio. Los niños, los adolescentes y los adultos jóvenes son especialmente vulnerables a los efectos del contagio. Pueden estar expuestos directamente porque conocen a alguien que intenta suicidarse o consuma el suicidio. También pueden estar expuestos indirectamente por la cobertura sensacionalista y continua que otorgan los medios gráficos a la muerte por suicidio de un famoso. Por el contrario, la cobertura de los medios de comunicación en la que se emiten mensajes positivos sobre una muerte por suicidio puede reducir el riesgo de contagio por suicidio en los jóvenes vulnerables. Los mensajes positivos suelen comunicar claramente la trágica pérdida de un miembro de la comunidad y continúan expresando su apoyo a la comunidad en duelo. Los mensajes deben describir los problemas de salud mental como parte de la vida y señalar que no existe un estigma relacionado con la búsqueda de ayuda y tratamiento. Esta descripción de los temas de salud mental y del suicidio puede tener un impacto positivo en la salud pública, en lugar de poner en peligro a los espectadores vulnerables.

Se estima que el contagio del suicidio puede ser un factor a tener en cuenta aproximadamente en el 1 al 5% de todos los suicidios de adolescentes. La dirección de las escuelas, los profesionales de la salud mental y otros dirigentes de la comunidad pueden aprender a usar los medios de comunicación y las plataformas sociales para detener la propagación del contagio del suicidio. La sensibilidad a la hora de elaborar un reportaje y el refuerzo de las directrices de prevención "a posteriori" (una intervención realizada después de un suicidio) en las escuelas y los lugares de trabajo son dos de las estrategias para prevenir suicidios adicionales.

Métodos para el suicidio

La elección del método a menudo está influenciada por factores culturales y por la disponibilidad de los medios letales (por ejemplo, un arma de fuego). Además, puede reflejar o no la seriedad de la intención. Algunos métodos (como tirarse desde lo alto de un edificio) hacen que la supervivencia sea menos probable, mientras que otros (como la sobredosis de fármacos), aumentan la posibilidad del rescate. Sin embargo, la elección de un método que no es mortal de necesidad no implica necesariamente que el intento sea menos serio que el que lleva a emplear métodos más mortales.

La sobredosis farmacológica y el envenenamiento son los principales procedimientos empleados en las tentativas de suicido. Los métodos violentos, como el disparo con arma de fuego o el ahorcamiento, son poco frecuentes en las tentativas de suicidio, ya que suelen tener como resultado la muerte de la persona.

Alrededor del 50% de los suicidios consumados en Estados Unidos implican armas de fuego. Los hombres usan este método más que las mujeres. Otros métodos comprenden el ahorcamiento, el envenenamiento, el salto desde una altura y el uso de arma blanca.

En todo el mundo, la intoxicación por pesticidas representa una parte importante de los suicidios, especialmente en Asia, donde los pesticidas peligrosos están ampliamente disponibles.

Existen otras categorías de suicidio que son extremadamente poco frecuentes:

  • Suicidios en grupo

  • Asesinato/suicidios

  • "Suicidio policial" (consecuencia de la provocación deliberada por parte de la víctima a los agentes del orden para el uso de la fuerza letal)

Control del comportamiento suicida

Los profesionales de la salud se toman en serio cualquier acto suicida. El plan de seguridad y tratamiento se adapta a la situación de la persona.

Si la persona afectada se ha provocado daños importantes, los médicos evalúan y tratan la lesión y, por regla general, ingresan a la persona en el hospital. Si han tomado una sobredosis de un fármaco potencialmente letal, los médicos toman inmediatamente las medidas necesarias para evitar la absorción de la droga y acelerar su eliminación del cuerpo. También se les administran los antídotos adecuados, en caso de haber alguno, y se les proporciona tratamiento de apoyo, por ejemplo mediante la colocación de una tubo de respiración asistida.

Después de la evaluación inicial, las personas que han intentado suicidarse se derivan a un psiquiatra, que trata de identificar los problemas que contribuyeron a la tentativa e instaura un plan de tratamiento adecuado.

Para identificar los problemas, los psiquiatras hacen lo siguiente:

  • Escuchar el relato personal y el historial del suicida que conducen al intento o a la crisis

  • Tratar de comprender cuáles son algunos de los factores de riesgo subyacentes para el suicidio, qué eventos específicos condujeron al intento y dónde y cómo ocurrió

  • Preguntan acerca de síntomas de afecciones de la salud mental que pueden aumentar el riesgo de conducta suicida

  • Preguntar si la persona está recibiendo tratamiento para una enfermedad mental, incluyendo si está tomando algún medicamento para tratarla, si ha estado en terapia o en cualquier otra modalidad de tratamiento

  • Evalúan el estado mental de la persona afectada en busca de signos de depresión, ansiedad, agitación, crisis de angustia, psicosis, insomnio grave, otras enfermedades mentales y consumo de alcohol o de drogas

  • Registrar un historial médico y familiar exhaustivos

  • Preguntan sobre las relaciones personales y familiares, así como las redes sociales, porque a menudo son relevantes para el intento de suicidio y el tratamiento de seguimiento

  • Hablan con familiares cercanos y amigos y les preguntan sobre el consumo de alcohol, marihuana, analgésicos o drogas

  • Ayudar a la persona afectada a identificar situaciones, eventos, lugares, pensamientos o estados emocionales que desencadenan pensamientos suicidas y ayudarle a planificar formas de gestionar los factores desencadenantes

Debido a que la depresión aumenta el riesgo de comportamiento suicida, los médicos controlan cuidadosamente a las personas con depresión para detectar la aparición de conductas o pensamientos suicidas. En el caso de personas con depresión, el riesgo de suicidio puede aumentar durante los períodos en que la depresión es más grave, así como cuando coexisten otros factores de riesgo. Los médicos pueden tratar la depresión de manera eficaz con medicamentos y/o psicoterapia y con ello reducir el riesgo de suicidio en general.

Algunas pruebas científicas indican que el consumo de litio, antidepresivos y nuevos antipsicóticos para tratar los trastornos del estado de ánimo en personas con riesgo de suicidio puede reducir la cantidad de suicidios consumados. El tratamiento de la esquizofrenia con clozapina reduce el riesgo de suicidio.

El riesgo de suicidio se modifica con el tiempo y el riesgo agudo más grave dura de horas a días. En la mayoría de los casos de suicidio, las personas habían sido atendidas en diversos entornos de atención médica antes del suicidio, pero su riesgo de suicidio no fue detectado. Estos hallazgos resaltan la importancia de adoptar estrategias de salud pública para reducir el riesgo de suicidio en estas personas. Por ejemplo, los médicos deben hacer lo siguiente:

  • Realizar pruebas rutinarias de cribado a los pacientes para detectar pensamientos suicidas, depresión y otros síntomas de angustia

  • Proporcionar una respuesta empática, comprensiva y sin prejuicios

  • Proporcionar intervenciones para garantizar la seguridad de la persona, como el uso de un Plan de Seguridad y asesoramiento sobre medios letales

  • Comunicarse con la familia de la persona afectada

Otras intervenciones que pueden reducir el riesgo de suicidio en personas de alto riesgo son la terapia cognitivo-conductual, la terapia conductual dialéctica y algunas formas de terapia familiar, como la terapia familiar basada en el apego. Las personas que corren riesgo de suicidio deben ser alentadas a seguir uno de estos tipos de terapia y considerar la posibilidad de tomar medicamentos individualizados según sus necesidades. Al igual que sucede con cualquier enfermedad, el hecho de ajustar el tratamiento cuando sea necesario y proporcionar atención de seguimiento son formas importantes de optimizar el tratamiento.

Prevención del comportamiento suicida

Las personas en crisis o que están considerando suicidarse pueden llamar o enviar un mensaje de texto al 988, que les conecta con Lifeline Chat & Text (Línea vital chat & texto), una línea directa para casos de crisis. Existe soporte adicional disponible en los sitios web siguientes: 988 Suicide and Crisis Lifeline y American Foundation for Suicide Prevention. (Línea 988 para Suicidio y Crisis y Fundación Estadounidense para la Prevención del Suicidio).

Aunque algunas tentativas de suicidio o suicidios consumados constituyen golpes inesperados para los familiares y amigos, a menudo los suicidas han mostrado con anterioridad algún tipo de advertencia sobre su intención. Los signos de angustia o de pensamientos suicidas a considerar incluyen cualquier cambio en el patrón de comportamiento habitual de la persona, como cambios en el estado de ánimo, el comportamiento, el sueño o la energía. Debido a que la mayoría de los suicidas a menudo no hablan directamente de sus pensamientos y angustia, es importante tener en cuenta cuándo las cosas que dicen sugieren que pueden sentirse desesperanzados, abrumados, atrapados o sentir que representan una carga para los demás. Los cambios en el comportamiento incluyen abstención de las actividades habituales, agitación, arrebatos de ira, irritabilidad, beber o consumir drogas más de lo habitual u otros comportamientos extraños, como despedirse o regalar posesiones. Toda mención de pensamiento suicida, incluso en forma de broma y, desde luego, cualquier intento de suicidio debe tomarse en serio. Si se ignoran, se puede perder una vida.

Si una persona está en un proceso inminente de tentativa de suicidio o ya ha intentado suicidarse, se debe contactar de inmediato con las autoridades (en Estados Unidos, llamando al 911) para que los servicios de emergencia puedan llegar lo antes posible. Hasta que llegue la ayuda, quédese con la persona y háblele de manera tranquila, sin prejuicios y mostrando apoyo.

El médico puede solicitar la hospitalización de una persona que ha manifestado tentativa o amenaza de suicidio. En Estados Unidos, en la mayoría de estados los médicos pueden decidir el internamiento hospitalario de la persona afectada en contra de su voluntad si creen que dicha persona corre un riesgo elevado de atentar contra su propia vida o la de otros.

Las nuevas políticas integrales de salud pública para la prevención del suicidio utilizan múltiples métodos, incluyendo la formación en prevención del suicidio y la orientación de consejeros capacitados en las escuelas y los lugares de trabajo. La mejora en el acceso a la atención de la salud mental consiste en proporcionar intervenciones de reducción del riesgo de suicidio en los centros de atención de la salud mental, así como en los consultorios de atención primaria y los servicios de urgencias. Recientemente, el desarrollo de la inteligencia artificial en las redes sociales ha ayudado a identificar a las personas en riesgo y a proporcionar la asistencia oportuna. Las políticas de salud pública que hacen que los medios letales sean menos accesibles también son medidas de prevención.

Intervención en suicidios: red nacional de prevención del suicidio (en Estados Unidos, National Suicide Prevention Lifeline)

Las personas que planean un suicidio inminente están en crisis. Lifeline Chat & Text (Línea vital chat & texto) (llamar o enviar un mensaje de texto al 988) es una línea directa de prevención del suicidio que proporciona intervención en casos de crisis en todo Estados Unidos. Los centros de prevención del suicidio disponen de personal especialmente entrenado en este tipo de intervenciones, además de voluntarios.

Cuando las personas potencialmente suicidas llaman a la línea de ayuda, un terapeuta entrenado puede utilizar alguno de los recursos siguientes o todos ellos:

  • Intentar establecer una relación de apoyo

  • Facilitar una conversación que permita a la persona sentirse escuchada y pasar de un estado emocional muy confuso a un estado de calma donde se puedan reanudar las estrategias de afrontamiento flexibles

  • Ofrecer una ayuda constructiva para afrontar el problema que motivó la crisis y animar a la persona a tomar acciones positivas para resolverla.

  • Proporcionar recursos de salud mental para el seguimiento

  • Facilitar la ayuda profesional de emergencia presencial solo si es necesario

Impacto del suicidio

La muerte por suicidio tiene un marcado efecto emocional sobre las personas del entorno. Los familiares, los amigos y los médicos pueden sentirse culpables, avergonzados o con remordimientos por no haber sido capaces de prevenir el suicidio. También pueden sentir rabia o ira con respecto a la persona que se ha suicidado. Con el tiempo, pueden superar estas complicadas experiencias de duelo y hacer frente a la pérdida.

A veces terapeutas o grupos de ayuda colaboran para resolver los sentimientos de culpa o de pesar de la familia y de los amigos. El médico de atención primaria o el servicio local de salud mental (por ejemplo a nivel municipal o estatal) pueden ayudar a encontrar estos recursos. Además, organizaciones nacionales de algunos países, como American Foundation for Suicide Prevention (Fundación Estadounidense para la Prevención del Suicidio, en EEUU) mantienen en funcionamiento directorios de grupos locales de apoyo constituidos por supervivientes al suicidio. También se encuentran recursos disponibles en internet.

El efecto que tiene sobre el entorno la tentativa de suicidio es semejante. Sin embargo, los familiares y amigos tienen la oportunidad de gestionar sus sentimientos aprendiendo más sobre el suicidio, el tratamiento de la salud mental y las formas de apoyar y responder a la persona.

Ayuda médica para morir (eutanasia) (antiguamente, suicidio asistido)

La ayuda médica para morir (eutanasia) se refiere a la ayuda que prestan los médicos a aquellas personas que desean poner fin a sus vidas. Se trata de una cuestión muy controvertida porque supone un procedimiento contrario al objetivo habitual del médico, que es preservar la vida. Sin embargo, la ayuda médica para morir es legal en una docena de estados de Estados Unidos y está siendo considerada en muchos otros. En el resto de Estados Unidos, los médicos pueden proporcionar un tratamiento paliativo del sufrimiento físico y emocional, pero no están autorizados a acelerar la muerte de forma intencionada.

El suicidio asistido por un médico también es legal en los Países Bajos, Suiza, Bélgica, Colombia, Luxemburgo, España, Nueva Zelanda, Australia, Alemania y Canadá.

Más información

Los siguientes son recursos en inglés que pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de estos recursos.

  1. 988 Suicide & Crisis Lifeline: proporciona ayuda 24 horas al día y 7 días a la semana a personas en peligro. Proporciona información adaptada para las personas sordas y con problemas de audición. Contenido también disponible en español.

  2. American Foundation for Suicide Prevention (AFSP): American Foundation for Suicide Prevention: (Fundación Estadounidense para la Prevención del Suicidio): proporciona a quienes se enfrentan o se han enfrentado con el suicidio (incluyendo a las personas que han perdido a seres queridos por este motivo) el acceso a grupos de apoyo y a una línea de ayuda para crisis; información sobre la aplicación de programas de cribado, el establecimiento de programas de prevención en las escuelas y la defensa de la prevención del suicidio; y datos sobre el suicidio, desde las estadísticas de prevalencia hasta las prioridades de las políticas públicas.

  3. Blueprint for Youth Suicide Prevention: (Programa para la Prevención del Suicidio Juvenil): un esfuerzo conjunto de la American Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría, AAP por sus siglas en inglés) y la American Foundation for Suicide Prevention (Fundación Estadounidense para la Prevención del Suicidio, AFSP por sus siglas en inglés).

  4. Centers for Disease Control and Prevention, Suicide Prevention: proporciona acceso a hojas informativas, información sobre los factores de riesgo y de protección, estrategias de prevención y otras organizaciones de prevención del suicidio. También hay recursos disponibles en español.

  5. Children, Teens, and Suicide Loss: Guide for talking with children and teens after suicide.

  6. Crisis Text Line: (Línea de Crisis mediante Mensajes de Texto): proporciona ayuda 24 horas al día y 7 días a la semana a través de mensajes de texto a cualquier persona que se encuentre en peligro en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido e Irlanda.

  7. Now Matters Now: (Lo que importa ahora): un sitio web basado en la investigación que proporciona estrategias de autocuidado para las personas que experimentan pensamientos suicidas, incluyendo la formación para desarrollar las micro-habilidades necesarias para practicar la conciencia plena y participar en la terapia conductual dialéctica.

  8. Psych Hub Educational Video Library (Mediateca educacional sobre temas de psicología): un recurso con videos, archivos de sonido y guías diseñados para capacitar a todos los interesados para alcanzar y mantener la salud mental.

  9. Substance Abuse and Mental Health Services Administration (SAMHSA) Treatment Finder (Buscador de tratamientos de la Administración para Servicios de Salud Mental [SAMHSA] por sus siglas en inglés) para el abuso de sustancias y la salud mental: un recurso confidencial y anónimo para quienes buscan tratamiento para la salud mental y los trastornos por consumo de sustancias en Estados Unidos y sus territorios.

  10. Suicide Prevention Resource Center (Centro de Recursos para la Prevención del Suicidio): Este recurso define el alcance del problema del suicidio y describe estrategias de prevención eficaces.

  11. Surviving a Suicide Loss: Resource and Healing Guide (Sobrevivir a una pérdida por suicidio: recursos y guía de curación): una guía de curación para los supervivientes a una pérdida por suicidio que contempla estrategias de duelo y de afrontamiento, organizaciones que pueden proporcionar asistencia en forma de grupos de apoyo y materiales educativos en línea y una bibliografía de recursos útiles sobre el suicidio y las enfermedades mentales.

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