Pruebas funcionales respiratorias (PFR)

PorRebecca Dezube, MD, MHS, Johns Hopkins University
Revisado/Modificado nov 2023
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Datos clave

Las pruebas funcionales respiratorias miden la capacidad de los pulmones para retener aire, así como para inspirar y absorber oxígeno.

    Las pruebas de funcionalidad pulmonar son más adecuadas para determinar el tipo general y la gravedad de los trastornos pulmonares que para determinar su causa específica; sin embargo, pueden utilizarse para diagnosticar algunos trastornos específicos, como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

    (Véase también Historia clínica y exploración física en las enfermedades pulmonares y Introducción al aparato respiratorio.)

    Medición del flujo espiratorio

    La evaluación de un trastorno pulmonar a menudo implica la realización de pruebas

    • La cantidad de aire que pueden contener los pulmones (volumen pulmonar)

    • La cantidad y la rapidez con que se puede exhalar el aire (flujo de aire)

    Las mediciones del flujo de aire se realizan con un espirómetro, que consiste en una boquilla y un tubo conectado a un dispositivo de registro. La boquilla debe ajustarse perfectamente entre los labios de la persona, cerrándole con una pinza las ventanas de la nariz para asegurarse de que todo el aire inspirado o espirado circula exclusivamente a través de la boca. La persona inspira profundamente, luego espira con fuerza y lo más rápidamente posible por el tubo mientras se hacen las mediciones. El volumen de aire inspirado y espirado, así como la duración de cada movimiento respiratorio, se registran y se analizan. Esta medición se repite varias veces para asegurarse de que los resultados son similares. A menudo, se repiten las pruebas tras la administración de un fármaco que dilata las vías respiratorias (broncodilatador).

    En trastornos como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la capacidad de exhalar rápidamente se ve afectada.

    Utilización del espirómetro

    Un espirómetro consta de una boquilla, un tubo y un dispositivo de registro. Para usar un espirómetro, la persona inspira profundamente y, a continuación, espira con fuerza y lo más rápido posible a través del tubo. El instrumento de registro mide el volumen de aire inspirado o espirado y la duración de cada respiración.

    Espirometría
    Espirometría: técnica
    Espirometría: técnica
    La espirometría se utiliza para evaluar la función pulmonar. La persona respira con normalidad y luego inhala rápidamen... obtenga más información

    Video del Lahey Clinic Media Center.

    Espirometría: registro
    Espirometría: registro
    En la espirometría se utiliza una computadora (es decir, un espirómetro) para medir la funcionalidad pulmonar. La respi... obtenga más información

    Video del Lahey Clinic Media Center.

    El medidor de flujo espiratorio máximo (en inglés peak flow), también llamado flujo pico por influencia del inglés, es el dispositivo manual más sencillo para medir la velocidad de espiración del aire. Tras inspirar profundamente, la persona sopla con toda la fuerza de que es capaz dentro de este pequeño aparato.

    Medición del volumen pulmonar

    La medida de la capacidad pulmonar refleja el grado de rigidez o elasticidad de los pulmones y la caja torácica así como la fuerza de los músculos implicados en la respiración. Los pulmones están anormalmente rígidos en trastornos como la fibrosis pulmonar, y la pared torácica es también anormalmente rígida en trastornos como las desviaciones de la columna vertebral (escoliosis). Diversos trastornos neuromusculares como la miastenia gravis y el síndrome de Guillain-Barré pueden causar debilidad del diafragma y otros músculos respiratorios, lo que provoca una disminución del volumen de aire en los pulmones. El aumento de la rigidez de los pulmones causa medidas más bajas del volumen pulmonar. En trastornos como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la reducción de la elasticidad de los pulmones dificulta la exhalación. Se recoge más aire en los pulmones, lo que provoca medidas de volumen pulmonar superiores a lo esperado.

    Las mediciones de volumen pulmonar realizadas mediante espirometría son sólo estimaciones. Se pueden realizar mediciones más precisas mediante

    • Pletismografía corporal

    • Dilución de gas

    En la pletismografía corporal, una persona se sienta dentro de una caja hermética de plástico. Debido a que la caja es hermética, se puede medir el volumen de aire que la persona inhala y el cambio en la presión del aire durante la respiración. Un ordenador calcula los volúmenes pulmonares en base a estas mediciones.

    Mediante la dilución de gas, una persona inhala una cantidad conocida de un gas, generalmente helio. Una computadora calcula el volumen pulmonar basado en la cantidad de gas que la persona exhala.

    Prueba de flujo espiratorio

    La mayoría de los espirómetros pueden registrar de forma continua la capacidad pulmonar y medir el aire espirado durante una prueba de inspiración forzada. Los registros de flujo-volumen pueden ser particularmente útiles para detectar las alteraciones que obstruyen de modo parcial el órgano de la fonación (laringe) y la tráquea.

    Evaluación de la fuerza muscular

    Puede medirse la fuerza de los músculos respiratorios pidiendo a la persona que inspire y espire con fuerza contra un medidor de presión. Los trastornos que debilitan los músculos, como la distrofia muscular y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA o enfermedad de Lou Gehrig), debilitan los músculos respiratorios y dificultan la respiración. La fuerza muscular también se puede evaluar mediante una espirometría mientras la persona está sentada y mientras está acostada.

    Medición de la capacidad de difusión

    La prueba de la capacidad de difusión permite estimar el grado de eficiencia con que el oxígeno se transfiere desde los alvéolos pulmonares a la sangre. Dado que es difícil medir directamente la capacidad de difusión del oxígeno, la persona inhala una pequeña cantidad de monóxido de carbono, mantiene la respiración durante 10 segundos y, a continuación, espira dentro de un detector de monóxido de carbono.

    Si la prueba muestra que el monóxido de carbono no se ha absorbido adecuadamente, indica que el intercambio de oxígeno entre los pulmones y la sangre no se ha realizado de forma normal. La alteración en la capacidad de difusión es característica en personas que padecen fibrosis pulmonar, en quienes están afectados por trastornos de los vasos sanguíneos pulmonares y en algunas personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

    Ventilación voluntaria máxima

    Esta prueba mide la máxima capacidad ventilatoria global del individuo. Debe realizarse con la persona sentada. Se le indicará que respire a través de un espirómetro lo más rápido y profundo que pueda durante un periodo de tiempo predeterminado, generalmente de 15 a 30 segundos. Se medirá el volumen de aire movilizado durante dicho periodo de tiempo. La ventilación voluntaria máxima disminuye en las enfermedades que afectan el flujo de aire o debilitan los músculos respiratorios. El resultado de la prueba depende del grado de colaboración por parte de la persona, por tanto no se emplea tan a menudo como otras pruebas de funcionalidad pulmonar.

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