La rehabilitación pulmonar consiste en el uso del ejercicio supervisado, la educación, el apoyo y la intervención conductual para mejorar la funcionalidad cotidiana de las personas con enfermedad pulmonar crónica y mejorar su calidad de vida.
La rehabilitación pulmonar es un programa diseñado para quienes padecen enfermedades respiratorias crónicas. El objetivo principal para las personas afectadas es obtener y mantener el máximo grado de independencia y de funcionalidad. Aunque la mayoría de los programas de rehabilitación pulmonar se centran en personas que sufren enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la rehabilitación pulmonar también puede beneficiar a las personas con otros tipos de enfermedad pulmonar, como
Bronquiectasia (ensanchamiento irreversible de las vías respiratorias)
Trastornos neuromusculares
Los programas de rehabilitación pulmonar pueden mejorar la calidad de vida gracias a
Reducir la dificultad respiratoria
Aumentar la tolerancia al ejercicio
Promover una sensación de bienestar
Disminuir el número de hospitalizaciones
Sin embargo, no hay pruebas claras de que estos programas alarguen significativamente la supervivencia.
La rehabilitación pulmonar antes y después de la cirugía puede ser beneficiosa para las personas con cáncer sometidas a resección pulmonar, las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica sometidas a cirugía de reducción de volumen pulmonar y las personas con enfermedad pulmonar grave que se someten a un trasplante de pulmón.
Los programas de rehabilitación pulmonar se suelen llevar a cabo en centros ambulatorios (en otras palabras, la persona afectada tiene citas regulares en un consultorio o en una clínica) o en el propio domicilio. Sin embargo, la telemedicina y los programas web se utilizan con más frecuencia.
Antes de que la enfermedad pulmonar de una persona se agrave, pueden emplearse los programas de rehabilitación pulmonar. Incluso las personas con una enfermedad menos grave pueden beneficiarse de la terapia para reducir la dificultad respiratoria y aumentar la capacidad de hacer ejercicio. A veces, la rehabilitación pulmonar se combina con la rehabilitación cardíaca.
Los programas de rehabilitación más exitosos son los realizados por un equipo multidisciplinar (llamado equipo de rehabilitación pulmonar) para la coordinación de servicios médicos complejos. Por ejemplo, el equipo mínimo debería estar integrado por: un fisioterapeuta o un terapeuta respiratorio, un médico, un miembro del personal de enfermería, un psicólogo o un trabajador social y un nutricionista. La mayoría de las personas permanecen en estos programas durante, más o menos, unas 8 o 12 semanas. Sin embargo, las técnicas aprendidas durante el programa han de continuarse en casa después de finalizar el programa de rehabilitación formal, para evitar perder lo que se haya conseguido.
La terapia de mantenimiento respiratorio, que incluye la oxigenoterapia y la fisioterapia torácica, puede llevarse a cabo conjuntamente con la rehabilitación pulmonar. La terapia de mantenimiento también es beneficiosa para las personas que, aun no estando inscritas en esta clase de programas, padecen enfermedades pulmonares crónicas (como fibrosis quística y bronquiectasia) o enfermedades pulmonares agudas (como la neumonía).
Inscripción en el programa y determinación de objetivos para la rehabilitación pulmonar
Antes de que comience la rehabilitación pulmonar, el profesional sanitario realiza una evaluación inicial del estado funcional basal de la persona y de las necesidades de rehabilitación pulmonar. Esta evaluación se realiza en un hospital o en un centro de rehabilitación pulmonar. El primer paso del equipo de profesionales es determinar los objetivos a corto y a largo plazo para cada afectado. Por ejemplo, una persona mayor puede desear acompañar diariamente a su nieto al autobús escolar andando. Si la persona puede caminar solo unos 90 m debido a la dificultad respiratoria pero debe caminar 1000 pies (300 m) hasta la parada del autobús, el objetivo inicial a corto plazo puede ser aumentar la distancia a pie, comenzando con pequeños incrementos. El equipo de profesionales debe alentar a la persona afectada a lograr objetivos realistas. Es importante asegurarse periódicamente (semanalmente) de que los objetivos se van cumpliendo.
Es también muy importante que el equipo identifique los factores que pueden limitar la efectividad del programa para cada persona en particular. Estos factores pueden incluir problemas relacionados con los recursos financieros, el transporte al centro de rehabilitación, la cognición (en particular con respecto al uso adecuado de los dispositivos que administran medicamentos inhalados) y la dinámica familiar. Un ejemplo de problema relacionado con la capacidad de comprensión puede ser el de una persona con demencia que además padezca una enfermedad pulmonar. Para este tipo de personas se hace necesario un enfoque específico para mejorar dicha comprensión. Un ejemplo del problema relacionado con la dinámica familiar puede ser el de una persona que participa en esta clase de programas y que está bajo el cuidado de otra persona que a su vez no es capaz de ayudarle en la rehabilitación en el hogar. Es importante que los miembros del equipo reconozcan este tipo de problemas y busquen maneras de ayudar al afectado.
También se establecen unos objetivos a largo plazo, y el equipo enseña a las personas afectadas a reconocer los cambios en su enfermedad pulmonar, para que los comuniquen rápidamente al médico. Puede ser necesario modificar el tratamiento en función de los cambios en los síntomas.
Componentes de la rehabilitación pulmonar
Un programa de rehabilitación pulmonar tiene varios componentes, incluyendo
Ejercicios físicos
Entrenamiento de los músculos inspiratorios
Asesoramiento psicosocial
Evaluación nutricional y asesoramiento
Educación, incluyendo el uso adecuado de los fármacos prescritos
Ejercicios físicos
Los ejercicios físicos son la parte más importante de la rehabilitación pulmonar. Reducen los efectos de la inactividad y el mal estado físico, lo que da como resultado una menor sensación de dificultad respiratoria (disnea) y un incremento en la capacidad para realizarlos. Sin embargo, algunas limitaciones físicas restringen el tipo de ejercicios que se pueden practicar.
Tanto el ejercicio aeróbico como el entrenamiento de la fuerza son componentes importantes del entrenamiento físico en personas con trastornos pulmonares.
Ejercitar las piernas es la piedra angular del ejercicio físico. Muchos programas de rehabilitación utilizan la marcha (a veces sobre una cinta de correr) como modo principal de entrenamiento, porque es necesaria en la mayor parte de las actividades diarias. Algunas personas prefieren ejercitarse en una bicicleta estática. La elección de un ejercicio cómodo y satisfactorio mejora la disposición para seguir un programa de ejercicio prolongado.
Los ejercicios para los brazos son también beneficiosos para las personas con enfermedades pulmonares crónicas que tienen dificultad respiratoria (disnea) u otros síntomas durante la realización de sus actividades rutinarias, como lavarse la cabeza o afeitarse. Tal entrenamiento es necesario porque la enfermedad pulmonar crónica puede causar la pérdida de masa muscular, y algunos de los músculos del hombro se usan tanto para respirar como para mover los brazos. Las actividades que comportan trabajar con los brazos pueden sobreforzar rápidamente estos músculos.
Entrenamiento de los músculos inspiratorios
El entrenamiento muscular inspiratorio (EMI) suele formar parte de la rehabilitación pulmonar. Con el entrenamiento muscular inspiratorio, la persona afectada emplea ejercicios y dispositivos respiratorios para fortalecer los músculos involucrados en la respiración. El entrenamiento muscular inspiratorio (EMI) se suele utilizar junto con el ejercicio aeróbico tradicional.
Asesoramiento psicosocial
La depresión y la ansiedad son reacciones frecuentes a los cambios vitales que experimenta la persona afectada de enfermedad pulmonar. Además, la propia dificultad respiratoria (disnea) puede causar ansiedad y depresión, afectar a la actividad sexual y dificultar el control del estrés y la relajación. Con asesoramiento, terapia de grupo y, cuando sea necesario, administración de medicamentos, las personas afectadas ganan capacidad para hacer frente a estos problemas psicosociales. A veces los familiares de la persona enferma participan en las sesiones de asesoramiento para ayudarles a enfrentarse al estrés que supone el hecho de cuidar a un enfermo pulmonar.
Evaluación nutricional y asesoramiento
Las personas que padecen enfermedades pulmonares a menudo necesitan evaluación nutricional y asesoramiento. Por ejemplo, quienes sufren enfermedad pulmonar obstructiva crónica grave experimentan con frecuencia pérdida de peso. Los programas de rehabilitación pulmonar ayudan a evitar la pérdida de peso y mantener la masa muscular. Debe enseñarse a la persona a alimentarse de manera que mantenga una ingestión calórica adecuada, evitando llenarse por completo (hartazgo), porque esto puede afectar a la respiración. Por el contrario, algunas personas aumentan de peso a causa de la reducción del nivel de actividad. En este caso, la respiración impone una mayor demanda sobre un sistema respiratorio ya cargado. En estos casos es beneficiosa una pérdida de peso.
Uso de medicamentos y educación
Las personas con enfermedad pulmonar grave suelen tomar varios fármacos. A menudo esta medicación debe tomarse siguiendo unas instrucciones precisas y un plan terapéutico complejo. Con un programa de rehabilitación, la persona en cuestión aprende la importancia de observar las dosis del fármaco recetado y los tiempos de administración. La educación consiste en la información acerca de la naturaleza de la enfermedad pulmonar, el papel que desempeñan los medicamentos recetados (incluyendo tanto los beneficios esperados como los posibles efectos colaterales) y el uso correcto de los inhaladores. Los programas verifican mediante un seguimiento muy atento si se siguen las instrucciones e instruyen a las personas que sufren la enfermedad y a sus familiares acerca de la importancia de una utilización correcta de los medicamentos.
A las personas también se les instruye acerca de la necesidad de dejar de fumar y se les enseñan estrategias de respiración (como la respiración con los labios fruncidos, donde las exhalaciones comienzan contra los labios cerrados para disminuir la frecuencia respiratoria y la dificultad para respirar) y los principios de la conservación de la energía física.