El exhibicionismo consiste en la exposición de los genitales para excitarse sexualmente o en la existencia de un fuerte deseo de ser observado por otras personas durante la actividad sexual. El trastorno exhibicionista consiste en responder a los impulsos y fantasías exhibicionistas o estar angustiado o ser incapaz de funcionar normalmente a causa de esos impulsos y fantasías.
La mayoría de los exhibicionistas no presentan trastorno exhibicionista.
Los médicos diagnostican un trastorno exhibicionista cuando las personas se sienten muy afligidas o son menos capaces de funcionar bien debido a su comportamiento, o han actuado según sus impulsos con una persona que no ha dado su consentimiento.
El tratamiento, que generalmente comienza después del arresto del exhibicionista, consiste en psicoterapia, grupos de apoyo y ciertos antidepresivos.
El exhibicionismo es una forma de parafilia.
Los exhibicionistas (por lo general de sexo masculino), exponen sus genitales a personas desconocidas y que están desprevenidas, obteniendo así excitación sexual. Pueden ser conscientes de su necesidad de sorprender, impactar o impresionar al observador. La víctima es casi siempre una mujer o un niño de uno u otro sexo. Casi nunca existe un intento posterior de mantener una actividad sexual con la persona extraña por parte del exhibicionista, de modo que raramente cometen violaciones.
Aunque se desconoce cuál es la verdadera prevalencia del trastorno exhibicionista, es aproximadamente del 2 al 4% en los hombres y parece ser mucho más baja en las mujeres.
El exhibicionismo generalmente comienza durante la adolescencia, pero en ocasiones el primer acto puede ocurrir durante la preadolescencia o la mediana edad. La mayoría de los exhibicionistas están casados, pero su matrimonio suele ser conflictivo.
Aproximadamente el 30% de los delincuentes sexuales masculinos detenidos son exhibicionistas. Tienden a perpetuar en el tiempo este tipo de conducta. Entre el 20 y el 50% son detenidos más de una vez.
La exposición de los genitales a desconocidos desprevenidos con el objeto de excitarse sexualmente es poco frecuente en las mujeres. Ellas cuentan con otros medios para exponerse, como vestir prendas provocativas (que se aceptan cada vez más como algo normal) mientras aparecen en diversos medios de comunicación y de entretenimiento. La participación en estos eventos, por sí sola, no tiene por qué constituir un trastorno de salud mental.
Para algunas personas, el exhibicionismo se expresa como un intenso deseo de que otras personas contemplen su actividad sexual. Estas personas desean ser vistas por gente que consienta en ello, más que exhibirse por sorpresa. Las personas que tienen esta forma de exhibicionismo pueden participar en películas pornográficas o en espectáculos para adultos. Rara vez están angustiados o afectados por su deseo y, por lo tanto, es posible que no sufran un trastorno de salud mental.
La mayoría de las personas con tendencias exhibicionistas no sufren un trastorno.
Los exhibicionistas pueden sufrir un trastorno de personalidad coexistente (generalmente antisocial) o un trastorno disocial.
Diagnóstico del trastorno exhibicionista
Evaluación médica, basada en los criterios estándar de diagnóstico psiquiátrico
Los médicos diagnostican un trastorno de exhibicionismo cuando
Los afectados se han excitado repetida e intensamente exponiendo sus genitales o siendo observados por otras personas durante la actividad sexual, y la excitación se ha expresado en forma de fantasías, impulsos intensos o comportamientos.
Como resultado, las personas se sienten muy afligidas o son menos capaces de funcionar bien (en el trabajo, con su familia o en interacciones con amigos) o han actuado según sus impulsos con una persona que no ha dado su consentimiento.
Han sufrido la enfermedad durante 6 meses o más.
En el diagnóstico del trastorno exhibicionista, el médico también especifica si la persona se excita sexualmente al exponer sus genitales a niños prepúberes, a personas físicamente maduras o a ambos.
Tratamiento del trastorno exhibicionista
Psicoterapia y grupos de apoyo
Algunos antidepresivos
A veces otras medicaciones
El tratamiento del trastorno de exhibicionismo generalmente se inicia una vez que el exhibicionista ha sido detenido. Incluye el empleo de psicoterapia, grupos de apoyo y fármacos antidepresivos, los denominados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).
Si ISRS son ineficaces, se pueden emplear otros, que alteran el impulso sexual y reducen los niveles de testosterona. Estos fármacos incluyen leuprolida y acetato de medroxiprogesterona. Las personas deben dar su consentimiento informado para el uso de estos fármacos, y los médicos les realizan de manera periódica análisis de sangre para vigilar los efectos que tienen sobre el hígado, así como otros análisis (incluyendo análisis de la densidad ósea y análisis de sangre para medir los niveles de testosterona).