El síntoma más frecuente es la sangre en las heces, pero a veces, el cáncer obstruye el intestino y causa dolor abdominal espasmódico y vómitos.
El diagnóstico se basa en distintas técnicas de exploración intestinal, incluidas la enteroclisis, la endoscopia, y la radiografía con contraste de bario.
La extirpación quirúrgica es la mejor forma de tratamiento.
El cáncer de intestino delgado es poco frecuente en Estados Unidos, afectando a unas 12.070 personas y causando alrededor de 2070 muertes cada año.
El adenocarcinoma es el tipo más frecuente de cáncer en el intestino delgado. Los adenocarcinomas se desarrollan en las células glandulares del revestimiento interno del intestino delgado. Las personas que padecen enfermedad de Crohn del intestino delgado son más propensas que otras a desarrollar un adenocarcinoma.
Tipos poco frecuentes de cáncer del intestino delgado
Los tumores neuroendocrinos gastrointestinales (también llamados tumores carcinoides) pueden desarrollarse en las células glandulares que recubren el intestino delgado. Los tumores neuroendocrinos gastrointestinales a menudo secretan hormonas que causan diarrea y enrojecimiento de la piel.
Algunos tumores neuroendocrinos gastrointestinales pueden extirparse quirúrgicamente. Los tumores que se han diseminado se pueden controlar con ciertos medicamentos, como la somatostatina o el everolimus, o con un tratamiento que consiste en el uso de un análogo a la somatostatina radiactivo administrado por vena (terapia con péptidos marcados con radionúclidos o PRRT, por sus siglas en inglés).
El linfoma (cáncer del sistema linfático) se puede desarrollar en la porción central (yeyuno) o distal (íleon) del intestino delgado. El linfoma puede ocasionar rigidez o alargamiento de un segmento intestinal. Este cáncer es más frecuente entre personas con enfermedad celíaca no tratada. El tratamiento depende del tipo de linfoma y puede incluir quimioterapia y radioterapia para ayudar a controlar los síntomas y, a veces, prolongar el tiempo de supervivencia.
Los leiomiosarcomas (cáncer derivado de las células musculares lisas) se originan en la pared del intestino delgado. La quimioterapia puede prolongar ligeramente la supervivencia tras la cirugía de extirpación de los leiomiosarcomas.
El sarcoma de Kaposi es un tipo de cáncer de piel que puede afectar a los órganos internos y a veces ocurre en personas con SIDA debida a la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). El sarcoma de Kaposi puede aparecer en cualquier parte del tracto digestivo, pero generalmente en el estómago, intestino delgado o colon. Este cáncer no suele provocar síntomas en el tubo digestivo, pero se puede producir sangrado, diarrea e intususcepción (un segmento del intestino se desliza dentro de otro, como las partes de un tubo telescópico). El tratamiento del sarcoma de Kaposi depende de la ubicación del cáncer, pero puede incluir cirugía, quimioterapia y radioterapia.
Síntomas del cáncer del intestino delgado
El adenocarcinoma puede causar hemorragia en el intestino, que se evidencia como sangre en las heces y obstrucción, lo que puede a su vez causar dolor abdominal con retortijones, distensión del abdomen y vómitos.
A veces los tumores malignos del intestino delgado causan intususcepción (cuando una parte del intestino se introduce en una parte adyacente).
Diagnóstico de cáncer del intestino delgado
Enteroclisis
Endoscopia
Endoscopia con videocápsula
Los médicos suelen efectuar una enteroclisis. En este procedimiento, se introduce una gran cantidad de líquido de bario por un tubo en la nariz y se hacen radiografías en las que se aprecia cómo el bario se mueve a través del tubo digestivo. A veces, este procedimiento se realiza con una tomografía computarizada (TC) en lugar de con radiografías simples, en cuyo caso la persona puede beber el bario en lugar de someterse a la inserción de un tubo por la nariz.
El médico puede utilizar un endoscopio (un tubo flexible de visualización) introducido a través de la boca hasta el duodeno y parte del yeyuno (las secciones superior y mediana del intestino delgado), para localizar el tumor y realizar una biopsia (extracción de una muestra de tejido para su examen al microscopio). El médico, a veces, puede ver tumores del íleon (la porción baja del intestino delgado) pasando un colonoscopio (un endoscopio usado para ver la parte inferior del tubo digestivo) por el ano, a través de la totalidad del intestino grueso y hasta el íleon.
En la endoscopia con videocápsula, el paciente ingiere una cápsula que funciona con una batería y contiene una o dos pequeñas cámaras de vídeo que permiten obtener imágenes de los tumores del intestino delgado.
A veces, se requiere cirugía exploratoria para identificar un tumor en el intestino delgado.
Tratamiento del cáncer del intestino delgado
Extirpación quirúrgica
El mejor tratamiento para la mayoría de los tipos de tumores cancerosos en el intestino delgado es la extirpación quirúrgica del tumor.
Si los médicos pueden ver el tumor con un endoscopio, también pueden eliminarlo mediante la aplicación de una corriente eléctrica (electrocauterización), calor (obliteración térmica) o un haz de luz de alta energía aplicado sobre el tumor (fototerapia láser).
La quimioterapia y radioterapia después de la cirugía no alargan el tiempo de supervivencia.