El cáncer puede desarrollarse en el corazón o, más comúnmente, extenderse al corazón desde otro órgano.
Las personas afectadas tienen ahogo, síncope, fiebre o pérdida de peso, o desarrollan insuficiencia cardíaca o un ritmo cardíaco anormal.
Se usan pruebas de diagnóstico por la imagen para confirmar la presencia de un tumor cardíaco.
La cirugía no resulta de utilidad en estos casos, pero la quimioterapia y, en ocasiones, la radioterapia pueden serlo.
En el corazón se desarrollan solo unos pocos cánceres (véase también Introducción a los tumores cardíacos). Los que se desarrollan en el corazón se llaman tumores cardíacos primarios. Los tumores cardíacos primarios cancerosos más frecuentes son los sarcomas que evolucionan a partir de tejido conjuntivo.
La mayoría de tumores cardíacos cancerosos se originan en otras regiones del organismo, por lo general en los pulmones, en las mamas, en los riñones, en la sangre o en la piel, y después se extienden (metastatizan) al corazón. Los tumores cardíacos metastásicos son de al menos 30 veces más frecuentes que los tumores cardíacos primarios, pero a pesar de ello son poco habituales.
Los cánceres torácicos, como el de pulmón o el de mama, pueden diseminarse al corazón por invasión directa, a menudo hacia el interior del saco que rodea el corazón (pericardio). El proceso canceroso también puede extenderse hasta el músculo cardíaco y sus cavidades a través del torrente sanguíneo o del sistema linfático.
Síntomas de los tumores cardíacos cancerosos
Los síntomas de los tumores cardíacos cancerosos son esencialmente similares a los de los tumores cardíacos no cancerosos, y varían según su localización. Sin embargo, los síntomas de los tumores cancerosos tienden a empeorar con más rapidez que los de los tumores no cancerosos, ya que el crecimiento de los tumores malignos es mucho más rápido.
Los síntomas consisten en el desarrollo súbito de insuficiencia cardíaca, (lo que provoca dificultad respiratoria y fatiga), arritmias (lo que causa palpitaciones, debilidad y desmayos) y hemorragia y acumulación de fluido en el pericardio, que puede alterar el funcionamiento de este y producir un taponamiento cardíaco.
Los síntomas de un tumor cardíaco metastásico ocurren a la vez que los síntomas producidos por el tumor original y por las metástasis situadas en cualquier otra parte del organismo. Por ejemplo, las personas que sufren cáncer de pulmón con metástasis en el corazón pueden tener dificultad respiratoria, fatiga y tos con presencia de sangre.
Los tumores cardíacos primarios cancerosos pueden diseminarse (metastatizar) hacia otras zonas del organismo. Las metástasis pueden estar situadas en la columna vertebral (causando dolor), tejidos cercanos u órganos como los pulmones (causando dificultad respiratoria y presencia de sangre en la tos) y el cerebro (causando funcionamiento anómalo del sistema nervioso).
Diagnóstico de tumores cardíacos cancerosos
Pruebas de diagnóstico por la imagen
Los procedimientos que se utilizan para diagnosticar los tumores cancerosos cardíacos son los mismos que para los tumores cardíacos benignos e incluyen ecocardiografía, tomografía computarizada (TC), resonancia magnética nuclear (RMN) y tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés).
En los tumores cardíacos metastásicos se llevan a cabo otras pruebas con el objetivo de encontrar el tumor original, a menos que ya se conozca su localización.
Tratamiento de los tumores cardíacos cancerosos
Tratamiento de los síntomas
Radioterapia o quimioterapia
Si los tumores pericárdicos causan acumulación de líquido en torno al corazón, debe drenarse el líquido acumulado.
Dado que los tumores cardíacos cancerosos, tanto primarios como metastásicos, casi siempre son incurables, el tratamiento se dirige a reducir los síntomas. Se utiliza radioterapia, quimioterapia o ambas.