El bocio simple no tóxico es un crecimiento no canceroso de la glándula tiroidea que no implica una producción excesiva o insuficiente de hormonas tiroideas.
Es consecuencia de la falta de yodo en la alimentación o de la ingestión de determinadas sustancias o fármacos.
No suele haber síntomas.
Se efectúan análisis de sangre que permiten determinar el funcionamiento de la glándula tiroidea.
El tratamiento está dirigido a la causa de la hipertrofia, y en ocasiones es necesario realizar una cirugía para extirpar parte de la glándula.
(Véase también Introducción a la glándula tiroidea.)
La palabra bocio se usa a veces para describir cualquier forma de agrandamiento de la glándula tiroidea (por ejemplo, agrandamiento causado por inflamación o cáncer). El bocio simple no tóxico es una forma específica de agrandamiento no canceroso.
La causa más frecuente de bocio no tóxico simple en la mayor parte del mundo es
Una alimentación que no contiene suficiente yodo (deficiencia de yodo)
La glándula tiroidea necesita yodo para producir hormonas tiroideas. Si no hay suficiente yodo, la glándula tiroidea se agranda en un intento de compensar esta carencia. Pero en los países desarrollados, casi todas las sales están enriquecidas con yodo, por lo que el déficit de este mineral no suele ser la causa del bocio.
Otras causas de bocio simple no tóxico incluyen
El uso de ciertos medicamentos (como la amiodarona o el litio)
Consumir ciertos alimentos en cantidades excesivas (como la yuca, el brócoli, la coliflor y la col)
A veces, el bocio aparece de forma temporal durante la pubertad, el embarazo o la menopausia.
En las personas con bocio simple y no tóxico, la glándula tiroidea produce cantidades normales de hormonas tiroideas, por lo que no es ni hipoactiva ni hiperactiva.
Síntomas del bocio no tóxico simple
Se siente hinchazón en la base del cuello, sin ningún otro síntoma. A veces, el bocio comprime los tejidos adyacentes y provoca tos, ronquera o dificultad para respirar o para tragar.
A diferencia de lo que sucede en las personas con tiroiditis subaguda, en las personas con bocio no tóxico simple la glándula tiroidea no suele ser dolorosa ni sensible al tacto.
Diagnóstico de bocio no tóxico simple
Análisis de sangre de la función tiroidea
Ecografía y gammagrafía tiroidea
Se suelen efectuar análisis de sangre que permiten determinar el funcionamiento de la glándula tiroidea (análisis de sangre de la función tiroideas). Se miden las concentraciones sanguíneas de las hormonas tiroideas tiroxina (T4, o tetrayodotironina) y triyodotironina (T3), así como de la hormona estimulante del tiroides (TSH). En ocasiones, se busca la presencia de anticuerpos que atacan a la glándula tiroidea (anticuerpos antitiroideos) en la sangre, que son un signo de una reacción inmunitaria a la glándula tiroidea, que causa su inflamación.
También se realiza una prueba de absorción de yodo radiactivo y una gammagrafía tiroidea. En estas pruebas se ingiere (o se inyecta) una pequeña cantidad de yodo radiactivo, que se acumula en la glándula tiroidea. El equipo revela la cantidad de yodo acumulado y una gammacámara (cámara gamma), que detecta la radiación, genera una imagen de la glándula. De esta forma, se pueden observar anomalías físicas en la glándula, que pueden indicar enfermedad de Graves, nódulos tiroideos o tiroiditis.
Los médicos hacen una ecografía, en la que se emplean ondas de sonido para crear una imagen de la glándula tiroidea, para identificar cualquier nódulo que pueda ser canceroso.
Tratamiento del bocio no tóxico simple
A veces, suplementos de yodo
A veces, administración de hormona tiroidea.
En ciertas ocasiones, intervención quirúrgica
El tratamiento depende del tamaño y de la causa del bocio.
En las zonas geográficas en que hay déficit de yodo, se administran suplementos de yodo. Se puede añadir yodo a la sal, al agua o a los cultivos para suplir la carencia de yodo en la zona,
y se debe dejar de comer alimentos que inhiban la producción de hormonas tiroideas, por ejemplo, yuca, brócoli, coliflor y col.
Si no está causado por la alimentación, en algunos casos se puede administrar tratamieento de reemplazamiento de hormona tiroidea con levotiroxina. Este fármaco bloquea la producción de hormona estimulante del tiroides (TSH) y puede reducir el tamaño del bocio.
Si el bocio es muy grande, puede ser necesario extirpar quirúrgicamente parte de la glándula tiroidea o administrar yodo radiactivo a fin de reducir el tamaño de la glándula lo suficiente para que no interfiera en la respiración ni en la deglución, o para corregir problemas estéticos.