En la manía depilatoria la persona se arranca el cabello, lo que resulta en la pérdida de cabello.
Las personas con manía depilatoria pueden sentirse tensas o ansiosas justo antes de hacerlo, y arrancarse el cabello les puede aliviar esa sensación.
Generalmente, los síntomas varían en intensidad, pero pueden persistir durante toda la vida.
Los médicos diagnostican el trastorno si las personas afectadas se tiran del pelo hasta causar pérdida de cabello, tratan de dejar de tirarse del pelo o tirarse menos del pelo y no pueden hacerlo, y están muy afligidas por su comportamiento o funcionan peor debido al mismo.
La terapia cognitivo-conductual (terapia de inversión del hábito) que se centra específicamente en el trastorno de tricotilomanía y la toma de ciertos antidepresivos u otros medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas.
Las personas con este trastorno se tiran del cabello o se lo arrancan compulsivamente por razones no cosméticas. Es decir, no se arrancan el pelo para mejorar su apariencia. Por lo general, se arrancan el cabello del cuero cabelludo, las cejas y/o las pestañas, pero pueden arrancarse cualquier vello corporal.
La manía depilatoria comienza de forma característica justo antes de la pubertad o después de esta. Entre el 1 y el 2% de la población sufre manía depilatoria (tricotilomanía). Entre los adultos, la tricotilomanía es más frecuente entre las mujeres.
Síntomas de la tricotilomanía
La cantidad de pelo arrancado y la zona de la que se arranque varía de una persona a otra. Algunas personas con manía depilatoria presentan zonas de calvicie completa. Las pestañas y/o cejas pueden estar completamente depiladas. Otras personas simplemente han clareado el cabello. Las personas pueden cambiar las zonas que se depilan a lo largo del tiempo.
Algunas personas se arrancan el cabello un poco de forma automática, sin pensar en ello. Otras son más conscientes de esta actividad.
Las personas con manía depilatoria no se arrancan el cabello porque les preocupe su apariencia e intenten arreglarlo (como les ocurre a los afectados por trastorno dismórfico corporal). Sin embargo, la persona puede sentirse tensa o ansiosa justo antes de hacerlo, y arrancarse el cabello le puede aliviar esa sensación. Después, pueden notar una sensación de satisfacción.
La manía depilatoria puede ir acompañada de muchas actividades (rituales). La persona puede buscar meticulosamente un tipo de cabello o vello para arrancárselo. Puede enrollar el cabello entre los dedos, tirar de él con los dientes o morderlo una vez arrancado. Muchos se tragan el cabello. El cabello tragado puede formar un bulto que se atasca en el estómago u otras partes del aparato digestivo. Estos bultos, llamados tricobezoares, pueden hacer que las personas se sientan prematuramente saciadas después de comer o pueden causar náuseas, vómitos, dolor y otros síntomas digestivos.
Muchas personas con manía depilatoria también se pellizcan la piel repetidamente, se muerden las uñas, se muerden sus propias mejillas o realizan otras actividades repetitivas centradas en su propio cuerpo. También pueden sufrir depresión.
Las personas afectadas se pueden sentir incómodas o avergonzadas por su aspecto o por su incapacidad para controlar su comportamiento. Pueden tratar de camuflar la pérdida de cabello con el uso de pelucas o bufandas. Algunos se arrancan el cabello en zonas dispersas para disimular la pérdida. Pueden evitar situaciones en las que otras personas puedan darse cuenta de la pérdida de pelo. Por lo general no se arrancan el cabello delante de los demás, a excepción de los miembros de la familia. Pueden sentirse afligidas por su pérdida de control y generalmente intentan una y otra vez dejar de arrancárselo.
Algunas personas arrancan el cabello de otras personas o de los animales domésticos o bien arrancan los hilos de la ropa, mantas u otros tejidos.
Generalmente, los síntomas varían en intensidad, pero pueden persistir durante toda la vida.
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Diagnóstico de la tricotilomanía
Evaluación de un médico, en base a criterios diagnósticos psiquiátricos específicos
El médico diagnostica tricotilomanía basándose principalmente en los síntomas:
La persona se arranca la suficiente cantidad de cabello como para provocar una pérdida de cabello
La persona intenta repetidamente arrancarse menos el cabello o dejar de arrancárselo
Los afectados se sienten muy angustiados o cada vez son menos capaces de funcionar normalmente a causa de la actividad
Tratamiento de la tricotilomanía
Terapia cognitivo-conductual (terapia de inversión de hábitos)
Medicamentos
La terapia inicial de elección es la terapia cognitivo-conductual que se centra específicamente en el trastorno de tricotilomanía. La forma de terapia cognitivo-conductual que se prescribe con mayor frecuencia es la terapia de inversión del hábito. En esta terapia, las personas aprenden a hacer lo siguiente:
Ser más conscientes de lo que están haciendo
Identificar situaciones que desencadenan arrancarse el cabello (tricotilomanía)
También se le enseñan estrategias para ayudarle a dejar de arrancarse el cabello, por ejemplo mediante la sustitución de esta actividad por una actividad diferente (como apretar los puños, hacer punto o sentarse sobre las manos)
A veces los médicos prescriben fármacos para ayudar a controlar los síntomas. La N-Acetilcisteína (NAC) y la memantina actúan sobre el sistema glutamatérgico y pueden reducir el hábito de arrancarse el cabello. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y la clomipramina (dos tipos de antidepresivos) pueden ser beneficiosos, sobre todo si la persona también presenta síntomas de depresión o de ansiedad.